El monte Ararat se relaciona actualmente al país de Armenia, aunque esté localizado en el este de Turquía. Durante siglos, ha sido el símbolo del Arca de Noé, del Diluvio Universal y de la promesa de Dios con los hombres, que nunca más destruiría a la humanidad con un diluvio. Como todo lo descripto en la Biblia, tiene algunas pruebas arqueológicas, aunque siempre existen los detractores.
Del Diluvio Universal no solo habla la Biblia, sino otras fuentes no hebreas, de otros reinos cercanos ubicados en la Mesopotamia, por lo que corroboran el relato bíblico.
Un monte, tres países
El Monte Ararat está ubicado, como ya dijimos, en el este del actual país de Turquía. Como dice el Diccionario Ilustrado de la Biblia (1979: Caribe), la importancia que tiene este monte es que está en cercanía con Turquía, Armenia e Irán. La cima más alta tiene unos 5.230 m de altura y contiene permanentemente hielo y nieve en sus cumbres.
No sólo es un monte, sino que se trata de un conjunto de montes, montañas y volcanes. El mismo Ararat es un volcán inactivo.
En la Antigüedad, el nombre era Urartu, según los distintos reinos mesopotámicos cercanos al monte. El 27 de septiembre de 1829 fue la primera ascensión, por el profesor Parrot (según la Federación de Montañismo Turco), con muchos peligros, debido a la rigurosidad del clima, el frío constante y la permanente cubierta de hielo.
El Arca de Noé
“Y reposó el arca en el mes séptimo, a los diecisiete días del mes, sobre los montes de Ararat”, Génesis 8:4
Este corto pasaje bíblico es el que más famoso ha hecho al monte Ararat. Tanto es así, que le permite tener unos cuantiosos ingresos al turismo turco, que administra el ascenso a la montaña.
El Arca de Noé comenzó a despertar el interés de los arqueólogos, según el sitio bioguía.com, a partir de 1959, cuando varios pilotos de avión avistaron objetos que les llamaron la atención al volar sobre esas zonas montañosas. Al mirar fotografías aéreas, les llamó la atención el tamaño de los grandes objetos, aunque en ese momento opinaron que no era nada llamativo para la arqueología.
A partir de entonces comenzaron los estudios arqueológicos, con equipos norteamericanos, para determinar la antigüedad de las piezas encontradas.
«Eran objetos de madera, y ésta no resiste muchos años intacta, por lo que siempre existieron dudas con respecto a que época podrían pertenecer esas piezas».
Guido Márquez
En ese momento solo declararon que se trataba de piezas antiguas de madera, ubicadas de manera desordenada, cercanas al monte.
Recién en 1977 se pudo encontrar excremento petrificado, que correspondía a animales de gran tamaño que se encontraban dentro del barco. Además de esto, se han encontrado las marcas, o huellas, casi coincidentes con el tamaño del arca que se describe en la Biblia.
Coincidentemente, uno de los valles cercanos se llama “Valle de los Ocho”, en referencia a las ocho personas que sobrevivieron al Diluvio Universal. Pese a todos los hallazgos, como casi todo lo referido a la Biblia, no todos los científicos están de acuerdo en que se trate del arca original.
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El Diluvio en otras culturas mesopotámicas
En las distintas excavaciones realizadas en la zona mesopotámica se encontró una interesante epopeya, llamada La Epopeya de Gilgamesh. En uno de sus poemas se encuentra un relato que se correlaciona con el Diluvio Bíblico. Esto sirve para corroborar el escrito divino, aunque siempre hay contienda sobre la época en que se escribió. Según algunos estudiosos, Gilgamesh relata el diluvio antes que la Biblia.
Uno de los fragmentos dice lo siguiente:
“Cuando el séptimo día llegó,
Envié una paloma a volar libremente
La paloma se fue y retornó,
Al no ver tierra firme,
Regresó.
Envié a una golondrina a volar libremente,
La golondrina se fue y retornó,
Al no ver tierra firme,
Regresó.
Envié a un cuervo a volar libremente,
El cuervo partió, vio el menguar de las aguas,
Comió, dio vueltas y no regresó” (Biblia Arqueológica NVI, pág. 16).
Como se puede ver, es casi idéntico al relato bíblico, aunque difiere de las aves que se van soltando para corroborar si han menguado las aguas.
Volviendo al Ararat: símbolo de tres creencias y de un exterminio
Como dijimos antes, el monte se ubica entre Turquía, un país musulmán; Armenia, un país cristiano –fue el primer país del mundo en aceptar el cristianismo como religión oficial en 301dC.–; e Irán, un país islámico chií –diferente al islam turco–.
Es por esta geografía que tienen en común que Ararat ha pasado a conformar símbolos de estas tres culturas. Tanto así, que hay una película famosa, del año 2002, llamada justamente “Ararat”, la cual relata el genocidio armenio, ocurrido entre 1915 y 1923 por parte de Turquía contra la población armenia.
Fueron arrestados, deportados y asesinados por ser cristianos y no estar a favor de los ideales islámicos de la época. Es por esto que también me quiero solidarizar con este país, al cumplirse 106 años de ese hecho fatídico, que, irónicamente, tuvo de fondo el monte Ararat, donde Dios prometió no aniquilar nunca más a la humanidad.