¿Dónde están las mujeres que se saben todo el eneagrama de personalidades? ¿Y las que se han hecho los test online que te dicen cómo eres? ¿Dónde están las mujeres que saben de memoria cuáles son sus «fortalezas» del test de las fortalezas? ¿Cuántas saben cuál es su tipo de personalidad? 

Si te identificaste en alguna de estas preguntas, o si alguna vez dedicaste más de 10 minutos a hacer un test online, eres de las personas que se preocupan como conocerse mejor. 

Quizá es algo de estos tiempos. Una forma moderna de abordar las situaciones. O simplemente era lo más inteligente que podíamos hacer como raza humana, empezar a mirar hacia adentro. 

Quisiera mirar hacia adentro hoy y compartirte algo que he aprendido. No hace mucho. Ni siquiera ayer. Lo acabo de aprender. 

En mi tiempo a solas con Dios, en mi tiempo de meditación, en mi reflexión del día, me doy cuenta de que debo trabajar en simplificar mi proceso emocional

Quiero ser ciento por ciento transparente contigo hoy. Como coach, como profesional, como mamá y esposa, tengo muy claro el concepto de inteligencia emocional. Trabajo en ella constantemente y lo hago intencionalmente. 

«La inteligencia emocional es la capacidad de percibir, expresar, comprender y gestionar las emociones». Es mucho más que «hacer lo que está socialmente aceptado», tiene que ver con un proceso interno que tiene varios pasos. Si me permites, quiero llevarte por un repaso de esos pasos, pero de una forma muy personal, de cómo yo trabajo internamente con mis emociones, ¿vale?

Pasos 

1–  Primeramente escucharnos. Que tu vida no vaya tan rápido que no tienes tiempo de escuchar qué te dice tu cuerpo en ciertas situaciones. ¿Qué te dice tu mente? ¿Cuáles son los recuerdos que te traen los olores? ¿Qué aprendiste de esa situación que te viene a la mente? 

2– Entender que esos estímulos generan en mí una cierta reacción. ¿Conoces cómo actúas cuando esos «gatillos » suceden? ¿Tiene sentido esa forma de reaccionar? ¿Te acuerdas cuándo fue la primera vez que lo hiciste? ¿Te ayuda a salir de ese círculo en el que te encuentras? 

¿Puedes ver que eres una nueva persona, que has aprendido y crecido? 

3– Ahora vamos a reconocer las emociones. ¿Qué sientes específicamente? ¿Está fundamentada esa emoción que tienes? ¿Puedes suplantar esa emoción con otra? Por ejemplo, suplantar el enojo por fascinación, o la tristeza por agradecimiento. 

4– Muchas veces no se trata de encontrar una solución, sino de conocerte mejor y poder ser intencional en nuestra respuesta emocional, o por lo menos el alcance que ésta tenga. 

Ahora, muchas veces después de pasar por este proceso, me encuentro abrumada, porque no logré enfocarme realmente en la emoción que sentía o en entender si la puedo interpretar o ver de una manera diferente, sino que me enfoqué en quejarme, ventilar y hacer catarsis.

La catarsis no es mala, te ayuda a poder sacar de adentro lo que tienes atragantado y poder seguir respirando. Pero, ¿qué pasa cuando después de la descarga a esa catarsis no le sigue nada? 

Yasmín Yunes

En mi caso me di cuenta de que me hace sentir culpable por sentirme así, y envuelta en el mismo círculo. 

Si a ti te funciona el proceso de catarsis, sigue con eso, pero si en algún momento sientes lo mismo que yo, «como que no llegaste a ningún lado», te propongo que le agreguemos un nuevo paso a esto. 

5Simplificar el proceso emocional: Vuelve a pensar en el concepto/momento/gatillo que te hizo sentir como te sientes, y que está liderando tu hilo conductor mental para llegar a donde te encuentras hoy. 

¿Hay alguna pregunta que puedas hacerte que solucione el problema mayor que te tiene en esta situación? ¿Qué puedes hacer que solucionaría tu situación actual de una forma global? 

Simplificar el proceso emocional te representa decir: ¿Qué pedido tendrías que hacer, para no sentirte más como te estás sintiendo? 

Yasmín Yunes

No hace falta cambiar tantas cosas como pensaste. Esa situación por la que estás pasando quizá no es tan terrible como creíste. Pero al reconocer tus emociones, trabajarlas, interpretarlas y darte el espacio de sentirlas, puedes darte cuenta de que hay algo que necesitas. Eso mismo es lo que tienes que pedir en el proceso. 

  • Si te sientes sola, pide compañía. 
  • Si te sientes que no puedes con todo, pide ayuda. 
  • Si te sientes que no recibes el amor que necesitas, pide espacios para poder recibirlos. 
  • Si te sientes que das más de lo que recibes, pide conversaciones claras. 
  • Si sientes que los demás te defraudan constantemente, pregúntate si no estás pidiéndoles lo que esperas de ellos. 

Puede ser más simple de lo que pensamos si estamos dispuestas. Todo empieza con una conversación. 

¿Te animas a escribir (aunque sea anónimamente) qué necesitas pedir hoy, o qué conversación tienes que abrir?

¡Nos leemos la próxima!