Fuimos misioneros en África en los años 1998 a 1999. Salimos con un llamado misionero hacia un campo de refugiados en Ruanda, en plena guerra étnica. 

Soy Verónica, mi esposo es Leonardo y nuestro hijo Ezequiel Arribas. Un día yo leí una noticia en la calle y empiezo a llorar al ver las personas que morían en Ruanda. Cuando regreso a casa mi esposo me comenta …“Vero fuimos llamados” y mi primer respuesta fue “Bueno fuiste llamado tú”. Y entre risas, pensé, “Dios me tiene que hablar a mí”. El Señor habló a mi corazón a las dos semanas, terminé llorando por esa tierra, así que comenzamos a prepararnos, a sembrar misiones en Argentina a promoverlas.

Nuestro hijo Ezequiel tenía dos años, preparamos nuestro corazón, vendimos todas las cosas, sacamos el pasaje, tuvimos un contacto allá: una familia misionera de EUA que nos recibió en un instituto bíblico con mucho amor.

«Estuvimos un año en Togo, un país muy pequeño. Fuimos allí primero para estudiar el idioma el francés, para luego bajar a Ruanda, ex Congo»

Famiilia Arrribas, misioneros de DNM Argentina

Además de estudiar, fuimos a las aldeas para predicar la Palabra, a 100 kilómetros fundamos una iglesia allí y pudimos comprarnos un terreno. Por cuestiones de salud tuvimos que tomar la decisión de volver. Leo, en el mes de mayo, después de estar aproximadamente cuatro o cinco meses, comenzó a enfermar de malaria y el 2 de mayo de 1999, cayó muy grave con un paludismo cerebral, que le afectó todo el sistema nervioso quedando en coma tres días.

Oramos, le pedimos al Señor y nos dio una palabra, una promesa. Al tercer día Leo se despertó y comenzó un periodo de convalecencia. Él tenía que recuperarse porque había perdido muchos kilos, creo que la mitad de su peso. Llegó a pesar 37 kilos a causa de la malaria. Mientras tanto seguíamos estudiando, predicábamos en aldeas y la iglesia allí.

Como veíamos que la salud de Leo empeoraba y no teníamos allí los recursos, médico o un hospital —en el lugar no hay recursos en ese sentido—, tuvimos que volver para Argentina.  Él estuvo internado en una clínica dos o tres meses donde fue recuperándose, pero África fue una tierra que atravesó nuestro corazón.

Tiempo de potenciar llamados

África es un lugar que quien la pisa no vuelve igual, es una tierra preciosa, una tierra que amo, que amamos y tenemos la oportunidad en este tiempo de volver. Dios puso en nuestro corazón una carga muy especial. Él le habló al corazón de Leo diciendo que teníamos que potenciar llamados. Como pastores de la iglesia, ya con ocho iglesias hija que hemos levantado, creemos ya es el tiempo de potenciar los llamados misioneros.

Dios le habló a un matrimonio de la iglesia hace tres años, cuando aún eran novios. Pero Él les había hablado por separado y les dijo que tenían que volver al lugar donde nosotros habíamos plantado y sembrado para continuar lo que nosotros habíamos empezado. Eso llenó nuestro corazón.Por otro lado, el Señor le dijo a Leo que tenía que potenciar llamados y la manera de hacerlo era acompañar todo este proceso, así que nos pusimos en marcha.

«Este 5 de junio regresaremos a África»

Famiilia Arrribas, misioneros de DNM Argentina

Primero iremos a Mali,  donde está la familia Pedrozo, también la idea es que este matrimonio que viaja con nosotros pueda conocer, observar, pisar suelo africano y acompañarlo en este tiempo para ver si ellos vuelven a ese lugar o a alguna otra parte de ese continente. Al acompañar en este proceso podemos ver cómo se cumple la palabra que Dios nos dio de potenciar los llamados misioneros. Si quieres ser parte con tu colaboración en este nuevo tiempo te dejamos aquí la cuenta de DNM Argentina para que te cuenten los pasos a seguir : click aquí

Verónica de Arribas junto a su esposo Leonardo y su hijo Ezequiel estuvieron como misioneros en África. Hoy son pastores con un fuerte ministerio evangelístico y formador de obreros y plantación de iglesias.

Agencia misionera con 38 años de servicio orientado a la movilización, preparación y envío de obreros a la obra misionera mundial. Hoy sostiene a 195 misioneros en 41 países de diferentes continentes, a la vez que acompaña la formación de decenas de llamados a través del programa. Grupo Potencial Misionero.