La International Christian Concern (ICC) denunció que los regímenes comunistas de China, Cuba, Laos, Corea del Norte y Vietnam están endureciendo el control estatal sobre las iglesias cristianas, mediante leyes restrictivas, supervisión financiera y exigencias de lealtad política que afectan gravemente la libertad religiosa.
Según el más reciente análisis del organismo, que asiste a víctimas de persecución religiosa en todo el mundo, las congregaciones cristianas enfrentan crecientes restricciones legales, financieras y operativas, con consecuencias que incluyen multas, cierre de templos y penas de prisión.
Control legal y lealtad obligatoria al Estado
En los cinco países señalados, los marcos legales permiten a las agencias estatales sancionar a las iglesias basándose en infracciones vagas o definidas políticamente. En muchos casos, se exige a los líderes cristianos declarar públicamente su lealtad al gobierno o al partido gobernante, bajo amenaza de perder su autorización para funcionar.
La ICC advierte que las congregaciones que operan fuera de los sistemas oficiales de registro son consideradas ilegales, lo que las expone a allanamientos, clausuras y persecución judicial.
Supervisión financiera como herramienta de persecución
Otro patrón común es el uso de la supervisión financiera como mecanismo de control estatal. Los gobiernos conservan autoridad para auditar, redirigir o confiscar fondos de las iglesias, limitando severamente su autonomía.
Las donaciones extranjeras son especialmente perseguidas y, en varios países, son consideradas una amenaza a la seguridad nacional, lo que criminaliza el apoyo internacional a comunidades cristianas locales.
China: sinización y control ideológico de las iglesias
En China, las iglesias están obligadas a registrarse ante el Estado y operar bajo el sistema de “sinización”, que exige que los sermones, enseñanzas y prácticas religiosas incorporen elementos culturales chinos y la ideología del Partido Comunista.
Según la ICC, las congregaciones deben someterse a auditorías financieras obligatorias y revelar todas sus fuentes de ingresos. El reglamento conocido como Medidas para la Gestión Financiera de Lugares de Actividades Religiosas autoriza a las autoridades a inspeccionar y auditar los bienes de las iglesias.
Además, los líderes cristianos deben prometer lealtad al Partido Comunista y afirmar los valores socialistas para obtener o conservar la aprobación oficial.
Vietnam: suspensión de actividades sin acusaciones claras
En Vietnam, el registro de los grupos religiosos también es obligatorio. Una normativa de 2024, conocida como Decreto 95, otorga al gobierno amplias facultades para exigir informes financieros y suspender actividades religiosas, incluso sin detallar violaciones específicas.
El análisis señala que las autoridades han detenido creyentes y restringido congregaciones que no cumplen con estos requisitos, aumentando la supervisión estatal sobre la vida eclesiástica.
Cuba: restricciones al registro y criminalización del financiamiento externo
En Cuba, las denuncias de represión religiosa son recurrentes. Aunque el registro ante el gobierno es obligatorio, rara vez se conceden nuevas autorizaciones a iglesias cristianas, según el informe.
Además, la financiación extranjera para actividades religiosas puede conllevar penas de hasta 10 años de prisión. Un informe de 2025 de la Comisión de Estados Unidos para la Libertad Religiosa Internacional indicó que las iglesias no registradas sufren acoso, clausuras y procesos judiciales.
Laos: aprobación estatal para casi toda actividad religiosa
En Laos, las iglesias deben registrarse y obtener aprobación previa para la mayoría de sus actividades, incluyendo cultos, reuniones, viajes del clero y construcción de templos.
Un informe del Departamento de Estado de EE. UU. de 2023 señaló que el gobierno tiene autoridad para detener cualquier actividad religiosa que considere una amenaza al orden público. Además, todos los materiales cristianos deben ser aprobados antes de su importación y distribución.
Corea del Norte: práctica cristiana castigada con prisión y trabajos forzados
En Corea del Norte, la situación es aún más extrema. Las iglesias solo existen como instituciones estrictamente controladas por el Estado, utilizadas como escaparates para visitantes extranjeros.
De acuerdo con informes citados por la ICC, el régimen espera que los ciudadanos denuncien a quienes practican el cristianismo de manera clandestina o posean Biblias u otro material cristiano. La actividad religiosa no autorizada es castigada con prisión, campos de trabajo forzado o severas sanciones.
Una persecución sistemática contra la fe cristiana
Aunque cada país presenta particularidades, la ICC concluye que existe un patrón común: lealtad obligatoria al Estado, control financiero, censura doctrinal y criminalización de la fe cristiana independiente.
Si bien los gobiernos justifican estas medidas en nombre de la unidad nacional, la paz o el orden constitucional, el efecto acumulativo es una restricción severa de la libertad religiosa y una creciente subordinación de la fe cristiana al poder estatal.
