Una vez más las puertas de nuestros estudios se abrieron para recibir a un nuevo invitado. En esta ocasión Abel Ballistreri se sentó a conversar con Sebastián Liendo acerca de puntos claves de la Iglesia y nuestra mirada del Evangelio.
El alma
Sebastián Liendo: ¿Qué es meramente el alma?
Abel Ballistreri: El alma es la luz que tenemos hoy. El alma es un conjunto de sistemas, es una creación de Dios, extraordinaria y maravillosa. Ahora, esto no significa que el alma por ser creación de Dios es buena, es perfecta y es hermosa. Si, en su en su formato y creación sí, pero luego se distorsiona. Igual que el ser humano puede usar su cuerpo para golpear a alguien, como para sanar, el alma también. Sometida al mal y sometida a la tiniebla va a reflejar el mal.
S: El más como un bisturí. Lo usamos para asesinar a personas o para operar y sanar.
A.B: Absolutamente. Yo entiendo que el alma tiene la capacidad de ser el reflejo de cosas que no se ven como una construcción, como una edificación.
Es decir, tiene la capacidad de reflejar aquello que la gobierna. Entonces, el Evangelio muestra que el alma sin vida espiritual se vuelve el reflejo perfecto del sistema del mundo. Y con vida espiritual tiene la capacidad de despojarse de todo lo que no refleja esa vida real y verdadera.
Reconfigurar nuestra mirada del Evangelio
A.B: Si nosotros nos encargamos como generación, a entender puntualmente de qué se trata el Evangelio y recibir la verdad del Señor sin nuestra mezcla, sin adaptaciones, entonces el Evangelio hace su tarea.
Porque si alguien me dice, “define el Evangelio”. Bueno, yo puedo definir el Evangelio, pero la sustancia de este, no está en definiciones.
Es como que yo te de una foto de una hamburguesa, pero no te vas a comer la foto. Entonces la sustancia del Evangelio es una palabra viva. Y esto pone distancia entre lo que uno puede hablar y lo que uno puede vivir en el Evangelio.
Jesús lo dijo así. “Ustedes oyeron que fue dicho No matarás, mas yo les digo que cualquiera que se enoje contra su hermano”, después lo volvió a decir. “Ustedes oyeron que fue dicho No adulterarás” Osea el punto es. ¿Por qué Jesús dice “Oyeron que fue dicho No matarás”, ¿No fue Dios el que dijo eso? ¿Cómo no se iban a enojar los judíos cuando él decía cosas como esa. Moisés no dijo que Dios lo dijo. Es que, no es lo mismo leer que Dios dijo algo a que Dios te lo diga.
Entonces ahí está la palabra viva del Evangelio, que no me puedo conformar con que alguien me dé una ideología cristiana, sino que el Evangelio te propone encontrarte con la Palabra viva de Dios, transformando tu corazón y eso es irreemplazable. No hay coaching en el Evangelio. No digo que esté mal hacerlo, es algo genial con los que hacen coaching, háganlo y yo siempre lo recomiendo. Pero el Evangelio no transforma de esa manera, la transformación del Evangelio es de por vida.
El Evangelio de las obras
S: Como iglesia a nosotros nos interesa más cómo hacer las cosas, porque indirectamente seguimos y queremos vivir todo el tiempo de obras. Hay un concepto que a mí me había como golpeado en su momento, que era el tema de la Torre de Babel, que trata como yo vivo construyendo mi Torre de Babel.
A.B: Ahí hay un punto que tenemos como generación que superar. Y es el orgullo de que nos funcionen las cosas. Cuando vemos el parámetro de qué Dios mide cómo funcional, las cosas cambian. De hecho, El Señor le dijo a la iglesia en Sardis “Tú te crees que eres rica. Pero en la realidad de mi mirada eres pobre.”
O sea, ahora yo me pongo en el lugar de esa iglesia que dice “Yo soy rica y todo el mundo sabe que yo soy rica, y todos los que me ven confirman de que yo soy rica.” Pero viene y dice “Mira, tengo un problemita contra ti, nada más esto; todo lo que crees está mal.”
Esto quizá pueda ser una palabra de consuelo para muchos pastores que por ahí no se ven como aprobados en las medidas que el mundo evangélico impone. Yo siempre digo que Jesús sería tildado como fracasado en el mundo evangélico, cuando rindió cuenta al Padre. Sí, pero es que el Evangelio no se sustenta en los resultados humanos aparentes, donde yo veo hoy que hay muchos sistemas religiosos que no les importa que se pierdan cinco en una iglesia, total vinieron diez en el mismo mes y eso es un éxito y el mes siguiente se fueron 20, pero me fueron 40 y ellos exclaman «Estamos creciendo».
¿Estamos creciendo según quién? Porque yo veo que cada vez que hablamos de estas cosas alguien dice “Pero tenemos que tener iglesias grandes.” ¿Y quien niega eso? Claro que queremos ver la salvación de las almas. Pero el Señor mide a la Iglesia en estatura de Cristo y quienes fuimos llamados a predicar el Evangelio, así seremos medidos y así será medida nuestra gestión.