La entrenadora con más victorias en la historia del baloncesto femenino de la Universidad de Elon expresa que su objetivo final es impactar a sus jugadoras con el amor de Cristo y glorificar a Dios.
Charlotte Smith, una exjugadora de la Women’s National Basketball Association (Asociación Nacional de Básquet Femenino, en español), que hace 13 años dirige al equipo universitario, fue honrada en los K-Love Fan Awards, una entrega de premios votada por fanáticos de la música cristiana, los deportes, los libros y las películas estadounidenses.
El mes pasado, Elon ganó dos campeonatos de conferencia consecutivos, en 2017 y 2018, además de avanzar al Torneo de la NCAA, una asociación compuesta de programas deportivos universitarios en los Estados Unidos de América, por única vez en la historia.
“La vida de los deportes es una vida donde constantemente estás en una cinta de correr de rendimiento. Y si no estás arraigado en tu identidad y en quién eres, puedes perderte, puedes ser tragado. Y con demasiada frecuencia, como atletas, nos encontramos en la taza de medir donde sentimos que no estamos a la altura y que no hemos rendido al máximo de nuestra capacidad”.
Smith es autora de dos libros de devoción, When Coaches Pray [‘Cuando las entrenadoras oran’] y When Athletes Pray [‘Cuando los atletas oran’]. Se destacó en la Universidad de Carolina del Norte, donde conectó el lanzamiento ganador en el partido por el campeonato nacional de 1994.
“Quería ser una MVP [Mejor jugadora], quería ser una All-Star. Y en la WNBA, nunca fui MVP, nunca fui All-Star. Puedo recordar un día en que sentí que el Espíritu Santo me susurraba: ‘¿Qué has hecho por mí últimamente?’. Porque me había consumido demasiado buscar el éxito del mundo. Y eso cambió toda la trayectoria de mi perspectiva, en términos de pensar: tengo esta increíble plataforma, ¿qué puedo hacer para usarla para la gloria de Dios?”, comentó Smith.
Además, agregó: “Cuando nos rendimos a Dios, no hay nada en nuestras vidas que nos falte”,con lo cual enfatiza su lugar en el Reino de Dios.
“Los cristianos somos amados, aceptados, elegidos y guardados para estar solamente con Él. Y esas son las cosas que trato de reiterar a mis jugadoras para que sepan quiénes son en Cristo”, dijo.
Cuando obtuvo el premio, la entrenadora contó la historia de una temporada perdedora, “una de las peores” de su carrera, cuando su equipo logró muy pocos de sus objetivos. Al terminar el último partido, la madre de un niño pequeño le dijo a Smith que quería que ella lo guiará a Cristo. “Lo llamo el mejor campeonato que he ganado en la cancha de la Universidad de Elon. Pude llevar a ese niño a Cristo”, expresó.
Luego de tantos años al mando del equipo, la Palabra de Jesús fue creciendo en el interior de la entrenadora para hacerlo público en la entrega de premios, movilizada por el Espíritu Santo y utilizando el deporte como una herramienta de transmisión del Evangelio de Jesucristo, nuestro Señor.