Este día pareciera tener cierto tinte de nostalgia y pesadumbre pero, en realidad, es todo lo contrario. Es el momento cúlmine del plan maestro que tenía el Padre desde antes de la fundación del mundo. La cruz es nuestra victoria. Allí Cristo venció todos los poderes del mundo, el pecado, la muerte y las tinieblas.
Tetelestai es la palabra en el original para expresar “consumado es”, y se utilizaba para decir que una deuda fue paga, que el siervo había completado una tarea encomendada por su amo o cuando un artista culminaba una pintura.
Claramente, en Cristo, las tres expresiones explican que el acta que estaba en contra de nosotros fue anulada, que Él terminó el trabajo que el Padre le había encargado y fue el sello de esta obra maestra y compleja.
Tetelestai está en presente continuo. Es decir, algo que ocurrió en el pasado sigue sucediendo. Cristo sigue venciendo, sigue culminando su obra, sigue salvando.