Uno de los pasajes más famosos de los evangelios es la visita de estos misteriosos personajes, los cuales les dieron ofrendas al recién nacido Jesús. Actualmente se festeja el 6 de enero como una celebración más de la cristiandad, y dependiendo del país o la zona, se elaboran diferentes platos típicos (como la rosca de Reyes). Además, se aprovecha para ofrecer regalos a los niños, dejando, como un intercambio, pasto y agua para los camellos de los reyes magos.
Todo lo que atraviesa la vida de Jesús tiene un tinte de historia y cierto misterio en sí, o datos que que no terminan de ser del todo claros. ¿Existieron los reyes magos? 🤔Todo lo que atraviesa la vida de Jesús tiene un tinte de historia y cierto misterio en sí, o datos que que no terminan de ser del todo claros. ¿Este relato se podrá comprobar❓ 🗣️ @mrqz28.12 nos aclara que con el paso del tiempo y con el relato popular; normalizamos algunos datos que no se especifican en las escrituras, como el hecho de que los sabios del oriente eran tres y que sus nombres eran Melchor, Gaspar y Baltasar.🐫 🤯¿Y si todo es un mito? Lee la nota completa en el link de nuestra bio.⬆️ #reyesmagos #jesús #regalos
El origen de “reyes” y “magos”
Este término de “realeza” quizás no haga referencia a un gobernador o a un monarca que dirige un país determinado. Probablemente, los reyes eran una casta de sabios de Persia (actual Irán) expertos en ver los cielos e interpretar señales importantes (para más información pueden visitar el sitio de National Geographic El origen de los reyes magos).
Es por ello que se dirigieron a Jerusalén, debido a que identificaron la estrella que los guiaba:“¿Dónde está el que ha nacido rey de los judíos? —preguntaron—. Vimos levantarse su estrella y hemos venido a adorarlo” (Mateo 2:2).
Por lo tanto, estos reyes eran paganos que estudiaban los cielos, y tenían cierto prestigio y riqueza. Eso les permitió llevar oro, incienso y mirra.
Era poco probable que un gobernante dejara su país para ir hasta Jerusalén y adorar a un rey que anunciaba las señales. Los expertos afirman que el hecho de que los guiara una estrella sugiere que estaban instruidos en astrología o en la ciencia de la navegación y en el cálculo del tiempo por medio de las configuraciones estelares.
En esa época, el término “magos” se adjudicaba a aquellos que se dedicaban a la astronomía (el estudio de los astros y de los cuerpos celestes) y la astrología (el descifrar símbolos y adivinar el futuro, mediante la observación de los astros), como dos disciplinas que se terminaban convirtiendo en una.
Todos los reyes de la antigüedad tenían “astrólogos-astrónomos” entre sus servidores, para asegurar quién habría de ser el próximo rey, cómo sería su reinado, si debían ir a la guerra, o no. De ahí se deriva el término “mago”: una persona que adivinaba lo que sucedería, mediante la observación del cielo.
Podemos atribuirles una hazaña histórica: sin ser judíos, ni practicar su fe o alabar al Dios de Israel, supieron ver que había nacido el Rey de reyes, aquel que todos los profetas habían anunciado.
¿Tres? ¿De dónde? ¿Melchor, Gaspar y Baltasar?
Si les tocó alguna vez disfrazarse de rey mago, seguramente, más de uno habrá tenido que pintarse la cara negra, además de asociarse con otras dos personas para poder personificar a estos míticos magos del oriente.
Pero…
¿Quién dijo que eran tres, si la Biblia no expresa nada al respecto?
La respuesta fácil sería: Jesús recibió tres regalos, uno por cada rey que fue a adorarlo. Esta idea fue sugerida por el escritor y teólogo del siglo III, Orígenes, uno de los tres pilares de la teología cristiana, quien propuso por primera vez que fueran tres magos en razón de los tres dones ofrecidos al niño.
¿Cómo son representados los tres reyes magos?
- Melchor se representa generalmente como un anciano blanco con barba por las personas provenientes de la zona europea, y ofrece al Niño el oro por la realeza de Cristo.
- Gaspar representa a la zona asiática y porta el incienso, por la divinidad de Jesús.
- Baltasar es negro, en representación de África, y regala al Salvador la mirra, sustancia que se utilizaba para embalsamar cadáveres y era símbolo de la humanidad del Señor.
Tradición contradictoria, debido a que la escritura de Mateo dice “procedentes del Oriente”. Lo que vinieron de lejos son los regalos, como dice Baéz-Camargo (1979) en su libro Comentario arqueológico de la Biblia (EE. UU.: Caribe): “… el incienso y la mirra, resinas vegetales que se producían en la región del estrecho de Adén (actual Yemen), sur de Arabia y costa frontera de África. La verdad es que en aquel tiempo eran artículos muy costosos”.
Otra rareza más: solo un evangelio los nombra
Al comparar los cuatro evangelios, es notorio que solo el de Mateo nombra a los visitantes. Como dijimos antes, se los menciona en plural, por ello se sabe que eran más de uno. Tres, cuatro o doce, no se sabe cuántos.
En un par de versículos, narra lo que tuvieron que pasar estos hombres: vieron la estrella, entrevistaron a Herodes, adoraron al recién nacido y, por temor, volvieron a su tierra natal por otro camino. Solo eso. No se sabe nada más.
La moraleja y por qué está en la Biblia
Quizás no quedaron registros de cuántos eran ni de dónde venían para que no idolatremos los regalos. Esta pequeña y poco conocida historia, a mi modo de ver, tiene un mensaje corto: Dios es proveedor. ¿Qué hizo con esos regalos la familia de Jesús? Probablemente, los usaron en su escapada a Egipto o en alguna otra circunstancia adversa. Estos presentes, dignos de un rey, estoy seguro de que se utilizaron en momentos de dificultad, lo que nos deja una enseñanza para el año que comienza: confiemos en que Dios ya nos proveyó de todo en su Hijo amado. Observemos las palomas y las flores del campo que no trabajan ni hilan, pero siempre tienen vestido y comida. Cuánto más nosotros. Si no lo experimentamos en el 2022, habrá que vivirlo en el 2023.