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La gran pelea

Constantemente leo o escucho el título de este artículo: La pelea del siglo. Cuando se jugó la final de la Libertadores 2018 entre Boca y River, los dos equipos más importantes del fútbol argentino, lo titularon de forma similar: el partido del siglo, incluso algunos se pusieron apocalípticos y lo llamaron el partido del fin del mundo. Pero personalmente considero que el encuentro del siglo fue uno que se narra en la Biblia entre Dios y su amigo Job.

Sabemos que Job es un libro poético, lo cual no quita validez a su relato, del que habitualmente se ha hecho un resumen muy breve:

  • Job era un hombre entregado a Dios y a su familia.
  • En una ocasión, Satanás pide la oportunidad de probarlo y le es concedido.
  • A pesar de la enfermedad, la pérdida y el dolor, Job mantiene su fe en Dios.
  • Dios mira a Job después de un tiempo, le devuelve todo lo que perdió y restaura su vida.

Lindísima la historia, la que todos queremos, pero…

En ese resumen del libro de Job falta una aclaración: aunque Job no maldijo a Dios, se pasa cuestionando y criticando su labor. Sí, en ningún momento se declaró ateo, satanista o renunció a su fe, pero tampoco es que estaba muy convencido de que Dios realmente quisiera su bienestar, aunque nunca duda de su fidelidad ¿No me crees? Échale un ojo a la Biblia.

Me encanta, porque en muchos aspectos me siento identificado con Job. Él amaba a Dios, no lo dudo, pero al ver la calamidad, su mente y corazón no se mantuvieron firmes, así como me suele pasar a veces. 

Ahora sí, te cuento la pelea del siglo: imagínate pasarte días cuestionando a Dios, señalándole, criticándolo, refunfuñando, renegando, pidiendo la muerte como escape a tu dolor, poniendo en duda su habilidad siendo el Ser Supremo. Y entonces Dios se levanta para atender a este pequeño hombre que creyó poder retar o cuestionar al Creador. Y el primer golpe inicia así:

“El Señor le respondió a Job desde la tempestad. Le dijo: ¿Quién es este, que oscurece mi consejo con palabras carentes de sentido? Prepárate a hacerme frente; yo voy a interrogarte, y tú me responderás”. Job 38:1-3

Lo que sigue son 129 versículos de confrontación a Job por parte de Dios, ¡129! Es como un peleador de la UFC contra el ganador de Taekwondo del barrio Los Patitos. Es una muestra sublime de la autoridad, paciencia y grandeza de Dios. Me encanta porque Dios nunca le envía al infierno, ni le quita su gracia, se dedica a hacerle preguntas para que Job pueda ubicarse en tiempo y espacio y reconozca quién es Él y con quién está hablando. 

¿Con qué termina? ¿Con una respuesta elocuente por parte de nuestro amigo? No, apenas un par de frases, entre las que reconoce “De oídas había oído hablar de ti, pero ahora te veo con mis propios ojos. Por tanto, me retracto de lo que he dicho, y me arrepiento en polvo y ceniza”.

Sonrío al leer esta parte porque me imagino a Job todo achicopalado diciendo “Ya entendí, tú sigues siendo Dios”

Y mi pana (amigo), como diríamos en Ecuador, es para mí la pelea del siglo, una pelea en la que hubo dos ganadores: Dios porque una vez más pudo presentarse a la humanidad como lo que es, el gran Creador, y Job, porque en esa situación pudo conocer realmente al Dios en quien creía. 

Jimmy Sarango
Jimmy Sarango
Comunicador ecuatoriano enfocado en compartir su fe desde la cotidianidad. Autor de "Cristianos Digitales: tu fe más allá de un like". Cofundador de Biblia y Filosofía, iniciativa donde abordamos la fe, el pensamiento filosófico y la cultura popular. Creador de #reflexionesdebolsillo y escritor en Youversion. Productor y conductor de #ElAfter en Radio HCJB. Hijo, hermano, esposo y amigo.

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