Usemos, leamos, prediquemos, enseñemos Su Palabra.
La Biblia ocupa el primer lugar entre los libros más leídos en el mundo con casi 4.000 millones de copias y ha sido traducida a más de 700 idiomas y más de 2.000 dialectos. En el mes de septiembre se conmemora de una forma especial para los cristianos de habla hispana, porque se celebra el mes de la Biblia.
Para las iglesias evangélicas y protestantes, se destaca que un día 26 de septiembre de 1569 en Suiza, se terminaron de imprimir los primeros 260 ejemplares de la Biblia en español conocida como la “Biblia del Oso” (llamada así por la ilustración de su portada). Esta traducción fue hecha por Casiodoro de Reina, y luego sería revisada por Cipriano de Valera, convirtiéndose en la traducción Reina Valera, la de mayor circulación en el mundo de habla hispana y la más apreciada por las iglesias protestantes y evangélicas.
La “Biblia del Oso”, llamada así por el grabado xilográfico de la portada, que perteneció al impresor Samuel Biener (Apiarius), y que se usó para que la inquisición no supiera lugar, fecha, impresor ni autor del trabajo. La miel representa la Palabra Divina que es más dulce al paladar, como dice el Salmo; el oso es el creyente que busca y saborea la miel; las 12 abejas son los traductores; el árbol truncado es la España bajo la destrucción que hace la Contrarreforma (el mazo), las arañas y los pájaros, aquellos que se oponen a la traducción; y el libro abierto al pie del árbol es la traducción bíblica que se volvía accesible al pueblo y que a pesar de las persecuciones no puede ser destruida.
La Biblia contrasta con la yerba efímera sobre la que está colocada, y así se vincula con la frase en hebreo y castellano proveniente del libro del profeta Isaías: “Dabar Eloheinu yaqom leolam” que significa “La palabra del Dios nuestro permanece para siempre”.
Tener la Biblia, la Palabra de Dios en nuestro propio idioma, y que cada individuo pueda tenerla en su propio idioma o dialecto, ha costado y sigue costando. Es mucho trabajo, mucha gente que dio su vida (y su muerte) para traducir la Biblia, porque es LA BIBLIA la Palabra de Dios y no la nuestra la que trae vida, luz y guía para nuestro camino.
- Nuestras enseñanzas siempre, siempre, siempre deben estar basadas en Su Palabra y no en las nuestras.
- Nuestras predicaciones siempre, siempre, siempre deben estar basadas en Su Palabra y no en las nuestras.
- Nuestros materiales siempre, siempre, siempre deben estar basados en Su Palabra y no en las nuestras.
- Nuestros libros siempre, siempre, siempre deben estar basados en Su Palabra y no en las nuestras.
“Porque no son nuestras palabras ni nuestras anécdotas, nuestras elocuentes historias ni nuestros chistes lo que cambia la vida de una persona, sino Su Palabra: La Biblia”.
En nuestro rol de pastores, líderes, influenciadores de los valores del cristianismo, debemos utilizar este mes para volver a autoevaluarnos y reconocer que lo que la sociedad necesita es: Su Palabra.
SU PALABRA NO CAMBIA
La Biblia sigue vigente. Su Palabra no cambia. El valor de ella tampoco. “El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán”, Mateo 24:35. No debemos “aggiornar” la Palabra de Dios. La cultura puede cambiar de región en región, pero Su Palabra está viva y vigente en cada país, en cada región, en cada cultura y en cada época.
Frente al avasallamiento del pseudo progresismo,no debemos diluir la Biblia ni sus principios. Podemos caer en el error de querer “aggiornar”, actualizar o “interpretar” la Biblia para “adaptarla” al contexto actual.
Su Palabra es suficiente y solo su Palabra, no la nuestra, ya que Su Palabra no cambia. La Biblia habla de Cristo, ella contiene el mensaje de salvación. Es por las Escrituras que nos encontramos con Dios y su hijo Jesucristo, llegamos a la fe y desarrollamos nuestra vida como hijos de Dios.
Las perspectivas y opiniones de los cristianos pueden cambiar, errar o equivocarse. Pero Su Palabra no cambia, no se equivoca, no erra. Por ello, continuemos valorando y teniendo en alta estima Su Palabra, la Biblia.
“Toda la Escritura está inspirada por Dios y es útil para enseñarnos lo que es verdad y para hacernos ver lo que está mal en nuestra vida. Nos corrige cuando estamos equivocados y nos enseña a hacer lo correcto. Dios la usa para preparar y capacitar a su pueblo para que haga toda buena obra”. 2ª Timoteo 3:16-17
Usemos Su Palabra. Leamos Su Palabra. Prediquemos Su Palabra. Enseñemos Su Palabra…Y no las nuestras.