Las principales ciudades de Estados Unidos están atravesando un momento particular: la delincuencia está aumentando y algunos equipos de policía abandonan sus puestos.
Desde diferentes comisarías piden ayuda a las iglesias para que colaboren a controlar una situación que se les va de las manos.
Estados Unidos registró más de 21.500 homicidios en 2020, casi 59 por día, según las últimas estadísticas publicadas por la policía federal (FBI).
Los departamentos de policía están reconociendo que únicamente a través de la fe es que se puede ver un cambio en sus comunidades. En algunas localidades, como por ejemplo en Gresham ubicado en el estado costero de Oregón, el cuerpo policial se ve obligado a elegir qué llamadas van a recibir y priorizar a cuáles delitos enviarán de sus agentes.
El sargento de la seccional, expresó: “solo podemos investigar asesinatos. Responderemos rutinariamente a los tiroteos, pero si la persona va a sobrevivir, no vamos a hacer un seguimiento de eso”.
Este panorama se repite en Filadelfia y en Los Ángeles, donde han tenido que recortar el servicio de equipos policiales para casos de asistencia a personas sin hogar o por maltrato infantil. Ante la deserción de varios integrantes de los equipos, el sargento de Gresham expresó que espera que sus agentes se mantengan firmes y permanezcan en sus puestos de trabajo, aunque “nos va a llevar años recuperarnos”.
Ya suman 25 a nivel nacional, los equipos de autoridades que se unieron a reconocidos líderes cristianos dentro del Capitolio en Washington, para invitarlos a ser parte del fin de semana azul y de la fe nacional (National Faith and Blue Weekend) propuesta por “Movement Forward”, en 2020.
Se trata de una propuesta simple pero poderosa, como lo expresan en Faith and blue , reforzar los lazos que unen a los oficiales y ciudadanos para construir barrios en los que todos se sientan seguros y tenidos en cuenta.
Desde esta organización, consideran que las iglesias cristianas son las únicas que pueden ayudar a construir esos lazos de forma saludable porque además de ser diversas, son el recurso comunitario más grande de la nación en los que participan 65 millones de norteamericanos en sus reuniones semanales.
El director de “MovementForward” , es el pastor Markel Hutchins y expresó: “con el aumento de la delincuencia y la violencia, con las comunidades asediadas y atacas, la mejor marcha no es contra las fuerzas del orden, sino con ellas. Y eso es lo que las comunidades religiosas están en condiciones de hacer”.
Entre otras cosas, se harán caminatas por la paz y la propuesta es realizar picnics y actividades variadas para los ciudadanos en todo el país y transmitir principios de esperanza y de vida.
Son varios los directivos policiales que están de acuerdo con que las congregaciones cristianas son fundamentales para construir comunidades más seguras y fuertes. El jefe adjunto de la policía de la Universidad de Delaware expresó que “la policía es mucho más que la vigilancia de la ley; la parte de la aplicación de la ley es solo una pieza y no podemos arrestar para salir de este problema».
«Tenemos que colaborar con líderes de la comunidad y tratar de hacer programas educativos, de divulgación, tratar de construir esa confianza con las personas”, concluyó el policía.
Más estadísticas:
La tasa de homicidios cada 100.000 habitantes subió a 6,5 en 2020 en Estados Unidos. Esa tasa es de 1/100.000 en Francia, Alemania o Australia, y de 2/100.000 en Canadá, de acuerdo con los últimos datos del Banco Mundial.
En Estados Unidos, más de tres cuartas partes de los homicidios se cometen con armas de fuego.
Un récord de más de 23 millones de armas se vendieron en 2020, y más de 20 millones en 2021, según datos del sitio Small Arms Analytics.
A esto se suma un número creciente de armas «fantasma», que carecen de número de serie, muy populares entre los delincuentes.
En junio de 2021, 30% de los adultos dijo poseer un arma, de acuerdo con un sondeo del centro de investigación Pew.