Podríamos definirla de mil maneras, pero vamos a situarnos en su definición de lugar, donde hallamos cosas, en este caso, lo más íntimo de algo o alguien. Es ese espacio en donde uno está y suele no saber cómo utilizar este territorio.
Las personas solemos tomar malas decisiones y, dentro de ellas, es no saber utilizar bien las áreas de nuestra vida, intentamos, pero fallamos más de lo que triunfamos… Por eso, quiero invitarte a conocer un poco más sobre la intimidad, sus bases, qué hay dentro y cómo podemos hacer de un lugar que suena a pacífico, a silencio, a un taller lleno de creatividad. Pero, para esto, debemos tener en orden nuestro interior para que todo lo que nazca no muera y perdure… ¡Empecemos!
La intimidad es el espacio en donde nos encontramos con lo más profundo y genuino de una persona o de nosotros mismos. La meditación, la concentración nos abre la puerta a ella, pues estamos hablamos de un lugar en donde lo cotidiano y lo externo disminuye y nos encontramos con verdades.
Es en aquel espacio en donde están las raíces, los cimientos y es en lo más profundo de lo íntimo que encontramos al corazón del ser humano. Me gusta pensar al corazón como una caja de electricidad de alto rendimiento que, depende de cómo estén conectados los cables, es como va a reaccionar la mente, la cual es quien le da las órdenes a todo el cuerpo.
En lo íntimo, descubrimos la intimidad de algo o alguien, cuando llegamos a su punto más transparente, en donde se encuentran todas los cables que nos hablan del potencial, de la duración, de su estado, entre otras cosas. Estos cables también pueden tener un fin, pero estar mal conectados por ignorancia o por daños que hicieron que, en vez de cumplir su función principal, están dando energía a más áreas de las que debería por naturaleza.
Entendiendo a lo íntimo como lo más profundo, es ahí en donde lo genuino, lo verdadero es hallado. No estamos hablando de la verdad suprema, sino de lo que cada uno estableció como verdad en su interior. Es en donde podemos encontrarnos con el por qué de los modismos de una persona, por qué de sus acciones, por qué piensa de determinada manera, por qué sueña con cosas específicas, sus heridas, etc.
La verdad que creamos es la verdad que determinará nuestra identidad
En lo íntimo encontramos lo que, cada uno de nosotros, construimos como nuestra identidad (verdad) y podemos:
- seguir construyendo
- destruir
- reedificar
Estos tres puntos podemos aplicarlos tanto para nuestro beneficio como para nuestra contra.
“Como hijos de Dios ya hemos recibido nuestra identidad por medio del sacrificio de Cristo y solo nos queda afianzarnos diariamente a lo que ya sabemos”
También es comenzar a ser tallados conforme a la imagen de nuestro Padre mediante la obediencia a su Palabra sembrada en nosotros.
“Por eso, guarden ustedes en su corazón el mensaje que oyeron desde el principio; y si lo que oyeron desde el principio queda en su corazón, también ustedes permanecerán unidos con el Hijo y con el Padre.”. 1 Juan 2:24
La clave de la intimidad es que nos abre la puerta para conocer la identidad de Dios y decidir vivirla. Tomarla para nosotros. La intimidad con Papá nos lleva a conocer Su persona y Su identidad de luz nos alumbra de tal manera que podemos encontrarnos con lo que fue corrompido en nosotros. Allí es donde Él prepara nuestro corazón (quita, limpia o reafirma) y siembra su palabra de identidad. Luego, depende de nosotros regarla con nuestra obediencia, la cual genera que podamos vivir en relación sana con el Espíritu Santo. El resultado de esto es que se afirmen las raíces que luego darán un buen fruto en nuestras vidas.
La diferencia entre un fruto y un buen fruto es que uno solo quita el hambre mientras que el otro es un fruto que alimenta y da sustento verdadero. Con el paso de los encuentros en intimidad con el Padre se nos dará a conocer que nuestro corazón ya tiene una identidad diferente a la cual tuvo por principio al nacer, en lo íntimo se da esa transformación hacia nuestra verdadera naturaleza humana, la de Cristo. Jesús mantuvo su santidad porque obedecía la Palabra de Dios y esta obediencia construyó una intimidad que estaba compuesta por una identidad igual a la del Padre.
“Santifícalos en tu verdad; tu palabra es verdad” Juan 17:17
Jesús clamó por nosotros para que podamos tener una identidad santa y plena por medio de la Palabra. El Padre se comprometió desde el principio a que podamos vivir nuestra identidad como Hijos de Dios. Nos toca a nosotros caminar conforme a lo que conocemos…
“¿Cómo puede el joven llevar una vida pura? Siguiendo tus enseñanzas”. Salmos 119:9
Antes de hablar sobre creatividad, debemos comprender quiénes somos. Lo que hagamos con nuestras manos debe salir de un corazón genuino, que sabe quien es, de donde viene y hacia donde va, cual es la verdadera meta y riqueza.
Por eso, antes de hablar sobre cómo crear en base a tus talentos y dones, quisiera llevarte a reflexionar sobre cómo está tu corazón, cómo está tu identidad. Lo íntimo es ese espacio perfecto en donde el Padre nos muestra su corazón y al estar frente al nuestro no solo nos transforma sino que, si estamos dispuestos y atentos, conociendo su mover, podremos no solo ser restaurados a la imagen de Cristo, sino que tendremos un nacimiento que será como por piedra valiosa para la construcción de la Iglesia.
Iniciamos un paseo sobre la intimidad como espacio en donde encontraremos nuestra identidad, crearemos y daremos nuestra porción de tierra para el Reino.