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Guatemala defiende la vida

Vivir el 9 de marzo la declaración de Guatemala como Capital Provida de Iberoamérica ha sido, sin dudas, una de mis experiencias más lindas en la militancia a favor de la vida y la familia. Guatemala es y será un ejemplo para todas las naciones.

Algunas encuestas nos dicen que desde el año 1996 la población cristiana evangélica en Guatemala ha crecido constantemente desde un 24% hasta un 45% aproximadamente en el año 2020. Pese a que los cristianos católicos crecieron un poco desde esa misma fecha, en el año 2020 estarían siendo alrededor de un 42% también. Números más, números menos, la población cristiana en Guatemala supera el 80%. 

En el Palacio Nacional de la Cultura se develó el monumento que estableció a Guatemala como Capital Provida de Iberoamérica, junto al presidente, Alejandro Giammattei; la presidenta del Congreso, Shirley Rivera, y una gran comitiva del órgano ejecutivo y legislativo, pero también acompañados de cientos de personalidades extranjeras que asistieron junto al Congreso Iberoamericano por la Vida y la Familia, además de los cristianos y pastores de la ciudad.

Una réplica del monumento se colocó en el Congreso guatemalteco y, en lo que constituye un hecho poco común en los tiempos que corren, al iniciar la ceremonia para develarlo se realizó dentro del recinto legislativo una oración para invocar a Dios. ¿Se imaginan eso en sus naciones?

Sin lugar a dudas, para los cristianos de Iberoamérica estos días han sido grandiosos, inspiradores, movilizadores y producirán en nosotros un combustible fuerte y cuantioso para los tiempos que nos toca vivir.

Defender la vida y la familia natural no es trabajo de solamente un día, tampoco de un gobierno; no es algo que compete a una sola congregación o un grupo limitado de ciudadanos. Defender la vida y la familia es un deber de todo hombre y mujer de bien que esté dispuesto a consagrar su vida para salvar la vida de otros. No es una tarea fácil. 

La agenda globalista no nos ha hecho fácil esta labor. Pero ¿qué mérito tendría hacer algo que simplemente es fácil? Por supuesto que ninguno. No es fácil y tampoco lo será pero con toda certeza puedo decir que cientos de miles se están levantando en toda América Latina y en el mundo entero para defender el valor de la vida.

Definirse como provida no es simplemente estar a favor de la vida desde la concepción, estar en contra del aborto. Asumirse como provida es estar a favor de la dignidad intrínseca del ser humano en todas sus etapas y defenderla. Por eso, quien es provida no solo defiende el derecho a vivir y el derecho de nacer sino también los derechos de los niños, y lucha en contra del abuso sexual infantil. 

Quienes somos provida estamos interesados en proteger a miles de mujeres vulneradas a través del abuso sexual o del sometimiento. Los provida sostenemos que el hombre y la mujer tienen igual dignidad humana, aunque sean completamente distintos desde los aspectos biológicos, genéticos, anatómicos y psicológicos, y toda la larga lista de elementos que nos diferencian.

Ser provida es entender que el hombre no es malo en sí mismo, ni tampoco lo es la mujer; sino que existen personas con tendencia a la maldad.

Los padres provida defendemos el derecho a la educación de nuestros hijos, no solamente en relación a la crianza moral y religiosa, que por supuesto es un derecho que tienen los padres, sino que luchamos porque haya escuelas donde se dicten clases de manera regular con docentes calificados y en establecimientos dignos.

Quienes somos provida nos pronunciamos en contra de todo consumo nocivo, sostenemos el valor del esfuerzo y del trabajo, defendemos la libertad de todas las personas de escoger en qué creer y qué no creer y poder expresarlo libremente.

Estamos interesados en defender el derecho a la salud de todas las personas y en particular que los ciudadanos con enfermedades puedan recibir la atención adecuada. Quienes somos provida defendemos los derechos de los ancianos a tener una vida digna y protegida.

Queremos que el ejemplo de Guatemala sea una luz en medio de la oscuridad, que sea combustible para los tanques vacíos de muchas naciones, para que algún día se proteja la vida y la familia a través de políticas públicas desde los ámbitos educativos, asistenciales, médicos y demás.

Si Guatemala es vida, que cada una de nuestras naciones también lo sea.

Nadia Márquez
Nadia Márquez
Es abogada, graduada de la Universidad Católica de Salta; forma parte del Congreso Iberoamericano por la Vida y la Familia; es expositora a nivel nacional, en temas de vida cristiana y cívica, como aborto, ideología de género, entre otros; actualmente es concejal por el Partido Demócrata Cristiano en la ciudad de Neuquén Capital; madre de tres hijos y esposa, casada hace 12 años con Matías Riffo, Pastora en la Iglesia Jesús Es Rey.

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