¿Les ha pasado que se sintieron enamorados o eufóricos por un nuevo proyecto? Si todo empieza con fuerza y felicidad, ¿por qué con el tiempo se va apagando?

Se llama enamoramiento y tiene sustento biológico: las alteraciones emocionales vienen dadas por una sustancia llamada feniletilamina, que aumenta nuestra energía y hace que produzcamos más dopamina, la llamada hormona de la felicidad o del amor, que nos hace sentir euforia, satisfacción, placer y buen humor.  

Son neurotransmisores vitales para el afianzamiento de las relaciones de pareja y la rutina laboral, y gracias a ellos en poco tiempo relacionamos las sensaciones químicas con la persona o la acción que las produce. Al principio, la reacción a los químicos y hormonas es muy intensa pero luego el acostumbramiento genera tolerancia. 

Esto ocurre entre los 6 meses y 2 años, al término de este tiempo generalmente se separan los novios o se abandonan los proyectos o trabajos. En el amor, en cambio, aparecen otros componentes químicos como las endorfinas, las cuales producen una sensación de bienestar, tranquilidad, comodidad y seguridad o confianza.

Así llega la siguiente etapa, la cual es la fase de vinculación, apego, convivencia asertiva, la intimidad física o emocional, la disciplina y la intencionalidad. Se cambia la euforia constante por la seguridad, serenidad y confianza mutua. Si se capitaliza, esto genera una excelente plataforma para nuevos proyectos, nuevos desafíos, nuevos riesgos y nuevas ganancias. 

Pero, he visto que aun en las mejores parejas, en las mejores iglesias o en los mejores negocios hay fluctuaciones y conflictos que son causales de separación y ruptura permanente. 

Cuando hacemos una evaluación del motivo, todos confiesan que se aman, pero no pueden vivir en esas condiciones. No pueden invertir tanto tiempo en un proyecto, tampoco tanto dinero, no pueden vivir con una persona que peca, tóxica, que no demuestra cariño, que no hace lo que le pedimos, no pueden permitir que les fallen. No pueden vivir con alguien hostil o alguien infiel. Tenemos que amarnos a nosotros mismos.

Muchas grandes frases célebres me llevan a pensar en que hemos endiosado al “yo” interno. El mundo como extensión de mi mano. Dios como mago de la lámpara que realiza mis peticiones. Gente que me ama y que accede a mis caprichos. Cuando no cumplen con mis expectativas, rompo contrato. Y si bien lo amo, el amor no es suficiente razón para seguir en la relación.

Tomamos las relaciones como normas laborales, como un contrato. Pero el componente principal debe ser el amor

Juan 13:34: Así que ahora les doy un nuevo mandamiento: ámense unos a otros. tal como   yo los he amado, ustedes deben amarse unos a otros”.

Hechos 20:35:No es recibir sino dar”.

El error es que tratamos a la gente como empresas.

1- Hago una selección de las personas a las que voy a contratar, porque no todos son aptos para estar en mi empresa. 

2- Si no me pagan no trabajo; si no tengo ganancias en las relaciones, no me involucro. 

Lucas 6:35-36: “Ustedes, por el contrario, amen a sus enemigos, háganles bien y denles prestado sin esperar nada a cambio. Así tendrán una gran recompensa y serán hijos del Altísimo, porque él es bondadoso con los ingratos y malvados. Sean compasivos, así como su Padre es compasivo.

 vs38 “Den, y se les dará: se les echará en el regazo una medida llena, apretada, sacudida y desbordante. Porque con la medida que midan a otros, se les medirá a ustedes”. 

¿Qué ganancia tiene Dios con nosotros?

3- Poca paga, mucho trabajo: tenemos una calculadora de beneficios.

4- No cumplieron con mis expectativas. 

Isaías 5:2:La cavó, la limpió de piedras y la plantó con las mejores cepas. Edificó una torre en medio de ella y además preparó un lagar. Él esperaba que diera buenas uvas, pero acabó dando uvas agrias”.

Nosotros no cumplimos las expectativas de Dios y no por eso ha menguado su amor. Para contabilizar las expectativas tal vez necesitemos invertir en crypto o acciones. 

6- Se cumplió el periodo de prueba. Santiago 5:7 NVI: “Por tanto, hermanos, tengan paciencia hasta la venida del señor. miren cómo espera el agricultor a que la tierra dé su precioso fruto y con qué paciencia aguarda las temporadas de lluvia”.

 ¡No esperamos nada! no somos pacientes del proceso. 

7- Soy el jefe y hago lo que quiero. Tenemos el derecho de lastimar, de ofender, de pecar a discreción.  

Santiago 3:2Todos fallamos mucho. Si alguien nunca falla en lo que dice, es una persona  perfecta, capaz también de controlar todo su cuerpo”.

Proverbios 28:13 Quien encubre su pecado jamás prospera; quien lo confiesa y lo deja halla perdón.

8- Soy el jefe que te echa como venganza por tus malas actitudes. Queremos que el otro pague y no que cambie. 

Parar es amar. No permitir acciones tóxicas es amar. Vos no amás cuando permitís que se normalicen acciones. 

2º Crónicas 7:14pero si mi pueblo, que lleva mi nombre, se humilla y ora, busca mi rostro y se aparta de su conducta perversa, yo oiré desde el cielo, perdonaré sus pecados y restauraré su tierra”.

Agradezco enormemente a Dios porque no se rige con nuestros valores ni con nuestra forma de medir. 

Para amar tenés que estar dispuesto a que te rompan, a entregarte, a ser vulnerable, a no tener el control, a ser defraudado, a volver a confiar, a perdonar lo imperdonable, a amar, aunque no cambie, a esperar en Dios, a tener fe.

¿Vos amás? porque eso no debes olvidarlo en los malos días. Cuando las cosas vayan mal, recordá que tenés que amar.  

Cristian Kehler
Casado con Lorena desde el 2006. Padre de Micael y Keila. Presidente de Juventud Evangélica Bautista Argentina (JEBA). Estudios teológicos del Seminario Internacional Teológico Bautista (SITB). Pastor de adolescentes y jóvenes desde el 2002. Es Técnico en electrónica y en gestión de empresas.