¿Cuántos correos con esta pregunta he recibido en los últimos años? Sé que todos tienen el genuino deseo de saber si la relación que tienen actualmente es la correcta, si cumple con la voluntad de Dios.
Primero que todo, quiero desmitificar la idea de que existe una persona única creada por Dios para nosotros. Tal cosa no existe. Ni en la Biblia. Si fuera así, existiría una desigualdad numérica entre hombres y mujeres en el mundo que haría imposible que todos tuviesen pareja.
Muchos han usado lo que hizo Gedeón, colocando un vellón (Jueces 6:36-38) como esperando una señal sobrenatural que les confirme que la persona que han escogido es la correcta. No critico que lo hagan pero solo Gedeón hizo tal cosa y no lo hizo para escoger pareja. Otros leen el texto de Génesis 24 y piensan que Dios buscará esposa o esposo para ellos como lo hizo Abraham con Isaac. Pero esto no volvió a suceder en las escrituras.
Creo que Dios nos dejó la decisión de elegir nuestra pareja. Es algo que Él nos confió. Por lo tanto, escoger pareja debe ser algo que tenemos que hacer bien, porque seremos nosotros los que compartiremos con esa persona el resto de nuestra vida.
Sé que muchos han tenido una experiencia espiritual alrededor de su relación sentimental, pero no podemos hacer de esto una doctrina, para decir que como nos pasó a nosotros será siempre la manera como Dios traerá pareja a las personas.
Como papá, sé que no puedo elegir qué mujer le va a gustar a mi hijo, ése será su asunto. Pero, lo que sí sé, es que le puedo enseñar a ver más allá de la belleza, a mirar los valores de las personas. Porque lo físico cambia, la juventud es una etapa, pero los valores permanecen.
Algunas claves para escoger a la persona correcta:
- Visita a la persona en su casa. El hogar es el medio ambiente donde aprendió a vivir. Su valores están inscritos en su familia, de manera que por más que se esfuerce de darte cierta imagen, puedes ver cómo se comporta como hijo/hija, con sus hermanos, cómo trata a los niños. Cuánto sirve en su casa y de qué manera se esfuerza por ayudar a los suyos. (Salmos 101:2).
- Observa cómo maneja sus finanzas. Una de las cosas que más revela el carácter de una persona es el manejo de su dinero. Es importante observar: a) si se endeuda con facilidad, b) si gasta más de lo que gana, c) si es una persona egoísta o generosa, d) si tiene un récord negativo en las centrales de crédito. e) si tiene ahorros o inversiones. El manejo de las finanzas nos ayuda a proyectar cómo sería el futuro con esta persona. (Proverbios 15:16)
- Su vida espiritual. Las personas espirituales tienen valores muy arraigados que les ponen frenos para no hacer cosas incorrectas. Es muy bueno evaluar si hay congruencia entre lo que predica y lo que vive. Muchas personas fingen espiritualidad que no tienen, pero, «por sus frutos los conoceréis». ¿Es una persona con temor de Dios? ¿Rige su vida por lo que dice la Palabra de Dios? Es enseñable, tiene la humildad de reconocer fallas y dejarse corregir?. La Biblia nos enseña que la fe es un factor muy importante para escoger a nuestra pareja (2 Corintios 6:14).
- Salud emocional. Otra área importante es el manejo que esta persona tiene de sus emociones. ¿Es una persona impulsiva o domina sus emociones? ¿Sufre de ira? ¿Está de mal genio constantemente?, ¿te cela hasta del viento y es desconfiada? ¿Proyecta sobre ti sus inseguridades? ¿Te minimiza o rechaza con sus comentarios? Las personas no son perfectas, pero una persona saludable emocionalmente ama, una persona enferma usa (Efesios 4:32).
- Apariencia física. Finalmente esta persona te debe atraer físicamente, te debe gustar. Su cuerpo, ojos, su voz, su olor, etc. Tú debes ver a esta persona y sentirte atraído. Este punto no es menos importante, pero debe estar acompañado por el resto de las claves que he compartido, porque belleza sin valores es solo pérdida de tiempo (Cantares 1:16).
Para concluir, no solo se trata de escoger a la persona correcta, también se trata de que nosotros seamos la persona correcta para el otro. Por lo tanto, es importante que trabajemos también en potenciar cada uno de estos puntos en nosotros mismos, y de esta manera poder ofrecer lo que nos gustaría recibir.
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