Quizás venís de una familia donde no existía la cultura del ahorro, donde siempre se vivía al día o saliendo de una deuda para entrar en una nueva y así sucesivamente. Pero hoy quiero decirte que nunca es tarde para cambiar tus hábitos financieros.
Sabemos que el dinero no es lo más importante en la vida, pero también sabemos que las decisiones económicas que tomamos, la mayoría de las veces, no nos afectan a nosotras solas, sino también a nuestra familia.
Y así como una mala decisión económica tiene consecuencias sobre nuestras finanzas personales o familiares, una buena decisión económica puede afectar positivamente nuestro presente y el de nuestras generaciones futuras.
Hace unas semanas estuvimos hablando acerca de la importancia de tomar el control de nuestras finanzas y vimos cuán necesario es mantener nuestra economía ordenada y bajo la cobertura de Dios.
Con la ayuda del presupuesto vamos a poder ver el nivel de ingresos y gastos que manejamos y ver si es necesario recortar algún gasto o sumar un ingreso extra para equilibrar nuestras finanzas. Pero lo mejor de todo esto es saber que después del ordenamiento viene el crecimiento y la bendición de Dios.
Por eso te animo a que si estas empezando a ordenar tus finanzas personales, familiares o empresariales, no dejes de hacerlo, no pierdas el entusiasmo, seguí creciendo y perfeccionándote en estos hábitos, para tener una economía saludable y que puedas adoptar el ahorro como un estilo de vida que te conducirá a conquistar grandes sueños.
Dice la palabra de Dios “Prestarás y no pedirás prestado” (Deut 28:12). Pero la única forma de poder hacer esto es teniendo ahorros ¿Cómo podemos cumplir con esto si muchas veces no nos alcanza ni para nosotras mismas?
«El ahorro tiene que estar presente en nuestro presupuesto. No importa cuánto, determinate a ahorrar algo todos los meses».
Lorena Scerra, contadora pública nacional
Por más que ahora esté en negativo tu balance, seguí teniéndolo presente, cree que vas a poder salir de tus deudas. Animate a tomar buenas decisiones y pedile a Dios que sane tus finanzas para que pronto puedas comenzar a ahorrar y empezar a crecer económicamente.
Si no incluimos el ahorro dentro del presupuesto, difícilmente podamos alcanzarlo, porque siempre aparecerá algún gasto extra, algo en qué gastar dinero que creemos que es sobrante.
«La única manera de poder ahorrar es haciéndolo de manera disciplinada e incorporarlo como un hábito».
Lorena Scerra, contadora pública nacional
Y como el ahorro implica sacrificar un consumo presente para poder realizar un consumo futuro, lógicamente requiere de un esfuerzo y sacrificio actual para alcanzar esa tranquilidad y libertad en el futuro.
El origen etimológico de la palabra ahorro proviene del árabe hurr y significa libre. Esta palabra se utilizaba en la Edad Media cuando un esclavo lograba juntar el dinero necesario para comprar su libertad ante su amo.
Curiosamente muchas veces nos sentimos prisioneras de las deudas y tenemos que entender que el ahorro será la llave que nos permitirá alcanzar la libertad financiera.
Quiero compartir con vos algunos consejos para comenzar a ahorrar:
- Desarrolla un pensamiento de largo plazo: Ahorrar implica tener una mirada de largo plazo, porque estamos guardando dinero hoy para anticiparnos a hechos futuros. Como dice Prov 13:11 NVI “Quien ahorra, poco a poco se enriquece”. El ahorro dará sus beneficios en el largo plazo. Sé paciente y perseverante. Cuanto antes comiences, mejor, así una vez que tengas el hábito desarrollado, podrás incrementar el monto de ahorro.
- Definí tus objetivos financieros y trazá un horizonte temporal: Si no tenés en claro para qué querés ahorrar y cuándo querés alcanzarlo, no vas a tener la motivación necesaria para poder realizar el esfuerzo del ahorro.
- Creá un fondo de contingencias: Hay un refrán que dice: “Mujer precavida vale por dos”. Cuando ahorramos, guardamos dinero anticipándonos a los hechos; esta previsión nos trae tranquilidad y confianza ante una eventualidad futura. Es dinero que reservamos para utilizar ante alguna emergencia y para que cumpla esa función tiene que estar fácilmente disponible.
- Ahorrá con sabiduría e inteligencia: Procura proteger tus ahorros de la inflación y la devaluación. Si vivís, como yo, en Argentina, sabés que estamos en un país donde venimos desde hace más de 10 años con altos índices de inflación, por eso te recomiendo que a la hora de invertir tus ahorros lo hagas con sabiduría e inteligencia, teniendo en cuenta que la rentabilidad producida cubra, por lo menos, la tasa de inflación y no dejés de hacer un seguimiento del estado de tus ahorros.
Proverbios 27:23 (NVI) dice: «Mantente atento al estado de tus ovejas; cuida bien a tus rebaños».
No dejemos de preguntarnos «¿Cómo puedo ser una mejor administradora de todo lo que Dios me ha confiado en esta tierra?»
¡Que Dios te bendiga!