Dos exponentes cristianos de la música contemporánea se meten en el ranking más influyente de la industria y marcan un nuevo hito para el género.
Hoy en día lo que se considera música cristiana, ha entrado en categorías de sellos discográficos y en muchas ocasiones, lo que comenzó como una idea de evangelización a través de melodías cargadas de contenido cristiano, se ha convertido en entretenimiento de nicho.
Pero la reciente noticia nos trae esperanza para la comunidad cristiana
Algunos artistas han logrado pisar espacios donde antes parecía impensado. Esta vez, Forrest Frank y Brandon Lake lograron posicionarse en el codiciado Hot 100 de Billboard, un listado que suele estar protagonizado por artistas como Taylor Swift, Drake o Beyoncé.
En un hecho histórico, sus canciones no solo se colaron en el top 100, sino que treparon posiciones semana tras semana. “Hard Fought Hallelujah”, de Brandon Lake junto al rapero Jelly Roll, alcanzó el puesto 40 y actualmente se mantiene en el número 44. Por su parte, “Your Way’s Better”, de Forrest Frank, subió del puesto 72 al 62, consolidando su crecimiento.
Luz en medio de la industria musical
Según informó Billboard, hacía más de una década que dos canciones cristianas no ingresaban simultáneamente al ranking general. Desde 2013, solo 11 canciones de alabanza o adoración —sin contar canciones navideñas ni colaboraciones con raperos mainstream— habían logrado entrar al Hot 100. Lo que sucede ahora con Lake y Frank no es un simple caso aislado: es parte de una tendencia creciente.
«La música cristiana está resurgiendo con fuerza», afirma el periodista Xander Zellner, quien resalta cómo la viralización en redes sociales, especialmente en TikTok, ha tenido un papel clave en la expansión de estos artistas.
Dos historias, un mismo propósito
Brandon Lake es uno de los líderes del movimiento worship actual. Integrante de Bethel Music y habitual colaborador de Maverick City Music. Lleva 42 canciones en el ranking Hot Christian Songs. Su sencillo “Hard Fought Hallelujah” fue originalmente lanzado en solitario en noviembre de 2024, pero luego sumó la voz de Jelly Roll, con quien comparte un pasado marcado por luchas personales.
«Colaborar con Jelly fue poderoso porque ambos sabemos lo que es atravesar batallas y aún así elegir levantar una canción de esperanza», dijo Lake en una entrevista con Music Mayhem Magazine. Jelly Roll agregó: «Esta canción me llegó al alma como pocas. Va a resonar en mi casa durante años».
Por otro lado, Forrest Frank —integrante de su primer grupo, el dúo Surfaces— irrumpió con fuerza en la escena cristiana en los últimos años. Su álbum “Child of God” lideró la lista de mejores álbumes cristianos durante 34 semanas consecutivas. Este año lanzó la segunda parte del disco y fue galardonado como Artista Nuevo del Año en los premios Dove 2024.
Durante su discurso de aceptación, Frank no dudó en poner el foco donde corresponde: “Todo esto es para Él. Y si mañana no me da más canciones, está bien. Pero si sigue bendiciendo este proyecto, ¡genial! Porque un día nuestros nombres se desvanecerán, pero el de Jesús permanecerá por toda la eternidad”.
¿Un nuevo capítulo para los músicos cristianos?
El impacto de estos artistas sugiere un quiebre en la industria musical. Las barreras entre lo secular y lo cristiano empiezan a desdibujarse, y cada vez son más los jóvenes que descubren en estas canciones no solo una buena melodía, sino un mensaje de fe, redención y propósito eterno.