El misiólogo ecuatoriano murió ayer a los 88 años; dejó un legado en la comunidad evangélica latinoamericana frente a la necesidad del mensaje de Cristo y las dificultades sociales de cada nación.
Padilla fue quien creó el término misión integral dentro de los creyentes, con el objetivo de explicar cómo el Señor vino a la tierra a dar de su amor. En una conferencia en 1974 fue cuando afirmó “Jesucristo vino no solo para salvar mi alma, sino para formar una nueva sociedad”, un término controvertido en ese momento, lo que luego transformó y creo nuevos movimientos evangélicos.
El Congreso de Lausana, en el que destacó esta perspectiva, tenía más de dos mil quinientos líderes de 150 países y fue organizado por la Asociación Evangelística Billy Graham. El concepto refiere a la prioridad de evangelizar y realizar actividades sociales hacia las poblaciones en medio de contextos difíciles. Una visión que aprendió de su padre y su tío ya que en conjunto fundaron varios templos en distintas ciudades, a pesar de venir de una familia pobre.
El teólogo vivió en América Latina, fue pastor de iglesias con bajos recursos, dirigió el Centro Kairos para la Misión Integral y publicó varios libros en relación con la misión integral. Además, junto a su esposa Catalina Feser, por varios años, fue pastor de la Iglesia Bautista en La Lucila, Buenos Aires. Padilla afirmó que estas acciones también fueron posibles gracias al trabajo en equipo con ella, quien era biblista y profesora en varias instituciones teológicas.
Una de las obras más conocidas es “Misión integral: ensayos sobre el Reino de Dios y la Iglesia”, en el cual explicó la responsabilidad socioeconómica y política de los cristianos, tanto en su vida personal, como en la comunidad. Otro libro fue “Misión entre los tiempos: Ensayos sobre el Reino”, en el que realizó una comprensión holística de evangelizar, que involucra un todo, no solo dar el Mensaje de Cristo sino también contención social.
Todos sus materiales y acciones dejan un claro legado en el propósito de los cristianos, en el que en sus obras detalló que a través de las Escrituras se puede entender que no existe una barrera entre la evangelización y la responsabilidad social. “Nuestra mayor necesidad es un Evangelio más bíblico y una Iglesia más fiel”, definió Padilla en el libro mencionado anteriormente, con el fin de traer a memoria el objetivo de la Iglesia y advertir que el ministerio no se adapte al mundo, sino a las bases de Cristo, evangelizar y atender a las personas desde lo espiritual, físico y emocionalmente.