A la mayoría de las personas les gustaría recibir regalos, premios o algo gratis a cambio de solo compartir fotos en sus redes sociales. Y la verdad no está tan mal que algo así nos pase, porque nos ahorraríamos de comprar mucha ropa o unas lindas zapatillas.
Pero pensá ¿Qué canje “pegarías” si con un post podés mejorar o, quizás, hasta salvar la vida de alguien? Suena loco, pero todos tenemos algo para contar que seguramente puede servirles a otros.
No estoy diciendo que ahora te hagas “el o la influencer” pero sí que podemos comenzar a usar las redes para mostrar mensajes que valgan la pena, que dejen algo.
El post posta
¿Y yo que hago? Te estarás preguntando ahora… Sinceramente, no sé. No conozco los procesos que pasaste, no sé en qué eres bueno o buena, ni tampoco lo que te gusta hacer. Lo que sí sé es que siempre habrá una manera en que Jesús use tus pocos panes y peces para darles de comer a muchos.
“No hay una manera correcta de decir las cosas, pero sí hay una verdad y necesita ser contada”.
Cris Trejo
Cuando arranqué en el mundo de las redes, me fui dando cuenta de que las personas querían, necesitaban ser escuchadas. Interactuar con personas que no conozco, o que quizás sí, pero ellos no tenían ni idea de quién era, me ayudó a fidelizar mi audiencia.
Quizás darle una segunda opinión sobre lo que les estaba pasando me llevó a entender que dar consejos no es para tomarlo a la ligera, sino que yo también tenía que buscar ayuda y, la mayoría de las veces, consejos en alguien con experiencias parecidas dentro de la iglesia.
Una cosa lleva a la otra. Ya que el canje que recibí por postear una experiencia personal me hizo llegar a personas que superaron sus miedos, que perdonaron o resolvieron sus problemas. Solo con eso, el corazón se me llenó de una alegría inmensa al entender que algo hice bien. Que algo que puede ser tan tonto, como una red social, también puede usarse para extender una mano al que tropezó o cayó.
Eso sí, como con todas las cosas, tenés que ser constante, y no bajar los brazos por no tener resultados al instante. De paso, sabés que esto se aplica a la vida, te lo dice alguien que siempre se aburre rápido de las cosas. Pero cuando hacés lo que te gusta, perseverar tiene un plus de ti mismo.
Creatividad en Cristo
¿Cómo saber qué te gusta y qué no? Los “sí” a Dios fueron para mí muy importantes, porque ayudando fui conociendo qué me gusta hacer y qué no. Es difícil conocer nuestro propósito en la vida, o lo que nos gusta o en qué somos buenos si nunca estuvimos dispuestos y disponibles para Dios, porque no ponés en práctica tus habilidades.
Hoy hay miles de formas de hablar de Jesús, de mostrar su amor y ayudar. Quizás no te gusten las cámaras, pero te gusta pintar, o tocar el ukelele. ¿Sirve? ¡Sí que sirve! Hoy no podés salir de tu casa por X motivo, usá el celular para llamar a un amigo o amiga.
«Todos tenemos un lugar, solo hay que buscarlo hasta encontrarlo».
Cris Trejo
Y si aún te sigue preocupando cómo conseguir canjes, los canjes vienen por añadidura, no te preocupes por eso, porque mientras más te preocupes por ser un buen representante de su Reino acá en la tierra, Él se va a ocupar de todas tus cosas.