El día miércoles por la noche, la pizzería en la que Rosul Paredes trabaja y junto a su familia realizan el ministerio Cenas de Amor, que alimenta y presenta el Evangelio en las calles de Buenos Aires, sufrió un acto de vandalismo por miembros del movimiento LGTBQ dejando vidrios rotos con pañuelos verdes atados en sus rejas.
A pesar de los daños materiales y las intimidaciones causadas, Rosul y su familia eligen refugiarse en Dios, mantener su fe firme y responder con amor hacia quienes los atacaron.
El local donde funciona Cenas de Amor, un ministerio dedicado a compartir el Evangelio y alimentar física y espiritualmente a personas en situación de calle, ha sido víctima de varios ataques vandálicos en los últimos meses. El espacio, ubicado en Lugones 3010, se transformó en el epicentro de este movimiento que busca ser luz en medio de la oscuridad. Sin embargo, esta labor no ha estado exenta de desafíos.
Según relata Rosul Paredes, líder del ministerio, el último ataque ocurrió hace apenas dos días, cuando nuevamente rompieron vidrios y colgaron pañuelos verdes en las persianas del local. Este hecho se suma a otros incidentes similares sufridos en el último año. A pesar de la hostilidad, Rosul y su familia han decidido no realizar denuncias formales, priorizando cuidar sus corazones y seguir enfocados en su llamado. “No queremos entrar en desesperación ni en odio; oramos por ellos porque sabemos que el amor de Cristo puede transformar vidas”, expresó.
Este no es el primer episodio de vandalismo que enfrentan. “Hace un año rompieron los vidrios y escribieron frases como ‘Dios está muerto’ y ‘Jesús no existe’. Pero en lugar de detenernos, oramos y ayunamos como familia. Sabemos que el enemigo busca apagar este fuego, pero seguimos firmes”, comentó Rosul.
A pesar de los ataques, el ministerio continúa en acción, alimentando y llevando el Evangelio a personas en situación de calle. Incluso, muchos han sido transformados por el mensaje del Evangelio. “Muchos entregaron su corazón a Jesús y hoy sus vidas son distintas”, recuerda Rosul con gozo.
El próximo mes, Cenas de Amor tiene planeado un evento especial: un bautismo para casi 40 personas en situación de calle que han decidido dar el paso. Este acto de fe refuerza el compromiso del ministerio de llevar esperanza y restauración a quienes más lo necesitan. “Sabemos que Dios nos designó esta tarea. Aunque el enemigo ataque, seguimos adelante porque Jesús va delante nuestro como León de Judá”, afirmó.
Rosul también hizo un llamado a la iglesia para interceder en oración: “Estamos siendo perseguidos, pero eso nos impulsa a seguir. Levantamos nuestra voz al pueblo de Dios para que nos ayuden a clamar. Sabemos que el enemigo está derrotado”.
El ministerio de Cenas de Amor decidió no elegir el odio hacia los atacantes, sino que ellos entienden que son todas estrategias de las tinieblas para detener el avancen del Reino en la Ciudad y el país, ya que Rosul y su familia estuvieron recorriendo varias provincias e inclusos países limitrofes llevando el Amor de Dios a aquellas personas necesitadas no solo del Evangelio, sino también de alimento, abrazos y aistencia social.
El testimonio de Rosul y su familia refleja cómo, en medio de la adversidad, es posible responder con fe, amor y perseverancia. A pesar del dolor y los desafíos, su gozo radica en la certeza de que “el que habita en este lugar es el Rey de reyes y Señor de señores”.