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El Reino de los Cielos se construye con amigos

Jesús en San Juan 17 nos dice: <Padre, yo oro para que ellos sean uno.> Dios está interviniendo en todos nuestros vínculos, por eso hay una sola manera de llevarnos mal y es cuando le damos lugar al diablo. Muchas veces nos hemos conformado y le hemos quitado el valor a los vínculos, a las relaciones y es ahí donde debemos construir. 

El Señor Jesús constantemente intercede por nuestras vidas. Por eso, cuando nos surgen situaciones de desacuerdo con personas, debemos saber que por encima de todas las oraciones, es Jesús quien está intercediendo delante del Padre para que en esas situaciones nos vaya bien.

La iglesia es un lugar de vínculos, de amigos que se conectan entre sí, de gente que construye. Es un lugar de tensiones, de impulso, de desarrollo, y tenemos este enorme desafío de amarnos los unos a los otros.

Jesús nos pide que seamos uno y que nos amemos como se aman entre ellos con el Padre y el Espíritu Santo, así el mundo pueda creer. Vamos a tener aflicción en el mundo, pero debemos confiar, porque Jesucristo venció al mundo. 

Si estamos terminando el año en medio de esta tensión, simplemente escuchemos a Dios, hagamos una pausa en el ruido que hay en nuestra cabeza y corazón, y escuchémoslo; allí entenderemos que su oración más poderosa es por nuestras vidas. Su oración más potente es por tu matrimonio, por la relación con tus hijos, por el vínculo que nos une y nos conecta como iglesia.

Jesús menciona que el amor que Él nos entrega no lo tiene el mundo, el amor que él nos da este sistema no lo sabe vivir, no lo tiene, por eso ese amor fraternal que poseemos es único y extraordinario. Cuando hablamos de Amor Fraternal, tomamos como lectura el evangelio de Juan, quien se presenta como el discípulo amado de Jesús, y que tiene una estructura simple para poder leer. Nos muestra un milagro, el desacuerdo que se genera por ello y cómo Jesús gestiona la resolución de eso presentándose como Hijo de Dios.

«El Reino de los Cielos se construye con amigos. El vínculo de amistad que propone Dios entre Él y nosotros es más profundo que lo que el mundo conoce».

Uno tiene amigos con los que tiene una comunión más íntima y profunda, pero también tiene amigos con los que tiene más distancia pero que mantiene ese vínculo de cercanía. El vínculo que nos tiene que unir a todos es una amistad, una relación genuina, donde tal vez no tenemos el mismo contacto con todos por cuestiones de afinidad, o porque estamos trabajando en diferentes lugares, o porque no nos llevamos bien. Pero debemos entender que vamos a estar juntos por la eternidad, por eso conviene que nos llevemos bien hoy.

San Juan 12:1-11 (NTV)

Esta escena se da en una casa que Jesús amó, en Betania. Es la casa de sus tres amigos, Lázaro, Marta y María. En el capítulo anterior, Juan nos relata la resurrección del amigo de Jesús, donde se encuentra esa declaración que hizo: <todo el que cree en mí, aunque esté muerto, vivirá>. Sabemos que Jesús disfrutaba estar con ellos tres, y en medio de esta situación se da la muerte de su amigo Lázaro, a través de una enfermedad. Y, allí es cuando Jesús atraviesa la distancia para poder resucitar a su amigo, pero la resurrección de Lázaro sería el principio de su muerte. Jesús al ir a Betania y realizar la resurrección de su amigo, se expone públicamente, a pesar de que sabía que sería el principio de su fin, Jesús llega hasta la tumba de Lázaro.

Los fariseos, los religiosos, estaban buscando una oportunidad para atrapar a Jesús y asesinarlo, previo a esto, Cristo está apartado, haciendo milagros en la periferia, pero cuando está allí se entera de la muerte de su amigo. Encontramos la escena de cuando Jesús se para frente a la tumba de Lázaro y llora porque sintió el peso de la pérdida, de lo que Lázaro y sus hermanas habían atravesado, porque le importa las relaciones que establece.

Dios está interesado en tener una relación personal e íntima y profunda con nosotros. Y así como Jesús lloró frente a la tumba de Lázaro, incontable veces su corazón se debe haber estremecido cuando nosotros nos metimos en la tumba de nuestros pecados y de nuestras malas decisiones.

Esto no es una religión donde solo hay un pastor y miles de intermediarios para conectarnos con Jesús, sabemos que la Biblia dice que hay un solo mediador entre Dios y los hombres, que es Jesucristo hombre. Jesús llora frente a la tumba de Lázaro porque lo ama, le duele la pérdida, se conmueve, se estremece, ese instante es una pausa en la eternidad, el Dios eterno llora, el Todopoderoso derrama lágrimas.

El evangelio es personal, lo vivimos en comunidad, pero hay una relevancia de Cristo en el vínculo.

Maximiliano Gianfelici
Maximiliano Gianfelici
Pastor. Esposo de Dany papá de Cata, Valen y Bella. Escogido como parte de una generación de avivamiento.

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