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¿Cómo seguir a Jesús?

Las preguntas que constantemente solemos hacer: ¿Cómo seguir a Jesús? ¿Qué tengo que hacer? ¿Cómo vivir para él? ¿Cómo se logra esto en el siglo XXI?

Quizás cambiaron las modas y las tendencias, ya que hoy hay un exceso de alcance a la información. Estamos viviendo adelantos tecnológicos como nunca antes; el desarrollo de la vida social no es el mismo que en siglos anteriores. Puede que las formas hayan cambiado, al igual que el envase y las etiquetas, pero la esencia de la naturaleza humana sigue siendo la misma que hace dos mil años atrás, e incluso desde el jardín del Edén, cuando Adán y Eva quisieron vivir a su manera.

El problema sigue siendo igual: la naturaleza caída, el pecado que mora en mí.

Veamos qué nos dice la Biblia acerca de los primeros seguidores de Jesús:

I. ¿Por qué algunos lo siguieron y otros no?

A. Los que sí le siguieron:

«Y les dijo Jesús: Venid en pos de mí, y haré que seáis pescadores de hombres.» (Marcos 1:16-20)

«Y dejándolo todo, se levantó y le siguió.» (Lucas 5:27-28)

B. Los que no le siguieron:

«Las zorras tienen guaridas, y las aves de los cielos nidos; mas el Hijo del Hombre no tiene dónde recostar la cabeza.» (Lucas 9:57-62)

«Jesús, oyendo esto, le dijo: Aún te falta una cosa: vende todo lo que tienes, y dalo a los pobres, y tendrás tesoro en el cielo; y ven, sígueme.» (Lucas 18:18-23)

C. ¿Por qué no le siguieron?

La multitud seguía a Jesús, no porque creían en sus palabras, sino porque «comieron pan y se saciaron.» (Juan 6:24-28)

Jesús les ofrecía vida eterna, pero ellos solo buscaban lo temporal. No entendían que Dios se había hecho carne para establecer su Reino en los corazones y saldar las deudas espirituales.

D. ¿Por qué sí le siguieron?

«Señor, ¿a quién iremos? Tú tienes palabras de vida eterna.» (Juan 6:67-68)

«Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz cada día, y sígame.» (Lucas 9:23-25)

Solo un pequeño grupo, un remanente fiel, decidió seguirlo y permanecer en sus palabras.

Los discípulos aún no entendían todo; intentaban a través de sus propios esfuerzos, pero un día el velo sería rasgado.

En la serie The Chosen, Mateo expresa esta verdad al decir: “Una cosa solo sé, que tengo que seguirlo a Él”.

Así era la vida de los discípulos: ¿a dónde podían ir si habían hallado al Mesías?

II. La prueba crucial del seguimiento

«Mujer, he ahí tu hijo.» (Juan 19:25-26)

Los discípulos, que alguna vez dijeron “¿A dónde iremos? Solo tú tienes palabras de vida eterna”, ahora huían. Judas lo vendió, Pedro lo negó, los demás se escondieron.

¿Por qué cuesta tanto seguir a Cristo?

«Porque estrecha es la puerta, y angosto el camino que lleva a la vida, y pocos son los que la hallan.» (Mateo 7:13-14)

Seguir a Cristo es imposible cuando no hay cruz. Los discípulos del primer siglo fracasaron porque el velo aún no había sido rasgado.

Solo es posible seguir a Cristo después de la cruz.

«Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo, mas vive Cristo en mí.» (Gálatas 2:20)

Después de la cruz hay resurrección. Cristo ahora habita en nosotros, como quedó sellado el día de Pentecostés: “todos fueron llenos del Espíritu Santo.”

III. La cruz atrae a nuevos seguidores

«Bienaventurados los que creen sin haber visto.» (Juan 20:29)

El testimonio de los apóstoles permitió que muchos conocieran a Cristo sin haberlo visto con sus ojos físicos. Ejemplos de esto son Timoteo, Tito, Silas, Priscila y Aquila.

IV. La cruz transforma a los seguidores en cristianos

«A los discípulos se les llamó cristianos por primera vez en Antioquía.» (Hechos 11:26)

En el año 50 d.C., en Antioquía, los seguidores de Cristo empezaron a ser llamados “cristianos”. Era evidente que Cristo vivía en ellos: andaban como Él, hablaban como Él, amaban como Él.

Ser cristiano es «ser carta leída»; somos llamados a manifestar a Cristo. Obedecer a Dios no es negociar con Él, sino vivir en plenitud su vida en nosotros.El evangelio no es una lista de doctrinas, sino la misma vida de Dios. Seguir a Cristo es manifestar lo que ya somos: sus hijos y portadores de su gloria.

Giselle Cabrera
Giselle Cabrera
Giselle Cabrera es Bachiller en Teología de la UAD, se desempeña como profesora de Institutos bíblicos externos.

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