El Pastor Hang A Xa compartió cómo la pobreza había dominado la comunidad Hmong, donde el tráfico y el consumo de drogas eran generalizados, lo que provocaba escasez de alimentos y oportunidades laborales.
“Vendían opio como si vendiéramos pollos. Todos eran adictos, por lo que nadie trabajaba en el campo. La única comida que teníamos eran hojas de la selva. La gente estaba en conflicto. Fue un periodo de gran confusión”, recordó el Pastor Xa en una entrevista.
Como líder de la aldea, Lung, uno de los habitantes de la comunidad, recibió una radio gubernamental para mantenerse informado sobre las políticas del régimen comunista.
Sin embargo, al no entender el vietnamita, sintonizó un programa cristiano en hmong. A través de esta transmisión, descubrió el Evangelio y se convirtió en el primer cristiano de su pueblo, deseando que su familia también abrazara la fe en Jesús.
A pesar de los arrestos y la tortura que sufrió por su nueva creencia, Lung perseveró y comenzó a compartir el Evangelio con los demás residentes.
Con el tiempo, toda la comunidad se convirtió, abandonando la adicción al opio y reemplazando el cultivo de la droga por orquídeas. Así, el pueblo se transformó en un próspero destino turístico, reconocido por su belleza natural y la notable transformación de sus habitantes gracias a su fe en Jesús.
Esta historia es un inspirador testimonio de cómo la fe cristiana generó un cambio radical, no solo en el ámbito espiritual, sino también en lo económico y social, liberando a la comunidad de la esclavitud de la adicción y llevándola hacia la prosperidad.