Algo que mantiene a una pareja unida, más allá de su amor por Dios, es el hecho de vivir de objetivos en objetivos (de victoria en victoria) financieramente hablando. Los matrimonios son sólidos cuando mantienen proyectos en común, se trazan metas y las van logrando.
Si no tenemos claro qué queremos, cuándo lo queremos y cómo lo podremos lograr la pareja suele divagar y perderse en medio de la rutina sin ningún destino concreto. Y eso, a la larga, perjudica gravemente aun a la más hermosa de ellas. Una meta es igual a un acuerdo, y por algo la Palabra expresa que para seguir juntos debemos estar bajo acuerdos: “¿Pueden dos caminar juntos sin antes ponerse de acuerdo?” (Amós 3:3).
No estar en conformidad es sinónimo de pareja despareja, uno desea una cosa y el otro otra, sin metas podemos estar a merced del caos, el diálogo se convierte en discusión y aparece la competitividad en vez de la complementariedad.
Sin ningún lugar a duda que no es fácil ahorrar. ¡Sí, sí… para nadie es fácil! Es dificilísimo y para muchos casi imposible, pero deben de hacerlo como sea. No pueden andar boyando sino alcanzando logros, aun pequeños, pero deben experimentar constantemente la alegría por la obtención de ellos, si hace mucho no festejan nada aun pequeño, algo no está muy bien.
Argumentos de por qué no ahorramos hay por decenas: No hay buenos ingresos o tenemos muchos gastos… el país, la pandemia, la salud…
es difícil poder ahorrar, casi imposible, cuando no hay un proyecto que nos mueva, una meta que nos motive o un deseo que nos consuma, un logro que nos enamore como familia
Nicolás Russo, conferencista internacional y planificador financiero.
¡Si perdieron sus sueños, metas u objetivos… inmediatamente han dejado de ahorrar seguramente! Ellos mantienen el esfuerzo latente y la esperanza intacta; aun sean unas monedas, pero seguiremos separando para nuestro sueño.
Si anhelamos un terreno propio, aun sea un balde de tierra, pero cada mes separaremos algo. Si esperamos tener nuestro auto, aun por lo menos iremos mes a mes sabiendo que ya tenemos una rueda y el otro mes ya tenemos otra y así iremos celebrando mientras tanto.
¡Nunca deja de ahorrar el que nunca deja de soñar!
Sin sueños, estamos dormidos y gastamos… como si estuviésemos hipnotizados nos sacan del bolsillo nuestro dinero sin notarlo. ¡Si los tenemos, estaremos despiertos! Qué loco, ¿no? Si soñamos estaremos de pie y no recostados. Si no están ahorrando nada de nada… pregúntense si no perdieron los sueños.
El ahorro está relacionado proporcionalmente a las metas que tenemos y no a los recursos o posibilidades, no se confundan. Si no hay un para qué (sueño) no hay un cómo (estrategia). Cuando hablamos de metas, estamos diciendo que deben tener objetivos, con fechas y montos a separar.
Dos maneras de ponerse metas:
- Basada en lo que podemos ahorrar por mes: en base a eso sabemos cuántos meses nos costará alcanzar ese logro. Ejemplo: si un auto que deseamos vale $480 000 y sabemos que por mes podemos ahorrar $10 000, entendemos que en 48 meses lo obtendríamos, o sea, 4 años. Sí, ya sé lo que piensas. ¡Si no hay paciencia no hay ahorro!
- Es a la inversa, debemos conocer cuánto tiempo tenemos para lograr un objetivo u obligación contraída y en base a eso saldrá cuánto tengo que separar por mes. Ejemplo: si en 8 meses tengo que saldar una deuda de $160 000, el cálculo dice que tenemos que separar $20 000 mensuales. El compromiso en tiempo determina el esfuerzo mensual a ahorrar.
Algunas consideraciones sobre las metas:
- Deben estar escritas y a la vista, si no suelen ser deseos o suspiros.
- Las económicas deben ser conocidas y abrazadas por todos los integrantes de la familia, pues si alguien no tiene idea de hacia dónde apuntan, sin quererlo estará restando.
- Cuando hay una meta, al mismo tiempo, vamos a tener que decirle que NO a otra cosa. Deben tener un registro de los gastos de cada uno ya que no se llega de “casualidad” a ella sino haciendo números constantemente.
- Compártanlas con su círculo de amigos o mentores ya que si no encuentran ayuda, apoyo y motivación constante de afuera es muy difícil que lo logren solos.
A medida que se pongan metas más desafiantes, a mayores exigencias estarán sometidos. Pero lo último y más importante: ¡Dios estará con ustedes porque declaró que si en lo poco pueden ser fieles (ahorrar) en lo mucho los pondrá!