El Parlamento escocés ha aprobado el proyecto de ley «Servicios de aborto (zonas de acceso seguro)», destinado a crear zonas de amortiguamiento y prohibir cualquier protesta o vigilia en las cercanías de las clínicas de aborto. La medida fue aprobada con un abrumador apoyo de 118 votos a favor y solo uno en contra, siguiendo los pasos de Inglaterra.
El proyecto de ley establece que cualquier persona que participe en actividades provida a menos de 200 metros de un hospital o centro de abortos en Escocia, podrá enfrentar multas de hasta 10,000 libras esterlinas.
Gillian Mackay, parlamentaria del Partido Verde y promotora del proyecto, expresó su satisfacción con el respaldo recibido: “La votación de hoy asegura que ninguna mujer será despojada de su dignidad, privacidad o tranquilidad al optar por un aborto. Este proyecto consagra su derecho a hacerlo sin temor ni intimidación”, afirmó.
El proyecto de ley ahora avanzará a la segunda etapa, donde los comités parlamentarios propondrán y debatirán enmiendas. En la tercera etapa, todo el Parlamento votará sobre la legislación.
Los opositores en Escocia argumentan que la legislación podría vulnerar la libertad de religión y solicitaron excepciones para la oración silenciosa.
«Las fuerzas del orden ya cuentan con las herramientas necesarias para abordar cualquier incidente de abuso o acoso bajo las leyes actuales», señaló una portavoz de Care for Scotland. Subrayó que “los datos policiales indican que las actividades provida no implican el acoso que algunos activistas afirman que ocurre”.
Michael Robinson, secretario general de la Sociedad para la Protección de los Niños No Nacidos (SPUC), criticó duramente el proyecto de ley, calificándolo como «profundamente defectuoso» y afirmando que «busca controlar aspectos de nuestra vida privada en los que el Estado no tiene derecho a interferir, como el pensamiento privado y la oración».
«Los parlamentarios han violado al menos cuatro artículos del Convenio Europeo de Derechos Humanos e introducido el concepto de pensamiento criminal en la sociedad escocesa […] Este es, de hecho, un día oscuro en la historia de Escocia», añadió.