Puedo asegurar que las adicciones tienen recuperación, soy un testimonio vivo de esto, pero también puedo afirmar que solo es imposible.
La adicción es una enfermedad muy compleja que afecta el área física, mental, social y espiritual de las personas. Es por esta razón que para lograr la recuperación debemos considerar la intervención de profesionales de las diferentes disciplinas. Pero aun contando con todos ellos para el oportuno tratamiento, siguen faltando dos piezas que son fundamentales: por un lado, la red de contención vincular (que incluye familiares y amigos) y por otro, la voluntad de la persona afectada.
Tenemos un gran desafío por delante que involucra a toda la sociedad, dado que el problema es de todos y entre todos lo podemos enfrentar. Aclarando que, lo peor que podemos hacer frente a este flagelo es no hacer nada. Es por eso por lo que este llamado es para todos y todas los que deseen sumar sus saberes y están dispuestos a involucrarse en esta lucha que tiene como objetivo la recuperación de las adicciones.
Siete acciones que debemos tener en cuenta al estar frente a una persona que consume sustancias:
Escuchar. Es una acción fundamental en la tarea de acompañar a una persona con problemas de consumo. Cuando nos disponemos a escuchar no solo con el oído, sino con todo nuestro ser, podemos ver lo que nos quiere decir con sus gestos, con el movimiento corporal, con sus ojos, con su mirada, con su respiración o con el tono de su voz.
Esta es una práctica muy valiosa en la tarea de la recuperación de la enfermedad de las adicciones y, como sociedad, debemos aceptar que nos gusta hablar más que escuchar.
Si todos nos propusiéramos escuchar con más frecuencia, puedo asegurar que habría menos personas con problemas de consumo.
Preguntar. Seguido a la tarea de escuchar, ya que muchas veces nos vemos tentados a expresar lo que pensamos, exponer nuestros saberes o indicar al otro lo que debería hacer para resolver su crisis, trauma, frustración o herida. Creo firmemente que si practicamos el formular preguntas abiertas, que es realmente todo un arte, lograremos que la persona en cuestión tenga la posibilidad de seguir expresando lo que hay en su corazón.
Empatizar. Intentar ponernos en el lugar del otro nos dará la posibilidad de conocer aquellas heridas que se generaron en lo más profundo del ser sufriente. Para llegar hasta ahí, debemos asegurarnos de no caer en el error de explicar el porqué de su situación actual. La empatía es una escucha activa, externa e interna, donde no solo miro a los ojos, sino que miro el alma.
no solo escucho las palabras, sino que las siento en el corazón.
Vincularse. Las acciones recomendadas hasta acá irán poco a poco fortaleciendo la relación y construyendo el vínculo, el cual se dará en la suma de los momentos que vayan tomando un significado especial. Es desde ese lugar que podremos proponer y recomendar las acciones necesarias para la recuperación de las adicciones. No podemos pretender que nos escuche alguien que no se sintió escuchado, o que nos entienda alguien que no se sintió entendido, o que decida caminar alguien que no se siente acompañado.
Confrontar. Es fundamental que en algún momento hablemos de manera específica, pero antes debemos asegurarnos de que el vínculo esté lo suficientemente fuerte y sólido para que no se rompa el lazo que con tanto esfuerzo logramos tejer.
Una vez logrado, y buscando los momentos oportunos, debemos marcarle con amor y respeto aquello que consideramos lo está perjudicando, evidenciando los resultados de esas acciones.
Sin juzgar a la persona sino marcando la conducta, ya que los sentimientos de culpa no son favorables y puede intentar evadir la confrontación victimizándose para manipular nuestros sentimientos.
Provocar la conciencia de enfermedad. Es un punto de quiebre donde la persona, luego de ser confrontada con las suficientes evidencias de que tiene un problema, termina por aceptar que necesita ayuda. Es muy importante que lleguemos a ese punto, siempre apelando a que es posible volver a empezar, salir adelante, resolver los problemas, señalando que no está solo/a, sino que estamos para ayudarlo.
Acompañar. Es muy probable que esta acción presente un poco de resistencia e incomodidad por parte de la persona que se encuentra con problemas de consumo. Pero, sin forzar la voluntad, debemos ser persuasivos, teniendo en cuenta que una vez que acepta ayuda, hay que avanzar. Es por eso por lo que les recomiendo tengan de antemano los contactos correctos para una entrevista con un especialista en adicciones que los pueda orientar, evaluar e indicar el tratamiento oportuno.
Si ejercitamos estas siete acciones con fe, esperanza y amor, lograremos la recuperación.