La Escuela Dungji de La Matanza es una institución cristiana de arte marcial que le habla de Cristo a más de quinientos alumnos.
Natalia Biglieri es entrenadora de taekwondo una disciplina que abarca el aspecto físico, espiritual y conceptual. Según cuenta ella, “a las clases no solo vienen a hacer ejercicios, sino que a aprenden valores bíblicos, como el saber identificar el bien y el mal, la perseverancia, el autocontrol y dominio propio”.
Actualmente las clases se realizan durante la semana en grupos por edades y horarios, entre las 18 y 22:30 horas. Antes de la pandemia, las actividades eran en un club ubicado en la entrada de tres asentamientos de La Matanza, pero ahora para tomar prevención del virus, decidieron trasladarse a una plaza al aire libre de la misma zona. Biglieri afirma “esta situación nos afectó positivamente porque ahora al estar afuera, nos empezó a conocer más gente del barrio y así se sumaron un montón de alumnos”.
El taekwondo es conocido como un estilo de vida donde se utiliza en el entrenamiento la meditación.
“puede ser visto mal esto, pero es un 50 y 50, porque depende de cada entrenador, en nuestro caso ese espacio lo enfocamos en los principios bíblicos”.
La entrenadora y directora, Natalia Biglieri, La Escuela Dungji.
La escuela tiene alumnos desde tres a setenta y dos años, la directora afirma que el objetivo es que todos a través de esta disciplina encuentren su propósito en Dios. Biglieri admite “que las personas vean el cambio que hay en ellos y que quieran de eso, para mí un taekwondista es el que te contagia el amor y la paz que Dios da”.
Natalia Biglieri explica que la palabra de la disciplina se divide en tres, “tae” que significa ejercicio de pie, “kwon” referido al movimiento de manos y “do” en el oriente es camino. Por eso, a partir de esta explicación define “predicar de Dios a través de taekwondo es simple, yo lo enfoco en el «do», sabiendo que el único camino es Jesús, porque el cuerpo puede pedirte muchas cosas pero si el espíritu no quiere vos no te levantas, el único que te levanta es el Señor”.
Biglieri detalla que este arte marcial no es un deporte porque tiene mucho más que el entrenamiento físico. Ella ejemplifica “yo tengo casi 40 años, a veces mi tae y kwon, mi cuerpo, está cansado, pero cuando la parte espiritual, mi relación con Dios, está bien eso me da ganas y fuerzas de hacer todo y avanzar en la vida”.
La directora cuenta que el nombre de la escuela Nido de Águilas y que ya cumplió más de diez años, un tiempo en el que pudieron ver como alumnos que eran ladrones o drogadictos pudieron recuperarse de esa situación y conocer de Jesús. Biblieri afirma “el taekwondo además de ayudarte vencer los miedos, a no darse por vencido, esta disciplina te prepara para la vida y te hace ser mejor humano”.
La pandemia no freno la visión que tienen como escuela, Biblieri especifica sobre las actividades en las plazas “varios todavía no se suman a la clase, pero si se quedan sentados al lado escuchando cuando se medita la Palabra de Dios, y ahí es cuando la reciben directa o indirectamente. El Señor es el mejor estratega”.