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8M: Mujeres en Cristo

Hoy es el día internacional de la mujer y desde La Corriente repasamos 8 mujeres que marcaron un antes y después en la vida cristiana.

Fanny Crosby

Nació el 24 de marzo de 1820, en el Condado de Putnam, Nueva York, fue una letrista, poeta, compositora misionera estadounidense y una figura muy prominente durante su tiempo de vida. Fue una de las realizadoras de himnos más escuchadas de la historia, escribió más de 8,000 composiciones y canciones gospel, con más de 100 millones de copias impresas, pese a que quedó ciega poco después de su nacimiento, eso no fue un impedimento para cumplir su propósito en Cristo.

A finales del siglo XIX, se convirtió en una de las figuras más destacadas de la comunidad protestante en Estados Unidos. Hoy en día docenas de sus himnos continúan siendo retomados por la iglesia para exaltar el nombre de Jesús en todo el mundo.

Falleció en Bridgeport, Connecticut, el 12 de febrero de 1915 a sus 95 años.

Madame Guyon

(Su nombre real era Jeanne Marie Bouvier de la Motte Guyon): Nació en Montargis, Francia, el 13 de abril de 1648, fue una escritora francesa. Fue considerada hereje por la Iglesia católica, y fue encarcelada desde 1695 hasta 1703 después de publicar varios libros, entre ellos, “Un método de oración breve y fácil” y su “Comentario al Cantar de los Cantares”.

Adoptó la noción del «amor puro», un amor desinteresado a Dios, es decir, no corrompido por la perspectiva de una recompensa o una esperanza de salvación. Muy destacada en la alta sociedad parisina, creó un círculo de discípulos. También impartió clases en el famoso internado de Saint-Cyr. Los escritos de Madame Guyon fueron examinados en 1694 y 1695, terminando con una severa condena al quietismo que propagaba como práctica espiritual. Posteriormente fue encarcelada.

Para el siglo XXI, la influencia de Madame Guyon ha prácticamente desaparecido entre los católicos, pero en cambio sus ideas encontraron un lugar de preponderancia y reflexión en los círculos protestantes, sobre todo en Suiza. Watchman Nee logró que su libro “Experimente las profundidades de Jesucristo” sea traducido al Chino.

En 1704, sus obras fueron publicadas en los Países Bajos, haciéndose muy populares. Muchos ingleses y alemanes la visitaron en Blois. Murió en 1717, a los 68 años, sometida

Corrie Ten Boom

Nació en Ámsterdam, Paises Bajos, en 15 de abril de 1892, fue una escritora, relojera y activista neerlandesa cristiana, fue conocida por brindar refugio a los perseguidos por el régimen nazi durante el holocausto. Después de la Guerra, la institución judía Yad Vashem la nombró “justa entre las naciones».

Durante los primeros años del conflicto, pudo rescatar a muchos judíos de una muerte segura. Luego de que en 1940 los nazis invadieran Holanda su familia se dedicó fervientemente a ocultar refugiados, debido a esto los nazis los arrestaron en 1944 y fueron enviados primero a prisiones neerlandesas en la que la mismísima Corrie ten Boom evangelizó a varios soldados de múltiples rangos nazis. Finalmente fue trasladada al conocido campo de concentración Ravensbrück en Alemania en donde fue liberada al final de la guerra, tan solo unos pocos días después de la muerte de su hermana Betsie. Corrie decidió regresar a Holanda para fundar centros de rehabilitación para todos aquellos que estuvieron presos en algún campo de concentración.

Su regreso a Alemania en 1946 fue el comienzo de muchos años de predicación ambulante en más de 60 países, tiempo en que él también aprovechó a escribir libros para la edificación del cuerpo de Cristo. 

La predicación se centró en el Evangelio de Cristo, poniendo especial énfasis en el perdón. En su libro Tramp for the Lord (Peregrina para el Señor), cuenta cómo, después de haber estado predicando en Alemania, se le acercó uno de los guardias más crueles del campo de Ravensbrück. Escribió que fue de perdonar y que, «durante un momento largo nos estrechamos las manos; el antiguo guardia y la antigua prisionera”, y enfatizó “nunca había experimentado tan intensamente el amor de Dios como lo sentí en ese momento». 

Corrie contó la historia de su familia y su trabajo durante la Segunda Guerra Mundial en otro libro, El Refugio Secreto, que fue llevado al cine, con el mismo título.

En 1978 Corrie sufrió una parálisis como consecuencia de un accidente cerebrovascular, y falleció el 15 de abril de 1983, el día en que cumplía 91 años.

Elisabeth Elliot

Nació en Bruselas, Bélgica, el 21 de diciembre de 1926, fue una autora y oradora cristiana. Su primer esposo, Jim Elliot , fue asesinado en 1956 cuando intentaba hacer contacto misionero con el pueblo Auca, al este de Ecuador. Más tarde pasó dos años como misionera de los miembros de la tribu que mataron a su esposo. Al regresar a los Estados Unidos después de muchos años en América del Sur, se hizo ampliamente conocida como autora de más de veinte libros y también como oradora. Elliot recorrió el país, compartiendo su conocimiento y experiencia, hasta sus 60 años.

Dos mujeres huaorani que vivían entre la tribu Auca, incluida una llamada Dayuma, enseñaron el idioma huao a Elisabeth. Cuando Dayuma regresó a los Huaorani, creó una apertura sin precedentes para el contacto de los misioneros. 

A mediados de la década de 1970, se desempeñó como una de las consultoras estilísticas del comité de la Nueva Versión Internacional de la Biblia (NVI). Ella aparece en la lista de contribuyentes de la NVI. 

Elisabeth murió en Magnolia, Massachusetts, el 15 de junio de 2015 a la edad de 88 años. Poco después de su muerte, se supo que falleció debido a «la pérdida de su mente por demencia» y «su batalla de diez años contra la enfermedad que le robó su mayor regalo, predicar de Cristo». Fue enterrada en el cementerio de Hamilton, Massachusetts. 

Ester

Conocida también como Hadassah, fue una joven del Tanaj judío y del Antiguo Testamento cristiano. Era una hermosa doncella judía que, siendo huérfana e hija adoptiva de su primo Mardoqueo, se convirtió en la reina de Persia y de Media cuando se casó con el rey Asuero. Su historia se narra en el Libro de Ester.

Cuando entró a formar parte del harén del rey, por recomendación de Mardoqueo decidió usar el nombre de Ester. Ella era la hija de Abihail, de la tribu de Benjamín, una de las que constituían el Reino de Judá.

La Biblia relata, además, del proceso por el que pasa Ester para llegar a ser reina, el valor y la fe que tiene en Dios, al querer salvar a su pueblo, a pesar de sacrificar su posición como reina e incluso arriesgar su propia vida.

El texto bíblico cuenta que Ester quedó huérfana al cuidado de su primo Mardoqueo, que la instruyó en la Ley judía. Después de que el Rey Asuero destituyó a su Reina, decidió buscar por todas las provincias de Media y de Persia una nueva esposa. Después de un proceso, es precisamente ella quien fue escogida como nueva reina. Por recomendación de Mardoqueo, ella debe ocultar su origen hebreo. Sin embargo, paralelamente, un funcionario del Rey Asuero, llamado Amán o Hamán, planeó un genocidio contra el pueblo judío y con engaños logró convencer al Rey para que este realizara una masacre contra el pueblo Hebreo de manera «legítima».

Ante el inminente peligro, Ester decidió presentarse ante el Rey, sin importarle su propia vida. Ante semejante actor de valentía, el Rey no sólo otorgó misericordia sino que en un acto de amor y gracia le ofrece hasta la mitad de su reino, pero Ester sólo le solicita al Rey que sea su invitado, junto con Amán, durante tres noches. El Rey acepta y en la última noche se revela la crueldad de Amán, y es ordenada su ejecución.

Cuando Ester notifica al Rey la grave situación, el Rey le dice que no puede transgredir el edicto que permitía la aniquilación del pueblo judío, pero sí que le permitiría defenderse y por eso el día previsto para la masacre del pueblo hebreo, los judíos logran vencer el ataque y sobrevivir.

Ester aparece en la Biblia como una mujer que se caracterizó por su fe, valentía, preocupación por los demás, prudencia, autodominio, sabiduría y determinación. Ella es leal y se presta a cumplir su deber de representar al pueblo judío y alcanzar la salvación. 

María

Provenía de Nazaret, Galilea, conocida nada más ni nada menos por ser la Madre de Jesús. Históricamente se la considera una personalidad importante, partícipe presencial de momentos claves de la historia de la crucifixión y muerte de Jesús; como también lo fue la encarnación de Jesucristo, y maternar hasta que alcanzó su vida adulta. También, participó de la conformación de la primera comunidad cristiana antes de la venida del Espíritu Santo en Pentecostés.

El Evangelio de Mateo y Lucas​ presentan a María como una joven virgen cuando supo que estaba embarazada por obra del Espíritu Santo.​

María es aparece constantemente en las narraciones de varios textos en el Nuevo Testamento, por ejemplo en Mateo se la menciona como la elegida por Dios para la concepción milagrosa del salvador del mundo.

Aquí el evangelista Mateo menciona que es María aquella de quien habló el profeta Isaías al decir: «la Virgen concebirá y dará a luz un hijo a quien pondrán el nombre de Emmanuel, que traducido significa: «Dios con nosotros»».

En Hechos 1:12-26, María es la única, además de los once apóstoles, que se menciona por nombre y que se quedó en el cenáculo, cuando regresaron del monte de los Olivos. A partir de este momento desaparece de los relatos bíblicos, aunque muchos teólogos sostienen que vuelve a ser representada como la mujer vestida de sol en Apocalipsis 12:1-6.

Sara

Fue la esposa de Abraham y madre de Isaac. El libro de Génesis dice que su nombre original era Sarai pero Dios lo cambió a «Sara» antes de concederle el milagro de tener un hijo a la edad de 90 años.​ En su muerte fue enterrada por Abraham.

En hebreo el nombre «Sara» se usa para designar a una mujer de alto rango y a veces es traducido como «princesa». Sara era estéril hasta que recibió un milagro​ después de que su nombre fuese cambiado.​ Cuando su fertilidad fue restaurada dio a luz a Isaac, pero la gente no creyó que fuese un milagro sino que decían que el matrimonio había adoptado un bebé huérfano simulando que era su propio hijo. Leyendo conforme lo que está escrito en la Biblia, se dice que Sara era una mujer estéril que nunca cesó en la oración ni la fe en Dios, hasta que recibió el milagro de tener a un hijo.

Según la Biblia, Sara vivió hasta que su hijo Isaac tuvo 37 años (Génesis 23:1). Él estuvo junto a su madre hasta su muerte a los 127 años. También leyendas tardías añadían que durante la vida de Sara su casa estuvo siempre abierta a la hospitalidad, el dinero se multiplicaba milagrosamente, una lámpara ardía desde la noche del sábado a la noche del sábado siguiente y una columna de nubes se posaba sobre la entrada de su tienda.

Raab

También mencionada como Rahab, fue una prostituta de Jericó que ayudó a los espías israelitas de Josué. Aparece en textos bíblicos del Libro de Josué, el Evangelio de Mateo, la Epístola de los hebreos y la Epístola de Santiago.

Rahab es mencionada por primera vez en el Libro de Josué, en la Biblia aparece como una prostituta que vivía en la ciudad de Jericó y que los israelitas comandados por Josué se disponían a tomar. Al llegar espías de Israel a ver las defensas de la ciudad, el rey de Jericó ordenó su apresamiento y ejecución. Rahab entonces decidió esconderlos bajo «el trigo que se asoleaba en la terraza» y una vez fuera de peligro les contó acerca del miedo de los habitantes de la ciudad. Hasta ellos habían llegado los rumores de cómo el Dios de Israel había dividido el Mar Rojo para dejarles pasar, de las tribus que habían exterminado en el camino y de la ira del Dios de Jacob. 

Luego de aquello los ayuda a escapar escalando los muros de la ciudad dado que «su casa estaba pegada a la muralla», pidiéndoles antes que salvaran a su familia si la ciudad caía. Siendo así se menciona que los espías le pidieron «colgar un cordón escarlata de su ventana» para reconocer su casa y no destruirla. Al caer Jericó, Rahab y al menos la familia que estaba con ella en su casa no fueron dañados. De esta manera acaba la historia de Rahab en cuanto a la toma de Jericó. Más adelante es nombrada en el Evangelio de Mateo en los primeros capítulos, pues al reconocer la genealogía de Cristo se observa que Rahab se casó y que tuvo hijos, incluyendo a Booz, quien por ser bisabuelo del Rey David, es parte de la descendencia de la cual nacería Jesús de Nazaret. También la menciona Pablo en varias Epístolas al ser esta un ejemplo de fe.

Todas estas mujeres, que son solo una pequeña representación de un número más grandes de siervas que arriesgaron su vida, su reputación, renunciaron a su comodidad para expresar un diseño mucho más elevado que sus propias vidas. Cada mujer en Cristo que vivió crucificada para que su Señorío sea visto, dejó una marca en la historia, por más que esta no salga en libros o periódicos, hay niños, adolescentes, hijos, sobrinos, nietos, que agradecerán profundamente su ejemplo de vida. De nuestras casas salen los futuros ladrones, políticos, o predicadores de la palabra eterna de Dios. La función de la mujer es muchos mas importante de lo que podemos imaginar, sin contar las proezas que el Padre puede hacer con cada una de ellas en Cristo Jesús.

Redacción
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