Lucas Guzmán integra la Selección Argentina de Taekwondo, es oriundo de Merlo, Provincia de Buenos Aires. Tiene 26 años y este año representará al país en los Juegos Olímpicos en Tokio, que se llevarán a cabo del 23 de julio al 8 de agosto. Dichos Juegos fueron suspendidos el año pasado a raíz de la pandemia mundial. 

Guzmán participó en los Juegos Olímpicos de la Juventud en Singapur 2010, donde obtuvo la medalla de bronce en la categoría -48kg. Luego, en los Juegos Panamericanos del 2015, en Toronto, obtuvo también el bronce en la categoría 58kg. Cuatro años después, en el 2019, en los Juegos Panamericanos en Lima, tuvo revancha y fue campeón panamericano.

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En marzo del 2020 se aseguró su plaza para los Juegos Olímpicos de Tokio, cuando se consagró campeón en el Preolímpico en Costa Rica. Además fue ganador, en diferentes oportunidades, del Olimpia de Plata, premio otorgado por el Círculo de Periodistas Deportivos. 

El joven taekwondista de 26 años, además de dedicarse al deporte, está estudiando la Licenciatura en Alto Rendimiento Deportivo, en la Universidad Nacional de Lomas de Zamora. Compartió con La Corriente sobre sus comienzos en el taekwondo, acerca de su preparación para los Juegos Olímpicos y sobre todo cómo su fe en Dios lo ayudó a salir adelante en momentos difíciles en su vida. 

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LA: ¿Cómo fueron tus inicios en el taekwondo?

-LG: Empecé a practicar taekwondo a los cuatro años, por medio de mi padre, que es mi entrenador personal y quien me formó en este camino. 

LA: ¿Cómo viviste el momento en que clasificaste a los Juegos Olímpicos de Tokio?

LG: Al principio era como no caer en la realidad y me encontré con muchas emociones reprimidas. Gracias a Dios, con el tiempo sentí que pude entender la magnitud de lo alcanzado. 

LA: ¿Cómo te preparás para este evento deportivo?

LG: Creo que hicimos un gran trabajo. En este momento estamos afinando detalles y estoy trabajando más la mente para el día de la competencia.

LA: Previo a la clasificación para Tokio, ganaste el oro en los Juegos Panamericanos en Lima 2019 ¿Qué significó eso para vos?

LG: La verdad es que fue una inmensa felicidad y una gran experiencia con Dios. 

LA: Con respecto a tu fe, ¿cómo fue tu encuentro con Jesús?

LG: Fue cuando menos me lo esperé. Me costaba encajar en los grupos y trataba de hacer lo que la mayoría hacía para no sentirme rechazado, pero cuando Jesús se hizo presente en mi vida, sentí que era el lugar donde siempre quise estar y el lugar de donde no quiero irme jamás. Donde me sentía aceptado tal y como soy y me desafiaba a accionar de una forma que era inusual para mí.

LA ¿Cómo es compartir de tu fe con tus compañeros u otros deportistas?

LG: Es muy sencillo, trato de servirlos, guiarlos y hablar solamente cuando es necesario. Los demás no están esperando sermones de horas, sino que a través de nuestras acciones ellos puedan ver a Jesús en nosotros. El amor de los hijos de Dios tiene que marcar una diferencia con el resto, porque todo lo que es nacido de Dios vence al mundo.

LA: Atravesaste momentos difíciles, como la muerte de tu mamá. ¿Cómo saliste adelante en ese momento? 

LA: Sinceramente los momentos más difíciles fueron grandes oportunidades para conocer más a Jesús, prefiero alegrarme en esos momentos y tener el privilegio de sufrir juntamente con Cristo y llevar sus heridas a donde quiera que vaya. 

LC: ¿Qué es Jesús para vos?

LG: Es quien me desafía a dejar mis excusas, limitaciones y todo lo que me detiene para crecer, desarrollarme, servir y vencer.

LC: ¿Qué sueños tenés por delante?

LG: Construir una casa para Dios, para extender rápidamente la buena noticia de su Reino.