Más que nunca, las iglesias están en la web, pero lamentablemente aún no logran un mayor alcance online.
La gran mayoría no crece, o lo hace a un ritmo muy lento, y las pocas que logran un mayor alcance online suelen tenerlo entre cristianos de otras congregaciones, en lugar de llegar a los que no asisten a una iglesia.
¡Llegar a los inconversos de tu ciudad a través de las redes sociales y de ahí evangelizarlos es un gran desafío, pero es totalmente posible ver cada fin de semana llegar nuevas visitas a la iglesia!
Lo digo no solo por la experiencia propia sino porque vi a pastores de diferentes países aplicando algunas prácticas en el mundo digital y cosechando los frutos. Por eso hoy te voy a mostrar 3 grandes mitos respecto a la iglesia en la web:
MITO 1:
Es recomendable replicar los contenidos en todas las redes sociales, así ahorras tiempo. ¿Será?
Puede ser más fácil porque publicás una sola vez y podés distribuir a más canales y, por supuesto, ahorras tiempo, pero eso no funciona. ¿Por qué?
Porque cada red social tiene su propia dinámica y no son iguales. Entonces replicando el posteo ganás tiempo, pero perdés alcance online, pues lo que engancha a la gente en una red, no funciona para mantenerla en otra.
Instagram, por ejemplo, es una red social de consumo rápido, el contenido es corto, se manejan bien las stories y los reels, que apenas tienen pocos segundos de contenido. En 5 minutos de navegación puedes ver algo de contenido de más de 50 perfiles.
YouTube, por otro lado, valora más la retención de la audiencia, entonces da prioridad a contenidos más largos. Después de ver 5 minutos en YouTube puede ser que todavía estés en un solo video y que todavía te falte mucho para terminar de verlo.
Básicamente la diferencia entre ambos tiene que ver con el comportamiento humano en el entorno digital.
Instagram es una herramienta de relación, YouTube es más de aprendizaje. En Instagram debes sacar mejor provecho de preguntas, encuestas, stories, reels, colabs y en caso de querer publicar un video de mayor duración te conviene hacer una transmisión en vivo.
En YouTube la estrategia es otra, pues se trata de una plataforma de búsquedas de video. O sea, el nombre cuenta, hay que elegir títulos que sean buscables, términos que la gente utiliza, vale la pena investigar en Google Trends algunas opciones de títulos relacionados con lo que vas a publicar.
YouTube es una excelente opción para profundizar la relación con tu audiencia, ellos esperan consumir allí un contenido más denso y de mayor duración. En el caso de la iglesia, por ejemplo, puede ser una buena opción transmitir el culto en vivo por YouTube y utilizar pequeños videos de las mejores partes, previamente editados, para postear después en Instagram.
Otra opción muy buena para crecer en Instagram con la iglesia es maximizar las publicaciones extremamente cortas, como los reels y stories, además de los posteos compartidos donde uno puede duplicar el alcance haciendo colabs. En estas publicaciones lo mejor es ser prolijo y explorar un único tema, ya que el tiempo es corto, el contenido puede ser un tip, una idea, una revelación de un versículo bíblico, pero en pocos segundos.
Entonces no es lo más recomendable replicar las publicaciones en todas las redes sociales con el contenido exactamente igual, sino entender mejor cómo cada una funciona y de qué forma podés sacar mejor provecho de cada herramienta.
MITO 2:
La iglesia debe tener una comunicación formal en la web para tener credibilidad.
¡Mentira! Nadie quiere conectarse a instituciones u organizaciones, en la web las personas se conectan a otras personas, ¡no a marcas! Mientras más formal tu iglesia sea en el mundo digital, más te vas a alejar de las personas, y lo contrario también.
Es muy importante “humanizar” el perfil de la iglesia en los medios sociales. Mostrar el trabajo de los voluntarios, al pastor preparando la prédica, los ensayos del grupo de adoración, e incluso dejar colar algo de humor, son elementos que te permitirán interactuar más con tu audiencia.
Todo eso suma muchísimo a que tu ministerio realmente se conecte a las personas en lugar de ser solo una institución religiosa más que ocupa espacio en el entorno digital, pero sin interacción.
MITO 3:
Hay que publicar contenido corto, pues la gente no ve contenido largo.
¡Mentira! No existe contenido muy largo, existe contenido muy aburrido, es diferente. Netflix es la mejor prueba de eso, con su contenido organizado de manera tal que te impulsa a ver un episodio tras otro cual si se tratara de una maratón.
De hecho, si quieres utilizar los medios sociales para que gente nueva llegue presencialmente a la iglesia, vas a necesitar profundizar tu relación con la audiencia que quieres alcanzar, y eso se da a través de contenidos más largos.
Los contenidos rápidos sirven para atrapar la atención del público al que quieres llegar, ya que son fáciles de consumir, es el contenido perfecto para una audiencia fría (los que no te conocen). Sin embargo, luego de consolidar una audiencia tibia (que ya te conoce) a través de la distribución de contenido rápido, vas a necesitar avanzar en la formación de una audiencia online caliente (que no solamente te conoce, sino que consume con frecuencia tu contenido).
Toda audiencia caliente es fruto de un contenido de mayor duración, pues tienen interés en el tema que estás compartiendo. Entonces, si te quedas publicando solo contenido rápido y de corta duración, nunca vas a escalar tu alcance online pues te quedas solo con públicos fríos.
Recuerda: no hay contenido muy extenso, hay contenido aburrido.
Con base en tu voz de influencia tienes muchas opciones para publicar diferentes contenidos. Para entender mejor qué quiere decir “voz de influencia” mira el siguiente video:
De 15 a 21 de noviembre tendrá lugar una capacitación 100% gratuita y 100% online para pastores y líderes llamada “La iglesia relevante en las redes sociales”.
Los cupos son limitados, podés asegurar tu lugar en el siguiente enlace: https://www.rodolfomiro.com/capacitacion