Dios no se aparta del pecador, se acerca aun más. El pecado no produce odio de Dios hacia nosotros, sino compasión. De la misma manera, cuando vemos a alguien con una enfermedad...
El apóstol Gustavo Lara regresa a nosotros una vez más trayendo el refresco espiritual de un principio en apariencia redundante: no es lo mismo conocer la verdad que ser alguien verdadero.