Este pasaje nos menciona que no debemos preocuparnos por nada, pero ¿Cómo hago para no angustiarme? En el contexto del día a día, insertados en medio de la rutina laboral ¿Es posible? Surgen preguntas como ¿Llegaré a fin de mes? ¿Podré hacer todo lo que tengo planeado en el trabajo? ¿Llegaré a entregarle a mi jefe lo que me pidió? Y podría continuar con una serie de preguntas que nos llenan de preocupación
¿Desde qué lugar administro la crianza de mis hijos? ¿Desde mis necesidades, para que sean lo que yo quiero que sean?, ¿o desde el propósito de Dios para ellos, para que sean lo que Dios quiere que sean?