En noviembre de 2012 fue diagnosticado de artritis reumatoidea, afección que produce inflamación de las articulaciones y tejidos circundantes, la cual le dificultaba caminar. Esta dolencia crónica le imposibilitaría de jugar al fútbol de por vida, pero puso su fe en Dios y experimentó una sanidad sobrenatural. Hoy Romero, máximo goleador de la CONMEBOL, se prepara para enfrentar la final de la copa Sudamericana.