En los Juegos Olímpicos, el atletismo es uno de los deportes más vistos, con una popularidad que se ha incrementado en estos últimos años con los récords y las estrellas que aparecen y hacen más grande a este deporte. 

Muchos son los atletas que sueñan con triunfar y además expandir la palabra de Dios traspasando todo tipo de fronteras. El caso de Stefany López, atleta colombiana, se destaca en esta disciplina, ella comenzó a los 12 años en el deporte.

Stefany es corredora profesional de alto rendimiento de pruebas de 3000m con obstáculos y 1500m, estuvo en varias competencias a nivel nacional e internacional. Comentó “obtuve algunos títulos nacionales, soy campeona sudamericana sub-20. Este año ingreso a las categorías mayores y también estuve en los Juegos Panamericanos junior y en ese momento obtuve el tercer lugar, vengo con muy buenos registros y espero, con el favor de Dios, seguir manteniéndolos y sobre todo poder seguir disfrutándolo”.

“Inicié a los 12 años el atletismo. No me gustaba hacer nada, pero un día le dije a mi mamá que quería hacer algún deporte, fuimos al estadio, hablamos con un profe e inicié a entrenar. Yo en ese entonces vivía en Bucaramanga. Después de unos meses empecé a ver que las cosas se me iban dando, tuve la oportunidad de competir en un departamental, con las chicas de la misma ciudad donde yo vivía, había un tiempo límite que superar y yo lo superé. Ese tiempo me clasificó a mi primera competencia nacional”, comentó la atleta colombiana.

Stefany relató cómo fue su primer encuentro con Jesús, “conocí a Dios porque desde muy pequeña fuimos muy creyentes y, gracias a mi familia, nos hemos apegado mucho a Él. En muchas ocasiones de la vida se nos presentaban problemas y Dios siempre nos mostraba la salida ante esas dificultades. Como todo ser humano, tenemos nuestros errores y quizás en algún momento he sido un poco débil; en un momento me alejé de Él. Eran tiempos en los que me arrodillaba, le pedía a Dios y no pasaba nada, creía que no iba a pasar nada”.

“Pero en un campeonato sudamericano conocí a una persona llamada Clarita Baiocchi, una atleta argentina que es un amor de mujer, cuando pasé por un momento donde no era afectada mi fe sino que algo pasaba en mí y no lograba encontrarme, esto afectó a mi rendimiento, impidiéndome cumplir con mis objetivos como deportista y como persona. Me llegaron a pasar muchas cosas malas. Pero ella me habló de una manera que me llegó al corazón”, comentó Stefany.

Además agregó, “me dí cuenta de que muchas veces los seres humanos nos aferramos a cosas materiales simplemente por querer estar igual que los demás y nos olvidamos de que eso no es lo más importante, sino que es tener nuestro corazón tranquilo y ayudar a las personas. Desde entonces, creo que fui más dedicada en mis tiempos de leer la Palabra, de orar, de hablarles a mis compañeros para que no se aferren a lo material, a lo que el mundo nos ofrece, porque Dios nos pone en lugares que ni siquiera logramos imaginar y es porque Él todo lo tiene preparado”.

La campeona encontró una nueva oportunidad en Él. “Después del reencuentro que tuve con Dios, fue mucho más fácil acercarme y hablar con Él, de hecho, era una necesidad que tenía el compartirle a mis amigos las experiencias que yo vivía. Muchas personas me preguntaban cómo hice para superar estos momentos y les contaba a todos cómo Dios había trabajado en mí y cómo por medio de Él logré superar todos esos obstáculos que se ponían, desde ese momento disfruto mucho al leer la Biblia, al escuchar la Palabra o algo que hable de Dios y ayudar al prójimo.

Además agregó, “el deporte me ayudó mucho a experimentar cosas nuevas, a conocer nuevas personas, permitirme escuchas sus historias, contarles la mía y me ha permitido compartirles a ellos lo bonito que es la vida, y poder conectarse con la tranquilidad que nos brinda Dios y saber que en Él todos estamos bien y que todos somos vencedores”.

Stefany tuvo una nueva etapa en Jesús, “desde ahí inicie a amar este deporte con el corazón y me dí cuenta de que Dios tiene grandes propósitos para mí, que de hecho puedo llegar tan lejos como yo lo sueñe, independientemente de los obstáculos que se aparezcan en el camino, son una forma para seguir avanzando y para progresar”.

El anhelo de López es claro: “mi sueño como deportista es poder lograr el ticket olímpico, para clasificar a unos Juegos Olímpicos, ya que me he dado cuenta de que llegar a ese tipo de eventos deportivos no es tan difícil como muchos imaginan, sino que requiere de mucha dedicación y esfuerzo, todo es cuestión de amor”.

El señor bendijo a Stefany con el don para correr, desde el momento donde tuvo el verdadero encuentro con Dios, ella vio los resultados, puso al Señor en primer lugar y ahora compite por llegar a los Juegos Olímpicos, para la campeona nada es imposible, para Él nada es imposible.