Entonces Él (Jesús) se sentó y llamó a los doce, y les dijo: si alguno quiere ser el primero, será el postrero de todos, y el servidor de todos.

La esencia misma del evangelio es el servicio. La naturaleza del Dios que amamos es el servicio. La mayor expresión de adoración es el servicio. La muestra más poderosa de amor para con Dios es el servicio. Este es mi punto de partida para sostener que no existe ningún ministerio que podamos ejercer para Dios cuya base y propósito final no sea servirle a Él y por ende a la gente.

El liderazgo se asume como una decisión personal. Los líderes genuinos personifican los valores y la visión de la gente que lideran. Ellos no solo propugnan la visión del movimiento sino también la encarnan.

Pastor Maximiliano Gianfelici

El liderazgo bíblico genuino no responde a construir un modelo determinado y sistemático tan solo, más bien a manifestar un modelo de vida basado en el accionar y el carácter de Cristo. Es por eso que se necesitan modelos dignos de imitar cercanos, tangibles, que las personas vean y que sean de ejemplo no solo dentro de la comunidad de fe sino también afuera.

La referencia bíblica más directa que encuentro sobre este tema es en 1 Pedro 5:1-11, el modelo del liderazgo pastoral establecido por Jesús y descripto por Pedro, uno de los primeros pastores certificados de la iglesia de Cristo. El versículo 5 nos conecta con la realidad de la naturaleza del liderazgo.

El consejo es revestirnos de humildad

Según una costumbre de la antigüedad, los esclavos ataban un delantal a la ropa blanca para no mancharla, esto los identificaba como siervos. Pedro nos exhorta a revestirnos de humildad, para así identificarnos como líderes de Cristo al tratar con humildad a los demás y que reciban la gracia y la ayuda de Dios.

Aparte, es posible que Pedro tuviera en mente la acción de Jesús de atarse una toalla a la cintura y lavarles los pies a los discípulos, como ilustra Juan 13: 4-5.

Nuestra dignidad no viene de lo que producimos, de nuestros talentos o resultados, nuestra mayor virtud es que estamos atados a Cristo para servicio de su cuerpo”. 

Pastor Maximiliano Gianfelici

Por lo tanto, es esencial aprender a mirar a los otros con humildad y con vocación de servicio.

El concepto de ministerio nace directamente de la administración de un área o poder que se nos confiere; no somos dueños, somos administradores. Como hijos de Dios, nuestro llamado es divino y nuestra labor es administrar la gracia de Dios para el desarrollo del cuerpo de Cristo e impactar a la sociedad con su amor.

Servir a todos

Para nosotros el servir no es una actividad o un mero acto de altruismo, es parte de nuestra esencia. Servir a los demás no es algo que solamente se aprende o se desarrolla como una tarea, es el impulso mismo del corazón de Dios en nosotros

En el liderazgo que nos toca ejercer la batalla más fuerte que libramos es dentro nuestro cuando, en algún punto, nos consideramos dignos a nosotros mismos y autosuficientes. 

Es por eso que la integridad de corazón, la humildad, la confianza en Dios, la lealtad a nuestro llamado y el amor genuino por las personas deben ser una brújula para no perder el rumbo.

Vivimos en un sistema donde el liderazgo marcado por el exitismo y sustentado por la búsqueda de la influencia a cualquier precio nos aleja el corazón de Dios y de las personas.

Pastor Maximiliano Gianfelici

Considero que la humildad consiste en una herramienta poderosa para hacer frente a la presión de este mundo. Debemos considerar que nuestra dignidad viene de Cristo, y que en nuestra debilidad él se hace fuerte.

La ansiedad y la frustración por la búsqueda de resultados debe ser depositada en él. Y el crecimiento se tiene que dar como un proceso natural donde somos impulsados por su gracia y amor. La honra y el crecimiento vienen en el momento oportuno determinado por Dios.

Es vital una actitud de servicio activa en el ministerio

La marca del liderazgo de Jesús es muy fuerte y también separa lo genuino y aquello que no lo es. Él dijo: vine para servir a todos. Mientras termino de escribir este artículo mi hijo de 9 años desayuna al lado mío y me pregunta por qué Jesús, conociendo lo que Judas haría, lo amó y le dio un lugar con él.

Se me ocurren muchas respuestas, pero en este momento pienso que no solo Jesús hizo todo esto con él, también lo sirvió, lo entrenó, le dedicó tiempo, le amó y hasta compartió la última comida con él.

No hay absolutamente nada que nos permita y que sea un impedimento para servir a los demás, incluso a nuestros propios enemigos.

Pastor Maximiliano Gianfelici

El servicio no solo constituye un acto de amor desinteresado sino también es la herramienta espiritual más poderosa contra el enemigo y la respuesta de obediencia primaria al llamado de Dios.

Cuando el apóstol Pablo define los ministerios como herramientas para el desarrollo de la iglesia, no puedo ver en eso jerarquías, sino en roles de servicio destinados a extender el reino de los cielos dentro de nuestra comunidad de fe y en medio de este sistema.

Por lo tanto, las labores ministeriales apostólicas, pastorales, evangelísticas, proféticas, magisteriales no acaban en la vida propia de la congregación, sino que son instrumentos de justicia que deben ser ejercidos en todo ámbito de la sociedad teniendo como finalidad el servir a las personas y de esa forma traer el cielo a la tierra revelando a Jesús en todo lo que hacemos.

Como Iglesia hoy tenemos una extraordinaria oportunidad: la de liderar en medio del caos. Y ya hemos sido capacitados de antemano por parte de Dios para esto. Tenemos dos armas poderosas: el servicio desinteresado pleno y lleno de compasión, y el poder sobrenatural de Dios a nuestro favor para manifestar señales y milagros en todo lugar.

Abracemos esta oportunidad y exhibamos con orgullo la marca del liderazgo de Jesús: Fuimos llamados a servir a todos.