Un seminario que tiene como objetivo brindar herramientas para la acción social en diferentes espacios.

La Organización No Gubernamental “Olla, Pelota y Guitarra” brinda un seminario online que busca formar a las personas para el ejercicio activo de la transformación social. Se trata de una capacitación de cuatro meses de duración, con una frecuencia de dos clases mensuales. 

Cada jornada se realizará los días sábados de 10 a 12, por medio de la plataforma Zoom. Además, quienes participen, podrán también acceder a libros en PDF gratis y al material audiovisual de cada clase. El seminario ofrece una modalidad de cursada interactiva que incluye un seguimiento por medio de grupos de WhatsApp en el que dialogan constantemente alumnos y docentes.

El programa de formación cuenta con contenidos variados. Además, recorre problemáticas sociales: adicciones, suicidio, violencia, entre otros; y brinda herramientas comunicacionales que buscan una mejor comprensión de los territorios y grupos sociales.

Los profesores del seminario se caracterizan por ser de diferentes ramas disciplinarias, algunos de ellos provienen del ámbito de la educación, el coaching ontológico, la psicopedagogía, la psicología social e incluso el derecho.

La Corriente tuvo la posibilidad de conversar con Beto Sánchez, fundador y director de la ONG:

LC: ¿Qué es un transformador social? 

BS: Bueno, un trasformador social es aquella persona que está cien por ciento dispuesta a seguir aprendiendo, a poder estar constantemente siendo eficiente, operativo, para poder entender antes de ser entendido y estar dispuesto a desarrollar lo que tenga que ver con el empoderamiento, la asistencia, el trabajo social. 

No solamente responder a la asistencia sino también al fortalecimiento de familias, de personas, a través del amor, a través de la espiritualidad, a través de Jesús. Pero también a través de distintas maneras de desarrollar herramientas que tienen que ver con la empatía, con el amor…Yo creo que es un “santo callejero”. Este Jesús que a veces hemos perdido, que sabemos que era santo, que oraba, que buscaba a Dios, pero también sabemos que era amigo de pecadores. 

El transformador social es un todo terreno, es alguien que está preparado, capacitado para servir; que está con la toalla en la mano para lavar los pies. Creo que es aquel cristiano que está totalmente dispuesto a servir y que ya no vive para él. Lo llamamos trasformador social porque también tiene herramientas para trabajar en equipo, tiene herramientas que tienen que ver con la formación de equipos, de redes.

Sabe cómo armar una ONG, sabe cómo armar un proyecto social. Aquel que estudia, que se capacita con nosotros, va a tener las herramientas para poder hablar con un gobernador, con un presidente, con un intendente, pero también en el barro, en un comedor, en la villa, con “doña María”… 

El trabajador social está para servir. Es alguien que mira como mira Jesús, que observa el barrio, que observa la ciudad y que la ama.

No que la ama desde la empatía sino desde la compasión, porque entendemos que la empatía es la acción… digamos la compasión es la empatía en acción. 

Tú puedes tener empatía, pero no sabes cómo trabajarla, cómo desarrollar un proyecto social. El transformador social lleva la iglesia a la calle, la lleva a un trabajo con inteligencia, ¿no? A una compasión, pero con inteligencia.

LC: Para ser transformador social ¿hay que ser cristiano? 

BS: No, no es necesario. Lo que sí, lo que tenemos nosotros como cristianos es un plus, que puede ser un plus positivo o no. Guarda que si no estás dispuesto a abrir la cabeza y la mente a ser renovado porque… La palabra cristiano significa “un pequeño Cristo”, digamos alguien que toma la cruz y sigue, que está para servir.

Ahora, cualquier persona que va a una iglesia se puede llamar cristiano pero no ser un misionero, un servidor.

Entonces por ahí… Pero lo que sí hacemos es un trabajo fuerte en las escuelas, entonces tenemos docentes que estudian con nosotros, psicólogos, psicopedagogos.

Es gente que está diciendo: “Guau, necesito algo más, preciso algo más; es como que me supera todo lo que está pasando: me supera la orfandad, me supera que los padres no vengan cuando llamamos a reunión de padres, me supera de que los chicos sabemos que están sin comer, que hay chicos que están con problemas psicológicos, me supera…”. 

Y el maestro mira, se da vuelta y no tiene equipo interdisciplinario, no tiene un gabinete psicopedagógico. Entonces es ahí donde nosotros entendemos que el seminario de transformación social es para todos, hasta para una ama de casa, para un hombre que tiene chicos adolescentes y que dejó de inspirarlos, dejó de escucharlos, entonces creo que el seminario de transformación social lo que hace es contextualizarlo. 

Es aquel misionero que mira el contexto, y que sabe que el trabajo es en equipo y que está constantemente aprendiendo, ¿no? Entonces cualquiera lo puede hacer. La primera clase es “Viviendo tiempos de orfandad”, es como cuando Moisés envía a Josué y a Caleb a espiar la tierra, pero “¿Cómo? ¿No me diste la tierra?”, “Sí, te la di, pero te la di a ti. Tú eres el que tiene que estudiar la tierra, conocerla, saber cómo está la gente de hoy en día, entender el comportamiento y el carácter del hombre del siglo XXI”. 

Cabe en nosotros entender y observar el terreno. Entonces hay docentes que quedaron sin herramientas. Nosotros en distintas escuelas privadas damos el seminario de transformación social. Lo hemos presentado y hemos articulado con el gobierno de CABA y estamos a punto de dar puntaje a los docentes, estamos muy contentos. 

Hace rato que estamos entrando a las escuelas. Siempre decimos que trabajo evangelístico en las cárceles hay un montón, en las escuelas no hay. No hay porque no sabemos hablar, porque no entramos en el contexto de la escuela, porque queremos predicar en ella y no se puede; ahí sí se puede hablar de valores, de amor; se puede hasta hablar de Jesús, pero no de religión…

LC: ¿Bajo qué criterio se hizo la selección de temas que forman parte del curso? 

BS: Bajo la experiencia que hemos tenido y desarrollado en estos quince años en las escuelas. Estamos seguros de que es parte de lo que se necesita en estos tiempos: un líder, un joven, un adulto, un anciano, un docente, un psicólogo, necesitan estos temas. 

Mucha gente nos dice: “Lo que yo aprendí hace cinco años hoy ya no sirve más. Digamos, tengo una buena base…” y esto lo provocó la orfandad. Por eso, el primer tema que tocamos en el seminario es “Viviendo en tiempos de orfandad”. 

Cuando abrimos la Biblia y vemos las misiones, Pablo dice “Al judío, judío; al griego, griego. Yo me hice de todo para ganar a todos”.

Nosotros tenemos que entender estos tiempos para ser operativos, eficientes para poder ser realmente personas que estemos a la altura de las circunstancias y poder ser totalmente productivos en el trabajo que hagamos. 

¿Qué tenemos que estudiar, que saber? Que en vez de juzgar a un chico que está en la esquina, tenemos que dar paternidad. Y la Iglesia está llamada justamente a dar, esta paternidad; porque el Salmo 27:10 (RVR1960) dice: “Aunque mi padre y mi madre me dejaran, con todo, Jehová me recogerá”. Y ese “Jehová me recogerá” lo va a hacer a través de un hijo de Dios, ¿no?

LC: ¿Cualquier cristiano debería capacitarse en estas áreas o el que siente tener un “llamado específico”?

BS: Cualquier cristiano. Es deber, no solamente capacitarse, porque no tenemos “la Coca-Cola en el desierto”. Lo que estamos viendo es que hay tanta falta de desarrollo personal en nuestra vida… Todo es “Dios, Dios, no, vamos a orar”, “Vamos todos a orar, vamos a hacer evangelismo”. Pero no sé el nombre de la persona, ni cómo vive, ni qué siente, ni cómo está; no me identifico, no se identifican conmigo… 

Y ¿sabes que digo? “Los amo, los amo”. No. Entonces en vez de yo estar solamente en los seminarios teológicos tratando de renovarnos en la manera de pensar para poder ser mucho más auténticos y realmente comprometernos de verdad con la gente, creo que nosotros debemos amar. 

Pablo en 1 Corintios 4:1 (RVA2015) dice: “Que todo hombre nos considere como servidores de Cristo y mayordomos de los misterios de Dios”. Mira, la Iglesia está para servir.

Nuestro ministerio, el ministerio de la Iglesia es reconciliar al hombre con Dios

¿De qué manera? A través de una multiforme manera. Puede ser a través de la música, puede ser el desarrollo de personas a través de espacios culturales, de espacios sociales. 

Pero lo que nosotros tenemos que entender es que la Iglesia está para servir, y que es mayordoma del lugar. ¿Qué es un mayordomo? Es aquel al que se le dio una tarea y el Señor viene a buscar y decir: “¿Qué hiciste con los dones que te di?”. Los dones que tiene la Iglesia y el fruto del Espíritu que Dios nos dio a nosotros es la capacidad de amar y de servir; poner a la inteligencia al servicio del amor. 

Hoy tenemos que pensar, y hoy muchas veces la institución o también el legalismo no te deja pensar, es “Esto es así” (…) “Porque siempre lo hicimos así”. Listo, ¿está dando resultado? ¿Hemos bajado el índice de pobreza? ¿Estamos cuidando del huérfano, de la viuda? ¿Estamos cuidando, trabajando con los pobres de la Tierra? Porque ese es el llamado.

Lo que nosotros necesitamos entender es que la pileta está de nuestro lado, nosotros somos los que estamos para servir, no son los políticos, ahora todo el mundo habla de ellos.

“No, porque tenemos que entrar en política”.  Ahora se acordaron… Y ahora es como que todo el mundo: “No, si no es a través de la política no se puede transformar nada”. Mentira del diablo. Porque nosotros tenemos un llamado mucho más sublime, mucho más alto. Y nosotros vamos a ser responsables. 

En vez de estar criticando a los gobiernos, tenemos que decir, a ver, mirarnos para adentro y decir: ¿Estamos sirviendo? ¿Estamos siendo mayordomos del barrio? ¿Estamos amando como Dios ama? Y la idea del seminario de transformación social es esta vuelta de rosca, de entender, de abrir la mente. Porque en realidad la gracia nos lleva a amar como Jesús amó, a ser amigos de pecadores, amigos de la gente.

LC: ¿Qué se espera de quien realiza el seminario? ¿Cómo continuaría una vez que culmina?

BS: Cuando termina el seminario comienza la acción, comienzas a actuar. Porque vamos a acompañarte en los proyectos, vamos a estar junto contigo, desarrollándote. Después tenemos un programa de nueve meses de constante apoyo. Seguimos empoderando, capacitando; seguimos dando herramientas de escucha activa, habilidades sociales; seguimos con el transformador social durante nueve meses para que su proyecto se haga. 

Es mucha información en cuatro meses, por eso le agregamos nueve meses de un apoyo como ONG a la persona, un apoyo personalizado, a través de otra aplicación, que es el Telegram. Entonces ahí vamos a tomar a todos los transformadores sociales que están terminando y que han terminado, y vamos a estar constantemente con ellos para que todos esos proyectos se vuelvan realidad. 

Lo más lindo es encontrar dentro del seminario el “para qué estoy”. Hay gente que quiere servir y no sabe cómo, no sabe dónde, no entiende…

LC: ¿Con qué se encuentra el que participa de esta capacitación?

BS: Yo creo que cuando un cristiano viene a estudiar al seminario de transformación social se encuentra con esto, con dejar el egoísmo. Se encuentra con reconocer un montón de cosas que tenemos: prejuicios, juicios, condenamos, etiquetamos, no sabemos trabajar en equipo, queremos hablar y no sabemos escuchar. 

Hay un montón de habilidades sociales que Dios puso en nosotros a través de su Espíritu, que es el fruto del Espíritu Santo, y no las sabemos utilizar.

Lo tenemos y no sabemos cómo darlo.  Yo creo que esa es la Iglesia que viene: la Iglesia de la comunidad, la Iglesia fuera del templo, porque el templo somos nosotros. La Iglesia en la escuela, en todos los lugares. Cada profesión es nuestro ministerio…

La ONG “Olla, Pelota y Guitarra” existe desde hace quince años, y está dirigida por Beto y su esposa Silvia. Su nombre hace alusión a “la importancia de la contención, la actividad física y el arte para el desarrollo de una vida y mente saludable. Encierra la idea de la generación de proyectos de vida, propósitos, motivación y crecimiento personal”, tal cual lo afirma su sitio web. 

Llevan un largo recorrido de trabajo en zonas como Brasil y el monte santiagueño. Han tenido la posibilidad de visitar 5500 escuelas en Argentina hasta la fecha. Sus proyectos están vinculados a áreas de la cultura y la educación, incluyendo el desarrollo deportivo y la formación en oficios, vinculados, en varias ocasiones, con el Ministerio de Educación de la Nación por medio de un trabajo interdisciplinario.

El seminario lo puede realizar cualquiera que esté interesado, a partir de los 15 años. La forma de inscripción es a través de la web de la organización www.ollapelotayguitarra.org, completando el formulario solicitado. Tiene un costo total de diez mil pesos argentinos (dos mil quinientos por mes). Se entregarán certificados de participación validados por la ONG, y por el Seminario Bautista de Misiones.

Lic.en Comunicación Social con orientación en Producción Periodística y Audiovisual. Profesora, productora audiovisual y fotógrafa amateur. Estoy casada, tengo dos gatos bellísimos y soy de Lanús. Amo escribir, hacer radio y estar rodeada de gente, también soy fan de las salidas al aire libre. ¿Una frase que me defina? “Creo que vivir vale la pena siempre y cuando inspires esperanza a otros”