Los hermanos del estado de Luisiana sufren los daños del potente huracán Ida, pero deciden no quedarse con los brazos cruzados, se unen para ser luz y ayudar a los afectados.
El huracán Ida se originó el 23 de agosto a partir de una onda tropical y se movió hacia el mar Caribe. A medida que avanzaba hacia el noroeste hacia Jamaica y la costa de Cuba, las condiciones favorables permitieron que la ola se convirtiera en la depresión tropical nueve el 26 de agosto.
Pasando al oeste de Jamaica, la depresión se intensificó en la tormenta tropical Ida más tarde ese día. Ida se organizó aún más y se fortaleció en un huracán con vientos de hasta 240 km/h e impactó fuertemente con ciudades en el estado de Luisiana y partes de Nueva York, muchos tuvieron que ser evacuados. Muchas personas perdieron sus hogares, pertenencias y trabajos.
En Luisiana hace 14 años el huracán Katrina impactó a la zona, pero éste está registrado como el segundo huracán más intenso en la historia del Estado. La ciudad estaba en esta área mucho más preparada. Aún así, el impacto del huracán hizo que muchos hermanos tengan que evacuar, todavía cuesta mucho que se recupere todo lo relacionado con la electricidad, agua y alimentación. Muchos negocios no están abiertos, y mucha gente no regresará hasta que esté todo bien.
David McCormick, un psicólogo cristiano y director de Alianza Cristiana Huérfanos, miembro de la iglesia Verbo New Orleans, que vive en la zona que fue atacada por el huracán, compartió en exclusiva a La Corriente cómo los cristianos están viviendo la situación allá. “Tengo conocidos que son pastores y yo creo que muchos están con mucha esperanza porque ven que por medio de las crisis muchas veces hay algún tipo de avivamiento entre las personas, trae unidad”, comparte McCormick.
“Ayer terminaron el servicio en la iglesia y toda la gente se quedó platicando, entonces hay mucha necesidad de estar procesando y verbalizando sus experiencias porque hay muchas pérdidas, muchas cosas que están sucediendo, mucho dolor, mucha ansiedad, las personas están muy preocupadas por la situación y por cómo está desarrollándose todo”, añadió David.
Las iglesias están respondiendo, los hermanos se han detenido a ver la necesidad y ayudan a la gente, entregan comida, dan bolsas de víveres y diferentes cosas para ayudar a las personas. “Yo lo veo como una oportunidad de la iglesia para realmente vivir en el servicio y también que las ciudades vean que los hijos de Dios en los peores momentos están para servir, y eso es un impulso a que tampoco nos desmayemos por la situación sino que nos volteemos a servir al prójimo de una forma muy práctica”, expresa McCormick
La hermanos de Estados Unidos se fortalecen en la fe en medio de esta catástrofe, “para algunos ha cobrado un nuevo sentido el hecho de que realmente Dios es el único estable en esta vida y que una tormenta puede destruir nuestros hogares y puede terminar con la comida y lo que sea, pero he escuchado de personas que están convencidas de que Dios permanece ante todo”, dice David.
“Creo que ya Dios está trabajando con la iglesia en general, pero como siempre lo hace, de una forma individual e increíble con las personas recordándoles qué es lo que más importa en esta vida”, agrega el hermano. David asocia esta situación con el pasaje de la Biblia eb Juan 13-35, “En esto conocerán que son mis discípulos, si tuviereis amor unos por los otros”, haciendo hincapié en que la fe se está fortaleciendo en la comunidad.
La iglesia necesita oración, “el principal motivo de oración yo diría que son las necesidades inmediatas de las personas, que Dios extienda misericordia”, comparte David. Pero detrás del daño ocasionado por el huracán Ida también se encuentra otro conflicto en el país.
“Mucha gente que migró a los Estados Unidos y estaba viviendo acá han regresado a sus países porque veían que no iban a poder vivir aquí, también pienso mucho en los niños desplazados, porque hay casos incluso en donde las mamás han abandonado aquí a sus hijos, porque obviamente aquí en Estados Unidos hay una red de contención social para ellos, pero también se están quedando solos, entonces eso es una necesidad de oración, para que Dios levante familias para acoger a estos niños que se están quedando atrás porque su familia y sus papás están en situaciones precarias”, comenta McCormick.
La iglesia se está movilizando para ayudar a las personas afectadas y brindarles el amor de Dios a través de la asistencia, pero la oración que piden los hermanos es para que ellos puedan asistir en todas las áreas, para que Dios siga uniendo a la iglesia en medio de esto, que en vez de haber divisiones, ya sea por líneas doctrinales, o denominacionales, que la iglesia de Cristo pueda unirse en medio de la crisis.