¿Visitaste a tu ginecólogo este año? Las estadísticas indican que las mujeres argentinas tenemos esta cuenta pendiente con nuestra salud.
Comencemos con los números. Estadísticamente solo el 28 % de la población femenina de 20 a 30 años va al ginecólogo, y un 66% de las mujeres entre 55 y 70 años realizó en los últimos dos años un control anual con mamografía incluida (4.a Encuesta Nacional de Factores de Riesgo 2018 del INDEC realizada con la Secretaría de Gobierno de Salud de la Nación).
La pregunta que nos hacemos los que trabajamos en salud es: ¿por qué cuesta tanto cuidarse e ir al control anual? Y se responde con otra estadística (datos obtenidos en la encuesta mencionada anteriormente ) que hace evidente que a las mujeres argentinas les preocupa más la salud de su familia que su propio cuidado.
Ellas dejan la prevención en el último puesto de sus prioridades, luego de muchas otras causas que “califican” mejor que su propia salud. Pero ¿cómo es que la mujer tiene esa capacidad de empatizar con los suyos y con quienes más necesitan al punto de dejar de lado su propia vida?
Existen tesoros físicos que la mujer lleva consigo desde su fisiología y que intrínsecamente la llevan a desarrollar acciones loables como estas. Uno de ellos es la cantidad de neuronas espejo que posee. Estas tienen la funcionalidad de hacernos sentir empatía, de accionar ayudando como lo hemos visto en otros. Se encuentran en la región frontal del cerebro y en la mujer hay mayor cantidad que en el hombre.
En una consulta una paciente me dijo: “Doctora, hace años que no vengo al control porque me estuve ocupando de ayudar a todo el mundo”. A esto yo le respondí: “¿Y si vos te enfermas corazón? ¿Quién seguirá ayudando a todo ese mundo hermoso que tenés alrededor? Ellos te necesitan sana y fuerte para poder seguir realizando esas acciones tan lindas que me cuentas”.
Por eso quiero decírtelo bien claro, mujer hermosa, fuerte, llena de vida y de salud: Tu mundo te necesita sana. Hay mucho de tu interior para compartir con lo demás y estoy segura de que muchos de tus sueños y proyectos están recién comenzando. No se pueden cortar por un mal estado de salud, porque no tengas fuerzas para realizarlos, ánimo o simplemente vitalidad para llevarlos a cabo.
Consejos saludables
Sin más preámbulos: necesitas hacerte tu chequeo anual. Y si mientras lees te preguntas: ¿por dónde empiezo?, lo que debés hacer es lo siguiente:
Primero debes ir a visitar a tu ginecóloga/o de cabecera. Te solicitará: ecografía ginecológica, mamaria, papanicolaou y colposcopia (después de un año de inicio en las relaciones sexuales). Y una mamografía (a partir de los 40 años, o de los 30 si tenés antecedentes de familiar directo con cáncer de mama).
Además te indicará rutina de laboratorio completa junto con orina y rutina de laboratorio hormonal en caso de alguna patología que refieras. También se llevará a cabo una revisación para evaluar el peso y la presión arterial.
Ahí se terminó la primera consulta hasta la próxima que lleves los resultados. Si hay alguna patología para citarte otra vez, será en unos meses para resolver la problemática lo más rápido posible.
Cuidarse es mucho más sencillo de lo que creemos. Necesitamos mirarnos a nosotras mismas y saber que el lugar donde estamos, las personas que nos rodean, los proyectos y metas que tenemos por delante nos requieren saludables.
Amo el versículo de Proverbios 31:25 (RVR1960): “Fuerza y honor son su vestidura; y se ríe de lo porvenir”. Querida mujer vístete de fortaleza interna y externamente, sin duda vas a sonreír por lo que viene.
No solo por la esperanza que te da saber que Dios te ama y te creó con un propósito especifico, sino con la certeza que te da seguir adelante. Porque estás libre de cualquier circunstancia que quiera atentar contra tu salud física, mental, espiritual y en el alma. Por último sonríe mujer, que así el cielo te creó: feliz, amada y para iluminar un mundo que necesita el reflejo del amor que brilla en tu corazón.