La muerte de nuestros conceptos en favor de la voluntad del Padre.

Las palabras del Espíritu Santo resonaron muy fuerte en mi interior. Su voz enseñaba y señalaba aquello que como generación estamos viviendo en esta temporada. Es una estación de “resignificación”. Este término supone otorgar a algo un valor o un sentido diferente al que tenía.

Veo en el Espíritu cómo Dios nos está bautizando en el real significado de Su vida. Su vida no es la suma de doctrinas humanas, ni de palabras grandilocuentes que explican “algo”. Su vida no es un asunto que los hombres puedan explicar con totalidad en una exposición.

No existe nada que nosotros los mortales podamos hacer para arribar al real significado de quién es Él y de aquello que Él planificó en su eternidad. Solo nos queda ser traspasados por la cruz. Participar de la muerte de su hijo, adentrarnos en la pérdida total del viejo hombre y así poder recuperar, mediante la cruz, el significado de ella y el propósito eterno del Padre.

“estamos muriendo a nuestros conceptos y significados. Está siendo destruida nuestra propia y personal teología, interpretaciones E ideas”.

Pastor Julián Ríos

La cruz tiene el poder de resignificar todo

Sin cruz no hay verdadero significado. Sin cruz hay significados humanos, con conclusiones humanas, sumándose a esto, las ideas y los planes que terminan siendo ideas y planes enemigos de la cruz. Todo lo que hacemos bajo un significado incorrecto nos depositará en ideas incorrectas y planes incorrectos. Esto claramente es errar al blanco.

En los próximos años disfrutaremos la precisión del cuerpo de Cristo. La cruz ha tomado fuerza y valor en nosotros. La cruz nos ha permitido experimentar una real resignificación en donde hemos conectado con el Real significado de aquello que el Padre deseaba que entendamos.

El significado de la cruz no puede ser puesto por nosotros. El significado, valor y sentido de la cruz es el deseo eterno del Padre para con nosotros, y con ese deseo es que debemos conectar. Solo la cruz nos permite ingresar a una real comunión, en donde somos introducidos en el significado eterno y correcto de sus movimientos.

Seremos nosotros mismos los responsables de decidir bajo qué significado del Evangelio caminaremos. Si caminaremos en el sentido terrenal (basado en conceptos y teologías personales) o si caminaremos en el de Su cruz, que es el significado que se adquiere mediante un bautismo de muerte.

En la cruz, y solo en la cruz, nuestro montículo de ideas, conclusiones y entendimientos quedan ahogados y olvidados. No hay valor eterno sin cruz. El peso y la gloria que necesitamos para caminar en esta tierra solo es proporcionado en la cruz

RE-SIGNIFICAR… estamos volviendo al significado original de la cruz, al significado eterno, basado en un amor eterno, desde una vida eterna. Es este significado lo que nos convierte en Iglesia. Solo la cruz hace a la iglesia. La iglesia nunca puede conectarte con la cruz, sino que la cruz es la que te conecta con la iglesia. Porque solo la muerte precede a la vida (Lucas 17:33).

¿Qué es el significado?

La palabra “significado” representa: contenido mental que se le da a un signo. Cuando hablamos de “significación”, hablamos de manifestar o hacer saber algo (RAE). La estructura mental que tenemos se debe al significado que hemos adquirido de las cosas.

“El sistema del mundo te impone un significado, pero el espíritu de Dios ofrece conexión continua con el verdadero significado”.

Pastor Julián Ríos

“No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta” (Romanos 12:2 RV60).

Cuando nos volvemos permeables a la palabra de Dios, el entendimiento se renueva. Un entendimiento renovado es un entendimiento que toma la forma del diseño eterno y que a su vez nunca tomará la forma del mundo actual. En otras palabras, podemos decir que el significado que tengo de las cosas es la forma en la que me conduciré. Nos conducimos conforme al mundo o conforme al diseño eterno.

Traigo también a memoria aquellas líneas de Pablo a los filipenses… él escribe sobre aquellos “filtros” que debemos tener a la hora de evaluar los pensamientos. “Por lo demás, hermanos, todo lo que es verdadero, todo lo honesto, todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable, todo lo que es de buen nombre; si hay virtud alguna, si algo digno de alabanza, en esto pensad” (Filipenses 4:8 RV60).

La versión NTV lo dice de la siguiente manera: “Y ahora, amados hermanos, una cosa más para terminar. Concéntrense en todo lo que es verdadero, todo lo honorable, todo lo justo, todo lo puro, todo lo bello y todo lo admirable. Piensen en cosas excelentes y dignas de alabanza”.

Todo lo verdadero…” Este es el inicio de todo pensamiento. Si mi punto de conexión no es con la Verdad, todo lo demás carece de real significado. Mi punto de conexión define el significado de las cosas. 

Cuando nuestra atención, concentración y conexión no es en la verdad, el significado eterno de la cruz, carecerá de precisión. Y cuando un significado no es preciso, el fruto será una mala gestión. No porque seamos mal intencionados, sino por causa de tener un mal significado.

Cuando hablamos de la cruz, del Evangelio y del propósito eterno, no podemos tener significados subjetivos. El valor de estas realidades debe estar en un estado puro de objetividad. Por ejemplo; si tengo un significado subjetivo del propósito eterno ¿qué cree usted que desarrollaremos? Seremos, claramente, gestionadores imprecisos de la voluntad de Dios.

Julián Ríos
Esposo de Vicky, papá de Samy y Giuly. Es profeta, pastor y miembro del presbiterio de CEAP (Centro de Entrenamiento de Alta Productividad). Actualmente reside en Barcelona, España. Colabora con la Iglesia en Los Balcanes, mediante el proyecto LAPET (Levantando Altares Para Establecer El Trono) de la red UNGE Internacional.