Un grupo de personas se reúne frente a los sanatorios con mayor nivel de saturación en la ciudad de La Plata, para pedir por los enfermos de coronavirus y por el personal de salud.
La situación que atraviesa nuestro país ante el avance de la segunda ola de COVID-19 es preocupante, en muchos distritos del país, y particularmente en la zona del AMBA, comienzan a escasear los espacios de internación y los insumos básicos para tratar a los pacientes, como el oxígeno. En este contexto, personas que cursaron la enfermedad se turnan de diez en diez para orar en la puerta de las clínicas que están en un momento crítico por la escasa cantidad de camas de terapia intensiva.
Quique Cordero, pastor de la iglesia Coworking Vida, detalla que la actividad comenzó la semana pasada, a raíz del pedido de varias personas que tuvieron coronavirus y asisten a esa iglesia. «Ante la gravedad de lo que está pasando en nuestra Ciudad, la iglesia salió a las puertas de nuestros hospitales para orar por los infectados por COVID», comenta Quique.
Las salidas las realizan en grupos reducidos, con barbijo y manteniendo la distancia, para cumplir los protocolos y evitar el contacto con las demás personas. Un parlante y un micrófono son los instrumentos que utilizan para transmitir música, además de orar por la sanidad de los que se encuentran hospitalizados en las habitaciones y por fortaleza para el personal sanitario.
“Nos propusimos llevarle el método para sanar el alma a las personas, porque si bien todos están buscando curar la enfermedad, nosotros queremos trabajar en el alma, hacer lo que el hombre no puede, lo que solamente Dios hace”, enfatiza Quique.
La mayoría de los creyentes que se acercan a la puerta de los sanatorios son jóvenes que atravesaron la enfermedad y conocen los síntomas y la sensación de soledad que significa. Quique explica “hay gente que necesita de alguien que le diga ‘yo pasé por lo tuyo’, para que se pueda sentir comprendido y acompañado” y agrega “transmitimos la tranquilidad de que Dios se va a ocupar de lo que nosotros no podemos”.
“Nosotros venimos a orar en principio por las personas que nos escuchan, que están en las habitaciones, y además pedimos por aquellos que están en terapia intensiva, por los doctores, enfermeros, el personal de limpieza y los familiares de los afectados”, señala el pastor de la iglesia Coworking Vida.
Quique explica que les llegan muchos gestos de agradecimiento por las oraciones “desde las habitaciones nos llegan mensajes y bajan también los del personal de salud para agradecernos, porque ellos necesitan esa fuerza, mucha gente está sin dormir, tras días trabajando para poder solucionar esto”, además comenta “muchos nos dejan papelitos para que sigamos orando en nuestras casas”.
Además de las personas que salen a las calles, cuentan con un grupo de intercesión que ora por las necesidades y los motivos recolectados en papelitos o mensajes de texto. “Esta semana estuvimos en el hospital San Roque de Gonnet y vamos a estar con grupos reducidos durante dos semanas, luego vamos a ir a los lugares más afectados” indica el pastor de la iglesia Coworking Vida.
Quique hace énfasis en la necesidad de moverse como cuerpo de Cristo: “salimos a las calles, como un acto de fe para sacar a Jesús de las iglesias, del templo, y demostrar que Él es el mismo ayer, hoy y por los siglos. En este momento las iglesias permanecen cerradas, por eso es importante llevar a Dios a los lugares que la virtualidad no tiene acceso”.
Quique analiza “la iglesia está saliendo a la calle, así como lo hizo cuando empezó la pandemia y fue a repartir mercadería, para atender a las personas en situación de calle” y finaliza con un mensaje para el resto de las congregaciones “animo a la iglesia a salir a la calle, con los protocolos necesarios, para llevar este mensaje que habla a las personas que están transitando esta enfermedad, y a aquellas que tienen familiares fallecidos. El único camino acá es el Señor”.