Cuáles son las evidencias de que una persona realmente tuvo un encuentro personal con Cristo.
Hoy quiero hablarte de tres características que indefectiblemente posee un verdadero cristiano; como dijo Jesús “por sus frutos los conocerán”. Siempre es importante fijar nuestros ojos en Jesús, porque obviamente, la palabra cristiano deriva de Cristo, y las evidencias de que una persona ha recibido la naturaleza divina concuerdan con la naturaleza y el carácter de Cristo, porque si permanece en Él, debe andar como Él anduvo.
La primera característica de un cristiano es la obediencia al Padre
Hoy en día pareciera que la palabra obediencia fuera una mala palabra; sin embargo, la obediencia es uno de los frutos más importantes que debe permanecer en los cristianos, pues Cristo fue obediente hasta la muerte, y muerte de cruz. Por el contrario, la desobediencia siempre fue una manifestación de la naturaleza carnal, animal y diabólica.
Si observamos la vida de Jesús, él siempre fue obediente al Padre y depuso sus propios sentimientos ante la voluntad de Aquél que lo envió. Sobrarían ejemplos para nombrar y llenaríamos este artículo de citas bíblicas demostrando que esta virtud estuvo a lo largo de la vida de Cristo en la tierra, basta que, como buenos cristianos, lo recordemos e imitemos.
Entonces un cristiano que diga “ya no vivo yo más vive Cristo en mí”, indudablemente llevará una vida de obediencia, producto de su ADN espiritual.
Hasta el Evangelio mismo se presenta a los hombres con fuerza de mandamiento. Las buenas nuevas son algo tan hermoso, sublime y glorioso, algo tan bondadoso y beneficioso para el ser humano, que hasta a veces olvidamos que Dios, en su gran amor, lo dio a los hombres con forma de imperativo.
“Pero Dios, habiendo pasado por alto los tiempos de esta ignorancia, ahora manda a todos los hombres en todo lugar, que se arrepientan”, Hechos 17:30.
Dios no te invita al arrepentimiento; por su gran misericordia y gracia, te manda a que te arrepientas y recibas la salvación.
“Mas no todos obedecieron al Evangelio”, Romanos 10:16.
Qué importante será este tema que, a los que aún no han creído, se les llama “hijos de desobediencia”. Sin lugar a dudas, un espíritu de obediencia a Dios y a su palabra caracterizan a un verdadero creyente.
La segunda característica es la pertenencia
“Un cuerpo, y un Espíritu, como fuisteis también llamados en una misma esperanza de vuestra vocación; un Señor, una fe, un bautismo, un Dios y Padre de todos, el cual es sobre todos, y por todos, y en todos”, Efesios 4:4-6.
Si algo destacaba a Jesús era su sentido de pertenencia. Él sabía muy bien de dónde era y a qué Reino pertenecía. Él sabía que no estaba sólo, que formaba parte de una gran familia, al punto de que nos llama a todos nosotros “hermanos”.
Un verdadero cristiano tiene que tener ese mismo sentido de pertenencia, debe conectarse con su iglesia, no solamente con la noción de la Iglesia espiritual de Cristo, sino con su iglesia local, la del lugar donde Dios lo hizo crecer. Un cristiano debe involucrarse en los asuntos del Reino y saber que es miembro del cuerpo de Cristo.
Hoy por hoy, el diseño de iglesia que Dios estableció está siendo atacado por el enemigo, que siembra en las mentes de las personas pensamientos de individualismo, división, falta de afecto fraternal y desobediencia, que hacen que las personas no quieran congregarse, no quieran servir ni funcionar en los principios y orden que Dios estableció.
Este es un llamado de atención a todos aquellos que se han alejado de su iglesia y se han vuelto consumidores del Evangelio y no miembros activos de su cuerpo.
La tercera característica de un verdadero cristiano es el propósito
“Como tú me enviaste al mundo, yo también los he enviado al mundo”, San Juan 17:18.
Quien no posea en su interior ese impulso, llamado, deber y amor por el evangelismo, no ha tenido un encuentro con Cristo. Jesús vino a salvar lo que se había perdido, y puso en cada creyente el querer como el hacer, conforme a su voluntad.
Nuestro propósito como cristianos es ser semejantes a Cristo, nuestra visión es que el Reino de Dios se establezca en la tierra y nuestra misión es predicar el Evangelio. Cada mañana cuando nos levantamos deberíamos poner esto como prioridad, y cada noche al acostarnos debiéramos preguntarnos si todo lo que hicimos en el día estuvo alineado a estos tres ejes conductores.
Podríamos citar muchos frutos y características más de un verdadero cristiano, pero creo que la obediencia, la pertenencia y el propósito serán determinantes para las generaciones futuras que traerán un avivamiento en todo el mundo.
Dios te bendiga.