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Profesión con libertad de expresión, un caso con mucho en juego para cristianos en Estados Unidos

Lorie Smith, una artista gráfica de Denver, Colorado, decidió presentar un caso inesperado a la Corte Suprema: quiere diseñar sitios web para bodas, pero no acepta hacerlo para parejas del mismo sexo

Por estos días, el caso de Lorie toma dimensiones inesperadas al acaparar la atención de los medios en América Latina. Su decisión de mantenerse fiel a lo que cree la llevó a plantear hasta dónde la libertad de expresión profesional es viable en su país. Sueña con extender su negocio a nuevas audiencias, pero no está dispuesta a negociar sus valores y apuesta a que la ley avale eso. 

El pasado lunes 5 de diciembre, la Corte Suprema recibió en Washington a Lorie y a su abogada Kristen Waggoner; en su presentación de argumentos orales, la peticionaria amparó su demanda en los derechos de la primera enmienda de la Constitución de los Estados Unidos, que protege la libertad de culto y de expresión.

EL MENSAJE Y NO LAS PERSONAS

Al presentar esta demanda, Lorie no está eligiendo discriminar sino decidir qué decir al momento de presentar su negocio, y que al hacerlo eso pueda ser coherente con lo que cree.

Cabe destacar que, según los registros presentados, la empresa que Lorie lleva adelante nunca se negó a prestar servicios a las personas por lo que son.

“Sirvo a todos, incluidos aquellos que se identifican como LGBT”, afirmó en una entrevista. “Me encanta crear a medida y trabajaré con cualquier persona; simplemente, hay algunos mensajes que no puedo crear, independientemente de quién me lo pida”.

La demanda se fundamenta en la libertad de expresión de un servicio sobre bodas, acerca de poder decidir qué comunicar en su negocio, y que al hacerlo, el gobierno no la multe por ello. 

EL CAMINO HACIA LA LIBERTAD DE EXPRESIÓN DE LA FE 

Este no es el primer caso que se presenta en Colorado entre emprendedores y la Corte Suprema. En 2018, Jack Phillips, un pastelero de la misma ciudad, fue demandado por negarse a realizar un pastel para una boda de una pareja del mismo sexo. 


«Lo siento, no hago pasteles para bodas entre personas del mismo sexo», dijo. Ese intercambio de palabras que duró 20 segundos lo llevó a un litigio de 6 años, en el que, finalmente, la Corte Suprema falló a su favor. 

Aunque esa no fue la primera vez que rechazó hacer un pedido que iba en contra de sus creencias (en dos ocasiones, descartó hacer trabajos para las celebraciones de Halloween y un divorcio), este caso abrió camino hacia lo que hoy Lorie está haciendo. 

A partir de esta experiencia personal respecto a la libertad de expresión, el pastelero de Colorado escribió un libro: El costo de mi feCómo una decisión en mi pastelería me llevó a la Corte Suprema. 


EL AUMENTO DE LA FE 

Mientras Lorie se aventura en el camino de la defensa de sus derechos, confiesa:
“A medida que he navegado por los altibajos de los últimos seis años de litigio, incluidas las amenazas de muerte, los mensajes de odio e incluso la publicación de la dirección de mi casa en las redes sociales, he crecido mucho en mi fe”.

“Sé que mi posición protegerá incluso a aquellos que no están de acuerdo conmigo o que dicen cosas poco caritativas sobre mí. Estoy convencida de que vale la pena proteger la libertad de expresión y quiero que todos puedan disfrutar de este increíble derecho”, afirmó. 

Pilar Be
Pilar Be
Productora Artística y de Medios de Comunicación. Colaboradora de Dios. Musicalizadora.

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