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¿Por qué buscáis entre los muertos al que vive?

¿No te parecería absurdo salir a sembrar sin creer en la lluvia? Imagínate como sembrador, ¿sería lógico que salieras al campo a invertir tus mayores esfuerzos siendo incrédulo a la fuente esencial que podrá hacer fructificar la tierra? Pues si pensamos que Cristo no resucitó entonces la práctica de nuestra fe es absurda

El mensaje del Evangelio depende directamente de una “lluvia” que nos llevó de muerte a vida: la resurrección de Jesús es nuestra respuesta del cielo. No le dejemos “clavado en la cruz”. De ser así, estaríamos confiando en un hombre más que provocó cierto ruido social en su momento, y al que el madero finalmente le quedaría grande.

Absolutamente ninguna otra religión en el mundo depende exclusivamente de la vivencia de una “lluvia” así, de un acontecimiento. Tampoco ningún otro líder se entregó a sí mismo, haciéndose igual a nuestra condición, por un amor capaz de sostenerle en una cruz, derramando cada gota de sangre a fin de librarnos de nuestra perdición.

La resurrección es victoria sobre la muerte y vida al tercer día pese a la existencia del sepulcro. Si no creemos que sucedió entonces, como diría el apóstol Pablo, vana es nuestra fe y su predicación (1 Corintios 15:14-16). 

Para muchos discípulos y personas de la época, supuso un gran desafío. Aquellos que habían compartido momentos caminando con la Vida, es decir, siendo testigos de cómo el Salvador del mundo extendía sus manos para cumplir la voluntad del Padre, ahora se verían enfrentados a esperar el cumplimiento de una promesa que se escondía tras una tumba que olía a muerte, una prueba que les invitaba constantemente a mirar por fe y no por vista. 

A lo largo de su caminar en la tierra, Jesús ya había mostrado tanto a discípulos como a multitudes su poder sobre la muerte. Vemos por ejemplo a Lázaro, ya muerto desde hacía varios días, a quien Jesús llama a la vida. Fíjate que instantes antes de suceder este gran milagro, vemos cómo Marta le declara a Jesús lo siguiente: “Señor, ya huele muy mal, pues lleva cuatro días.” Sin embargo, el Rey de Reyes le responde: “¿No te he dicho que si crees verás la gloria de Dios?” (Juan 11:38-40

Hoy te pregunto, ¿desde qué perspectiva estás mirando la resurrección de Cristo? Quizás vives un cristianismo de tradición como si Jesús no hubiera resucitado, ¿una fecha más, un simple evento más en la historia? Si es así, entonces necesitas experimentarlo pero, ¿cómo hacerlo? 

Primero cree en tu corazón que Él es quien dijo ser por encima de lo que este mundo dicte de su nombre (Mateo 16:15) y experimenta con fe por ti mismo cómo el mismo Dios levantó a Jesús de los muertos (Romanos 8:11), pídeselo ahí donde estás con todo tu corazón en tus propias palabras. La Biblia dice que somos dichosos por vivir la bienaventuranza de creer sin haberle visto (Juan 20:29). En segundo lugar, y aunque te pueda sonar locura, vive la resurrección hoy. Las escrituras reflejan que aquellos que le hemos conocido, aún sin haberle visto, hemos experimentado junto a Él un nuevo nacimiento, tras haber dejado atrás el estilo de vida que no le agrada y “haber crucificado” conjuntamente en la cruz también nuestros pecados y pasiones que nos esclavizaban (Gálatas 5:24). 

Puedes vivir hoy la esperanza de la resurrección, no importa lo que hayas hecho o las circunstancias que te rodeen, Jesús anhela perdonarte para traer vida a tu muerte y envolverte en un amor sobrenatural con el que sentirás que lo mejor comienza junto a Él, experimentarás esta “lluvia” del cielo y verás que realmente has nacido de nuevo, porque Él vive.

Marta Durán
Marta Durán
Nació en Cádiz, en un pequeño pueblo del sur de España. Licenciada en Periodismo y Márketing Digital, su gran pasión siempre ha estado entre sus manos desde temprana edad: observar el mundo desde tras la cámara. Ahora, su corazón arde por exaltar a Jesús en sus diferentes formas de expresión de arte y que su nombre sea afamado.

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