Hace unos días, hablando con un querido compañero pastor acerca de esta temporada de pandemia, nos hicimos la siguiente pregunta: ¿Qué efectos han tenido los pasados meses de crisis, el aislamiento, el derrumbe de la economía y el cierre de la Iglesia de Jesucristo?
Al terminar nuestra conversación, el Espíritu Santo me habló y oí estas palabras en mi interior: PRUEBA DE ESFUERZO. Sorprendido, comencé a pensar en esto para luego entender lo que quería decirme. Esta temporada ha sido una “prueba de esfuerzo” para la Iglesia de Jesucristo y para cada creyente en particular.
¿Qué es una prueba de esfuerzo?
Científicamente, la medicina realiza un estudio llamado prueba de esfuerzo, o también conocido como ergometría, que consiste en un examen de resistencia física a través de diversos ejercicios que evalúan la capacidad del corazón para responder al estrés externo.
Al conocer el propósito de este examen médico, pude entender la razón por la cual el Espíritu Santo lo susurró en mi oído. La Biblia dice: “Jehová prueba al justo” (Salmo 11:5). Dios siempre prueba al que va a usar.
“Los tiempos de pandemia mundial por los que hemos atravesado han sido la “prueba de esfuerzo” que pudo detectar la reacción del cristiano ante el estrés que las dificultades y la inseguridad produjeron en nuestra vida”.
¿Cuáles han sido los resultados de esta prueba de esfuerzo que hemos vivido desde marzo del 2020? Esta ha demostrado el estado de nuestro corazón. El estrés que esta prueba generó evaluó lo siguiente: ¿Eres un templo consagrado para Dios? ¿Gobierna Jesús tu corazón? ¿Es Jesucristo Supremo y central en tu vida?
Doy gracias a Dios por los cristianos fieles que están preparados para lo que viene, pero en este tiempo de estrés muchos han fallado en estas preguntas. El resultado ha manifestado lo siguiente: Jesucristo NO es Supremo en su vida. El terror los manda. El miedo los gobierna. No se han consagrado como templo.
¿Es Jesucristo el Supremo en tu vida?
Jesucristo es Supremo en nuestro pasado
Cuando hablamos de nuestra vida, eso también incluye nuestro pasado. Continuamente vienen a nuestra mente acusaciones del enemigo de nuestra alma por faltas, pecados y caídas del pasado, señalándonos y llevándonos a la depresión para imponernos un sentimiento de culpa que no debemos tener.
El apóstol Pablo dice en Colosenses 2:13-14: “Dios nos dio vida en unión con Cristo, al perdonarnos todos los pecados y anular la deuda que teníamos pendiente por los requisitos de la ley. Él anuló esa deuda que nos era adversa, clavándola en la cruz” (NVI).
Si el cuerpo de nuestro amado Jesús fue clavado en la cruz y allí murió, nuestro certificado de deuda también fue cancelado allí, porque Él es Supremo en nuestra vida. El siguiente versículo dice: “y despojando a los principados y a las potestades, los exhibió públicamente, triunfando sobre ellos en la cruz” (v.15).
Jesucristo despojó las potestades satánicas que han sido asignadas para acusarte y reclamar las deudas que ya han sido pagadas. Por lo tanto, esos cargos ya no existen, caducaron en la cruz hace casi dos mil años, porque Jesucristo ES Supremo en mi vida.
Jesucristo es Supremo en nuestro presente
El apóstol Pedro dice: “Depositen en él toda ansiedad, porque él cuida de ustedes”, (1 Pedro 5:7).
¿Cuántas veces hemos oído voces que nos dicen que estamos solos, que nadie se preocupa por nosotros, que nadie nos cuida? Hay una gran cantidad de creyentes que están ofendidos porque nadie los llama ni se interesan por ellos. Aun muchos han elegido abandonar la fe. Sin embargo, la Palabra dice que, aunque nadie nos llame, Jesús cuida de nosotros.
Jesucristo es Supremo en nuestro futuro
Muchos están pensando: “¿Qué va a pasar en el futuro? ¿Qué va a ser de mis hijos y mis nietos? Esto se va a poner de mal en peor”. Pero usted debe entender que Jesucristo es el Señor de nuestro futuro. Él es Supremo sobre todo lo que viene por delante.
Pablo dice que Jesús está sentado en el trono y tiene el pie levantado, porque todos sus enemigos están bajo sus pies, incluso la muerte que va a ser la última.
Muchos se preguntan, ¿cuándo terminará la crisis que esta pandemia ha generado? Luego de varios estudios, los expertos vaticinan que con el pasar de los meses, luego de esta crisis, nada volverá a ser igual.
Volver a la fuente del Supremo
Es por eso que esta prueba de estrés ha demostrado que tenemos que volver a la fuente. Hasta ahora nos hemos distraído, pero es necesario volver a aquel que a través de Él y para Él fueron creadas todas las cosas. Nombre sobre todo nombre, Jesucristo, el Señor.
Sigamos este consejo: “Concentren su atención en las cosas de arriba, no en las de la tierra, pues ustedes han muerto y su vida está escondida con Cristo en Dios”, (Colosenses 3:2-3 NVI).
Nuestra vida está escondida con Cristo en Dios. Cuando Cristo, que es nuestra vida, se manifieste, entonces también nosotros seremos manifestados con Él en gloria. ¡Jesucristo es nuestra vida ahora! ¿Por qué le tememos al futuro? Nada nos separará del amor de Cristo.