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¿Cómo te gustaría ser recordado si hoy fuera tu último día?

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La historia de Dorcas

Te invito a que mires por la ventana de una mujer común a los ojos del mundo, pero gigante ante los ojos de Dios.

Esta historia se desarrolla en la ciudad portuaria de Jope, una ciudad con un gran puerto que da al mar Mediterráneo. Una ciudad con muchas personas que van y vienen, que compran y venden, con mucho movimiento y, por lo tanto —como es tan común en esos lugares—, con muchos que son vistos sin ser mirados.

En esa ciudad vive Dorcas, también llamada Tabita. Si te acercás a su ventana, la vas a ver cosiendo. Mira la tela, corta, sueña y sonríe. Con aguja e hilo, puntada tras puntada, ella encuentra el propósito por el cual fue creada. Está cosiendo vestidos de muchos colores, con una única intención y motivación: manifestar generosidad.

Dorcas no es una gran predicadora; al menos, no es conocida por escribir cartas. No sabremos de ella como una reconocida profeta, tampoco nos consta su trabajo en la plantación de iglesias, ni hay referencias de que haya sanado enfermos. Pero su historia está plasmada en la Biblia, es la protagonista de uno de los milagros relatados en el libro de los Hechos, y su vida está saturada de generosidad.

Su vida —y sobre todo su enfermedad y muerte— demuestra que una existencia humilde, rendida y generosa refleja la belleza del Evangelio tanto, y aún más, que una gran prédica.

Tendemos a creer, erróneamente, que los grandes oradores o los famosos predicadores son una categoría de cristianos diferentes, y que la vida espiritual se mide en frases impactantes, o en revelaciones que muchas veces (y lamentablemente) se venden, al estilo de: “Comente con la palabra BIBLIA y le enviaremos toda la info para que consuma y compre nuestra revelación”.

Sin embargo, Dorcas, una simple costurera, logró con su testimonio mostrar que cuando una vida glorifica a Dios y edifica al prójimo, es usada para resurrección y vida.
Dorcas vio a Cristo como su tesoro… y el dinero, el tiempo, el hilo y la aguja se volvieron instrumentos de adoración.

1. Una DISCÍPULA

Lo primero que notamos en los versículos de la historia de Dorcas es que es llamada una discípula.

La palabra discípulo ha sido usada hasta el cansancio dentro del lenguaje de la iglesia. De hecho, cada maestro o predicador le ha dado su propia impronta, y hasta —lo que es peor— su propio significado. Me recuerda al libro de Alicia en el país de las Maravillas, cuando el personaje de Humpty Dumpty habla sobre la palabra gloria, entonces Alicia le pregunta qué significa esa palabra, a lo que él responde:

«CUANDO USO UNA PALABRA, SIGNIFICA LO QUE QUIERO QUE SIGNIFIQUE, NI MÁS, NI MENOS.»

Jesús deja claro qué es un discípulo para Él: alguien que lo deja todo para manifestar la vida de su Maestro. Pide fidelidad, en primer lugar, y llevar su mensaje tal cual Él lo trajo a todos los lugares a los que seamos enviados.

Jesús fue alguien radical. Y sus enseñanzas fueron las más radicales que jamás se esparcieron sobre este planeta.
En toda la literatura mundial, no existe algo parecido al Sermón del Monte. Ninguna otra enseñanza ha producido jamás los cambios espirituales, en el alma y el cuerpo, que la fe cristiana ha logrado.

Es una tragedia que las leamos y nos sintamos cómodos. O que estas nos deslumbren, pero no provoquen en nuestras vidas los cambios por los cuales fueron dichas. Porque nunca fueron proclamadas para brindarnos comodidad, sino para darnos propósito en nuestra vida y que estemos dispuestos a morir por ello.

Su intención es transformar nuestras vidas y enviarnos a manifestar la vida del Hijo como heraldos con una pasión ardiente.

Si podemos leer las declaraciones de Jesús y aún sentirnos cómodos, si las leemos y pensamos que son fáciles, entonces las hemos malinterpretado.Porque las demandas de Jesucristo son humanamente imposibles.

La vida de fe en la carne sólo puede vivirse por el poder sobrenatural y la morada del Espíritu Santo en nuestras vidas.

En lugar de tomar Sus palabras sustancialmente, ingeniamos sesenta formas teológicas para cambiarles su sentido. Como resultado, tenemos una vasta diferencia entre el cristianismo que vemos hoy día y el cristianismo de la Iglesia Primitiva.

Hoy significa asistir a la iglesia siempre que sea conveniente, colocar dinero en la ofrenda de lo que nos sobra,
y darle a Jesús una de nuestras noches libres. ¿Es ése el verdadero cristianismo? No.

El verdadero hijo de Dios:

  • Vive una vida de discipulado radical
  • Manifiesta la vida de su Maestro, y ese es su motivo de vida
  • Vive en servicio sacrificial
  • Se mueve por un amor ágape, que no espera nada a cambio
  • Tiene un compromiso sin reservas, dispuesto a dejarlo todo para manifestarlo

2. El fruto de una vida generosa: consuelo y comunidad

Cuando llega Pedro, se encuentra con que, en el lugar donde yacía el cuerpo de Dorcas, había viudas llorando y le mostraban los vestidos que ella les hizo.

¡Qué escena tan poderosa! No hay discursos, no hay canciones de moda, no hay palabras complejas para entender: solo lágrimas y vestidos.

Las obras de Dorcas hablaban por ella. No era solo una mujer bondadosa o amable con las viudas de su comunidad. Ella era el consuelo visible de la Iglesia, el Cuerpo de Cristo.

Una vida generosa une a la iglesia. Crea comunidad. Sana los corazones. Construye relaciones profundas. Genera legado y deja huella aun después de nuestra partida.

3. El poder que respalda la generosidad: la gloria de Dios manifestada

Pedro ora y Dios decide devolverle la vida a una mujer generosa. Dios honra el corazón que sirve sin esperar recompensa, porque su vida glorificaba a Cristo.
«Porque para mí el vivir es Cristo y el morir es ganancia» (Filipenses 1:21).

La resurrección de Dorcas trajo más que alegría: trajo fe. Leemos en el versículo 42: “Y esto fue notorio en toda Jope, y muchos creyeron en el Señor.”

Tu generosidad —y aun tu resurrección— puede ser el instrumento de fe para otros.
¿Está tu vida siendo usada para que otros crean en Cristo?

Dorcas no buscó fama. Su interés no estaba en ser reconocida, en ser vista o escuchada. No estaba buscando ser el centro de atención, ni quiso escalar posiciones dentro del ámbito social. Con sus manos, con su trabajo, glorificó a Dios.

No se sirvió de los demás, no usó el Evangelio para su propio crecimiento personal. Buscó reflejar a Cristo a través de una vida sencilla… y por eso su nombre está en las Escrituras.

La generosidad no es dar mucho. Es dar movido por el amor de Cristo.

El mundo no necesita más celebridades ni famosos cristianos. Necesita más Dorcas: hombres y mujeres anónimos e invisibles que vivan sirviendo, amando y dando, porque entienden y reconocen que Cristo les dio todo.

Que seamos como Dorcas. Que el día que partamos, no nos recuerden por nuestras palabras, sino por el Cristo que brilló a través de nuestras obras.

¿Sería tu ausencia llorada por los que menos tienen? ¿Estás sembrando consuelo o construyendo tu propio castillo?

Y te vuelvo a hacer la pregunta del principio:

¿Cómo te gustaría ser recordado si hoy fuera tu último día?

El futbolista brasileño Lucas Paquetá se bautizó en el momento más difícil de su vida

El futbolista brasileño Lucas Paquetá se bautizó en el momento más difícil de su vida

El futbolista brasileño Lucas Paquetá, mediocampista del West Ham United, vivió un momento de profunda transformación espiritual al ser bautizado en una ceremonia íntima, rodeado de su familia y seres queridos. El evento, celebrado en una piscina residencial, fue compartido en redes sociales por su esposa, Duda Fournier, y contó con la participación especial del delantero Pedro, jugador del Flamengo.

Durante la ceremonia, su familia celebró este renacer espiritual citando 2 Corintios 5:17: “Si alguno está en Cristo, nueva criatura es: las cosas viejas pasaron, todas son hechas nuevas”. En medio de una de las etapas más desafiantes de su carrera profesional, Paquetá manifestó públicamente su fe, señalando que ha encontrado consuelo y fortaleza en Dios.

Bautismo en medio de acusaciones por apuestas deportivas

El bautismo cristiano de Lucas Paquetá ocurrió en el contexto de un proceso disciplinario sin precedentes. El jugador ha sido formalmente acusado por la Football Association (FA) de manipular tarjetas amarillas en cuatro partidos de la Premier League, entre noviembre de 2022 y agosto de 2023. Las investigaciones sugieren que al menos 60 apuestas sospechosas fueron realizadas por personas vinculadas a su entorno en Río de Janeiro, con el objetivo de beneficiarse económicamente de decisiones arbitrales previamente coordinadas.

Los partidos en cuestión incluyen enfrentamientos ante Leicester City, Aston Villa, Leeds United y Bournemouth. La FA sostiene que Paquetá habría influido deliberadamente en el desarrollo de estos encuentros, buscando ser amonestado para favorecer esquemas de apuestas. El caso, que ha estado en investigación durante casi un año, podría terminar con una sanción vitalicia del fútbol profesional si se confirman las acusaciones.

El impacto profesional y la esperanza en Cristo

La denuncia ha tenido un fuerte impacto en la carrera del futbolista. Paquetá estaba en conversaciones avanzadas con el Manchester City, a pedido del entrenador Pep Guardiola, pero la transferencia fue suspendida tras el inicio de la investigación. Mientras tanto, el West Ham ha expresado preocupación por la demora en la resolución, ya que afecta directamente la planificación deportiva del club.

A pesar del difícil panorama, Lucas Paquetá ha mantenido su postura firme de inocencia. En un comunicado oficial, declaró:

“Niego las acusaciones en su totalidad y lucharé con todas mis fuerzas para limpiar mi nombre. He cooperado en todas las etapas de la investigación y proporcionado toda la información posible”.

En este contexto de incertidumbre, el futbolista encontró refugio en su fe cristiana. Su esposa compartió emocionada en redes:

“Mi marido nació de nuevo. Gracias, Fernanda Nogueira y Pedro, ustedes son instrumentos del Señor. Nuestra eterna gratitud”.

La ceremonia de bautismo incluyó oraciones, alabanzas y la participación activa de Pedro, quien también publicó mensajes de ánimo y esperanza. A través de sus propias redes, Paquetá compartió versículos bíblicos y palabras de gratitud a Dios, testificando públicamente su renovación espiritual.

Un testimonio de fe en medio de la tormenta

El testimonio de Lucas Paquetá refleja el poder transformador de la fe en Cristo, especialmente en tiempos de crisis. Más allá de las acusaciones, su decisión de entregarse a Dios mediante el bautismo marca un antes y un después en su vida.

La Biblia enseña que, en Cristo, hay perdón, restauración y una nueva vida, sin importar el pasado. La historia de Paquetá es un recordatorio de que, incluso en medio de los desafíos más oscuros, siempre es posible comenzar de nuevo.

Mientras el mundo del fútbol espera el veredicto final, su testimonio ya ha impactado a miles, demostrando que la esperanza en Dios puede brillar incluso en medio de la adversidad.

Hablemos de sexualidad en familia, un libro de Judith Martínez

Sexualidad en el hogar. ¿Alguna vez hemos puesto estas dos palabras juntas? Hacerlo implicaría cierta incomodidad. Una paradoja desubicada. Algunos tal vez se atrevan a ir más allá, y hablar de «irreverencia», de pecado, de vergüenza o cualquier otra connotación negativa espiritualmente (o más bien religiosamente) hablando. Con todos estos desafíos preliminares, Judith Lara decide traer a luz una verdad que no solo provoca la exposición de una deuda generacional silenciada. Sino que, a su vez, nos compromete. Hablemos de sexualidad en familia es un libro que predica, argumenta, refuta e instruye. Pero que también extiende la posta, dirigida hacia nosotros.

Sexualidad en el hogar. ¿Alguna vez hemos puesto estas dos palabras juntas? Hacerlo implicaría cierta incomodidad. Una paradoja desubicada. Algunos tal vez se atrevan a ir más allá, y hablar de «irreverencia», de pecado, de vergüenza o cualquier otra connotación negativa espiritualmente (o más bien religiosamente) hablando. Con todos estos desafíos preliminares, Judith decide traer a luz una verdad que no solo provoca la exposición de una deuda generacional silenciada. Sino que, a su vez, nos compromete. Hablemos de sexualidad en familia es un libro que predica, argumenta, refuta e instruye. Pero que también extiende la posta, dirigida hacia nosotros. 

“Alzo la voz en favor sobre todo de la infancia, etapa de mucho valor, de la que tenemos que ser la defensa segura para su desarrollo en este tiempo.” 

En ocasiones, pareciera que la iglesia siempre llega demasiado tarde. No es sino hasta que algo se vuelve tendencia en el mundo cuando los cristianos deciden alzar su voz. Esto ha provocado, refiriéndonos específicamente al terreno de la educación, que muchas veces nuestra tarea consista en «reemplazar» información ya dada en vez de otorgarla desde un primer lugar. Judith Martínez, mujer de ciencia y de familia, afirma que como padres hay obligaciones y responsabilidades que no pueden ser delegadas a otros. Sin importar la incomodidad que provoquen. Una de éstas responsabilidades, es la educación sexual dentro del hogar. 

“La familia es el ambiente diseñado por Dios para reproducir a sus hijos, nutrirlos y hacerlos madurar con un solo propósito: manifestarse él mismo a través de nosotros.” 

El término “batalla cultural” (muy utilizado en este último tiempo) nos lleva por inercia al terreno del debate discursivo. Sin embargo, Hablemos de Sexualidad en Familia es un libro que proporciona herramientas tanto teóricas como prácticas. Estos fundamentos trascienden el campo del saber, y permiten enriquecer una cosmovisión que centra la identidad del niño —y de todo ser humano— en la imagen de Dios. Comenzando con una necesaria distinción entre «sexualidad» y lo meramente «sexual», la autora aborda de forma multidimensional aquello que abarca tanto lo espiritual, como lo biológico, lo psicológico, e incluso lo cultural. 

“La educación sexual de nuestros hijos no puede ser delegada. Como padres de familia somos el modelo […] y la referencia fundamental que necesitan para definir y desarrollar su sexualidad.” 

¿Cuándo, cómo y de qué hablar cuando los niños preguntan? Judith nos guía en este asunto sin dejar aristas por pulir. Responder de la forma adecuada y en el momento preciso es fundamental en la etapa de la niñez. Saltarse este suceso por cualquier motivo, provocará problemas en el futuro. Si los hijos no encuentran en sus respectivos hogares un lugar seguro y confiable en el cual responder sus dudas, la necesidad será satisfecha por otro locutor. La escuela, con su bajada de línea gubernamental, los amigos y compañeros, o cualquier sitio web al que tengan acceso. ¿Cómo pretender más tarde no horrorizarse con las consecuencias? 

“Proteger a los niños en cuanto a su potencial sexual reproductivo y a sus relaciones interpersonales para que no se conviertan en un producto masificado y manipulado por intereses ajenos” —Gustavo Manzanelli 

Ser conocedores de los tiempos (1 Crónicas 12:32) implica también saber abordar conflictos. La vergüenza, afirma la autora, evidencia falta de carácter. Distinto al pudor, que habla de preservación. Todo aprendizaje debe ser guiado. Y nosotros tenemos la responsabilidad de hacerlo. Incluso si no hemos recibido la guía en el momento oportuno. La autorreferencia no puede ser el único mecanismo. Libros como éste forman parte del camino revelado por Dios para vivir una sexualidad bajo su diseño: con identidades sanas y un entendimiento congruente entre práctica y valores.

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  • Título: Hablemos de sexualidad en familia, un libro de Judith Martínez
  • Autor: Judith Matinez
  • Editorial: Peniel
  • Año: 2024

Pablo, apóstol de Cristo

pablo-apostol película
pablo-apostol película

Una película que nos alecciona como cristianos a seguir el ejemplo de un apóstol que siguió el camino de la cruz y lo dejó todo por Jesús. 

La historia de pablo es una historia legendaria que muestra una de las conversiones más grandes y que nos confronta a pensar hasta qué punto Dios es capaz de cambiar a una persona. Un perseguidor de cristianos, un asesino, de pronto se encuentra con Jesús. Cómo es posible un cambio tan drástico, tan grande. La respuesta es Cristo, solo él es capaz de transformar corazones de piedra, solo Dios le da vida a un par de huesos que están secos y rodeados de polvo. 

Tráiler de la película Pablo, el apóstol de Cristo.

La película Pablo, Apóstol de Cristo cuenta la historia de este discípulo que fue marcado a fuego en su pasión por Jesús. Está protagonizada por James Faulkner, como Pablo, y como Lucas, Jim Caviezel, quien es recordado por su magnífica interpretación de Jesús en la película La pasión de Cristo, del año 2004.

La trama se centra en mostrar cómo Pablo sufre encarcelado, en una prisión romana, mientras espera su ejecución por órdenes del emperador Nerón en Roma, por ser cristiano y defender a quienes, años atrás, se dedicó a perseguir incansablemente en nombre de la religión. Lucas, quien es médico, visita a Pablo para animarlo y acompañarlo, y para escribir los mensajes de Pablo.

Escena de la película Pablo, el apóstol de Cristo.

La película muestra como escenario principal a Roma, una ciudad violenta en donde los cristianos son quemados o mandados a los circos para ser asesinados, a causa de su fe. La persecución política es grande y en el medio de esto se desarrolla el llamado de Pablo como ejemplo para la Iglesia de Cristo. 

Pablo sufre mientras está atado con cadenas, su fe es probada. Sobrevivió a flagelaciones, lapidación, hambre y sed. Pablo conoce bien su final, pero también cuál es su premio, y en medio del sufrimiento de su carne, Cristo le da la fuerza para terminar con su carrera en la tierra. 

Para quienes quieran ver esta película, está disponible en la plataforma de Claro Video: LINK

FICHA TÉCNICA

  • Dirección técnica: Andrew Hyatt.
  • País: Estados Unidos.
  • Año: 2018.
  • Género: Drama, cine biográfico.
  • Idioma: Inglés.

CeCe Winans dice que Dios usó su participación en «American Idol» para difundir Su Palabra

CeCe Winans dice que Dios usó su participación en "American Idol" para difundir Su Palabra

La leyenda de la música gospel, CeCe Winans, asegura que sus recientes participaciones en American Idol son un reflejo del llamado de Dios a su pueblo: salir de los muros de la iglesia y llevar el mensaje de Cristo a nuevas plataformas.

La reconocida artista cristiana, ganadora de 17 premios Grammy, ha sido parte de dos actuaciones destacadas en el popular programa de ABC. En abril, participó junto a Brandon Lake y otros cantantes en un episodio especial de tres horas con temática de Pascua, donde se interpretaron himnos gospel y música cristiana inspiracional. Un año antes, su emotiva versión de “Goodness of God” junto al concursante Roman Collins se volvió viral, acumulando cerca de 30 millones de visualizaciones en 48 horas, según Elev8.

“El Señor continúa impresionándome”, expresó CeCe Winans durante una rueda de prensa en Nashville, luego de ser galardonada como Artista Femenina del Año en los K-Love Fan Awards. “Creo que cada puerta que Él abre es porque quiere que lleguemos más allá de la iglesia, donde la gente realmente lo necesita”.

American Idol y el auge de la música cristiana

El impacto de estas actuaciones fue tan significativo que los productores de American Idol decidieron lanzar un episodio completo titulado “Songs of Faith”. Winans volvió a colaborar con Roman Collins para interpretar “Come Jesus Come”, una canción que también lanzó recientemente en una versión con el cantante country Cody Johnson.

“Que los productores vengan y digan que gracias al apoyo que recibimos crearon el programa ‘Canciones de Fe’… sabes que solo puede ser Dios”, afirmó Winans conmovida.

Para la artista, estos espacios reflejan un mover espiritual que está rompiendo barreras en la industria musical. “La música cristiana ya no está limitada a la radio cristiana”, explicó. Este año, dos canciones de fe lograron posicionarse en la lista Billboard Hot 100: “Your Way’s Better” de Forrest Frank y “Hard Fought Hallelujah” de Brandon Lake junto a Jelly Roll.

“Veo que se están derrumbando muros”, declaró Winans. “Llevo mucho tiempo en la industria y me encanta lo que veo. Es el cuerpo de Cristo respondiendo con apoyo, con fe y con unidad”.

Una tarea espiritual más allá de los escenarios

CeCe Winans también enfatizó que el respaldo del pueblo de Dios es vital para que más artistas puedan llevar el mensaje de Cristo al mundo.

“No den por sentado que va a suceder solo porque alguien tiene talento. Necesitamos oración. Necesitamos su apoyo. Todos los que participamos en este programa, en los premios, en esta misión, necesitamos al cuerpo de Cristo para que el mundo conozca quién es Él. Queremos llenar el mundo de música cristiana”.

Dios no financia tus sueños

Dios no financia tus sueños

Una discípula de Teresa de Calcuta expresó su deseo de servir a los enfermos de lepra, creyendo que esa era su vocación. Teresa le respondió que estaba equivocada: la única vocación de un hijo de Dios es pertenecerle a Él, y es Él quien provee los medios para expresar esa pertenencia. La vocación no son los leprosos, sino Cristo.

Un joven rico preguntó a Jesús qué debía hacer para heredar la vida eterna. Jesús le dijo que cumpliera los mandamientos. El joven respondió que ya los guardaba, y preguntó qué más le faltaba. Jesús, mirándolo con amor, le dijo: «Vende todo lo que tienes, dáselo a los pobres, y sígueme». Jesús no le ofreció una vida más cómoda, sino el gobierno total de su corazón. Donde está tu tesoro, allí estará también tu corazón. El dinero permite hacer lo que nos gusta, pero Dios no quiere eso, sino que hagamos lo que le agrada a Él. No se puede vivir para Dios si uno quiere vivir para sí mismo.

El joven se fue triste porque era muy rico y el dinero ocupaba un lugar central en su corazón. Jesús le mostró que no se puede amar a dos señores: el corazón debe tener un solo dueño.

En oración, Dios me interrumpió para decirme: «¿Cuándo vas a dejar de soñar, y me vas a dejar a mí soñar con tu vida?». Su sueño es el propósito por el cual fuimos creados. Cristo debe ser formado en nosotros para que el Padre vea en nosotros a su Hijo. Ese día comprendí algo fundamental: el Evangelio entero pasó por mi mente, y entendí que nadie puede ver el Reino sin nacer de nuevo, y que para nacer, primero hay que morir. Morir a uno mismo incluye todo: deseos, bienes, sueños.

Jesús dijo: «El Reino de los cielos es como un tesoro escondido por el cual uno vende todo lo que tiene para comprar el campo». Otro ejemplo: un mercader halla una perla preciosa y vende todo para comprarla. En ambos casos, obtener el tesoro exige venderlo todo. La decisión depende de cuánto valoramos ese tesoro.

Jesús lo hizo primero. Él lo dejó todo por nosotros. Nos consideró su perla de gran precio. Pero si no dejamos todo por buscarlo a Él, entonces seguimos creyendo que nosotros somos la perla de gran valor. Pablo escribió: «Todo lo que para mí era ganancia, lo he considerado pérdida por amor a Cristo… por quien lo he perdido todo y lo tengo por basura para ganar a Cristo» (Filipenses 3:7-8).

La enseñanza es clara: el Reino de Dios vale tanto que perderlo todo por él es un intercambio glorioso. Mateo 13 dice que el hombre, al hallar el tesoro, lo hace con gozo. Lo que satisface no son los regalos de Dios, sino Cristo mismo.

Si Cristo no es nuestro tesoro, entonces nunca fuimos verdaderamente a Él.

Jesús dijo: «El que quiera salvar su vida la perderá; y el que la pierda por causa de mí, la hallará». Seguir a Cristo puede costarnos la vida. Frente a la cruz, no hay neutralidad. Es vida o muerte, salvación o condenación. Pablo decía: «Estoy crucificado con Él… si vivo, vivo para Él, y si muero, muero para Él». Solo hay dos reinos: el de Dios o el nuestro. No hay términos medios.

En Juan 6, tras el milagro de los panes, la multitud quiso hacer rey a Jesús. Pero Él se retiró solo al monte. Las personas no buscaban a Cristo por quien era, sino por lo que les había dado. Quisieron poseerlo, pero nadie puede apropiarse de Dios. A veces, los creyentes hablamos como si poseyéramos la verdad, pero la verdad no se posee ni se interpreta: se obedece. Es inmodificable. Jesús se retiró porque no se deja utilizar.

Al día siguiente, lo buscaron de nuevo y le preguntaron cuándo había llegado. Jesús respondió: «Me buscan no porque vieron las señales, sino porque comieron pan». Les exhortó a trabajar por el alimento eterno, no por el que perece. Les ofreció el pan de vida, que sacia completamente. El milagro es que, en Cristo, no necesitamos nada más.

Si Dios nos diera todo lo que quisiéramos, solo alimentaría nuestro egoísmo. Pero Él quiere formar un pueblo santo, no uno satisfecho. Dios es suficiente. Cuando Él es nuestro todo, nada nos falta. Recordé cuando me dijo: «El deseo de realización personal es un veneno en el corazón de mi Iglesia».

Muchos sueñan con tener un ministerio poderoso, una gran iglesia, ser reconocidos, viajar, escribir libros, llenar estadios… Pero ¿qué tiene que ver eso con la Iglesia que Dios quiere edificar? Dios no nos llamó a eso. No se trata de tamaño ni de cifras. Se trata de que Cristo viva en nosotros.

No somos nosotros, es Cristo en nosotros. Él nos dio su corazón para cumplir en nosotros su propósito eterno.

Fuimos comprados a precio de sangre. Le pertenecemos por completo. Él debe tener libertad total para obrar su propósito en nosotros, sin tener que consultarnos. Dios no financia nuestros sueños. Solo su sueño debe cumplirse en nuestras vidas.

Vivir con el sentir de Cristo, quien se humilló por amor hasta la muerte, es nuestro llamado. Esa es la luz que vino al mundo. Si algo más viene, vendrá como añadidura, y debe producir en la Iglesia los frutos del Espíritu Santo. Cristo es el tesoro. Todo lo demás es secundario.

Podés leer mucho más sobre esto acá:

Ficha:

  • Título: Invisibles
  • Autor: Fabián Liendo
  • Editorial: Peniel
  • Año: 2023
  • Páginas: 174

El famoso actor Tim Allen revela cómo la lectura de la Biblia transformó su fe

El famoso actor Tim Allen revela cómo la lectura de la Biblia transformó su fe

El reconocido actor y comediante Tim Allen continúa sorprendiendo a sus seguidores con su camino espiritual. Luego de terminar el Antiguo Testamento, el protagonista de la serie “Shifting Gears” compartió en redes sociales que ahora está leyendo la carta del apóstol Pablo a los Romanos, y confesó estar “sorprendido” por la profundidad de su mensaje.

“Terminé el Antiguo Testamento, y es un verdadero regalo cuando me aparto del tema y las palabras y el significado fluyen”, escribió en su cuenta de X (antes Twitter).

Ante la posible confusión de sus palabras, Allen aclaró en una publicación posterior: “Está bien, leyendo específicamente la carta del apóstol Pablo a los Romanos”.

Un tesoro espiritual inesperado

En febrero, el actor de 71 años ya había revelado que la lectura del Antiguo Testamento fue una “experiencia abrumadora” que calificó como un “tesoro”. En ese entonces, expresó: “Después de casi un año, terminé todo el Antiguo Testamento y la experiencia de releerlo, con dedicación y sin desviarme, ha hecho de esto una experiencia humilde y abrumadora. Qué tesoro”.

A lo largo del último año, Tim Allen ha compartido con sus fanáticos los momentos más destacados de su viaje espiritual a través de la lectura de la Biblia, mostrando un interés profundo por las Escrituras y su significado.

En agosto de 2023, el actor relató que estaba teniendo un tiempo “increíble” leyendo la Biblia, una disciplina que, según sus palabras, “no era para nada lo que esperaba”.

Su camino de fe: del dolor a la redención

Años atrás, Allen habló abiertamente sobre las luchas con su fe. En una entrevista concedida en 2011 al programa “20/20” de ABC, contó cómo la muerte de su padre —atropellado por un conductor ebrio cuando él tenía solo 11 años— lo llevó a cuestionar la existencia de Dios.

Sin embargo, con el tiempo su fe fue restaurada. “Siempre le pregunto al Constructor: ‘¿Qué querías que hiciera?’”, compartió Allen, refiriéndose a Dios. “Y sí que lo pregunto, pero hay que estar preparado para la respuesta”.

¿Cómo perdona Jesús?

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Por Guillermo Mac Kenzie

¡Qué difícil es perdonar! Esta frase representa la experiencia real del ser humano, cuya respuesta más natural al daño recibido es guardar resentimiento o responder con venganza.

Con respecto a lo primero, C.S. Lewis afirmaba que “guardar resentimiento es como beber veneno y esperar que la otra persona muera”. El resentimiento hace crecer la angustia interior, aun cuando la persona que te ofendió tal vez ni esté enterada. El perdón no es simplemente liberar al otro, es liberarse uno mismo.

Por otro lado, la búsqueda de venganza tampoco es sanadora. La dificultad para perdonar genera un espiral destructivo que tiende a aumentar la violencia y la amargura.

Jesús nos ofrece una alternativa superadora que no guarda resentimiento ni busca venganza.

«Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen» (Lucas 23:34).

Con estas palabras, Jesús inaugura su discurso desde la cruz, no con juicio, sino con gracia. Frente al sufrimiento y la injusticia, su respuesta es el perdón.

Este gesto no es sólo ejemplo, sino revelación: el corazón de Dios se muestra al mundo intercediendo por los enemigos. El perdón, entonces, es más que un mandato ético; es una forma de vida marcada por la cruz.

El modelo de Jesús: dos falacias del perdón

Lucas 23:32-34 describe a Jesús crucificado entre delincuentes, rodeado de una multitud que lo ridiculiza e insulta, cumpliendo la profecía de Isaías 53:12: “fue contado entre los pecadores”.

Su presencia allí no es accidental. En su oficio sacerdotal, Jesús intercede por los culpables, identificándose con ellos (Hebreos 4:15).

El verbo griego que utiliza Lucas para “perdonar” es ἀφίημι (aphiēmi), que significa liberar, cancelar una deuda, dejar de reclamar.

Jesús no espera arrepentimiento previo: extiende el perdón a quienes ni siquiera lo piden.

La primera falacia es pensar que primero debemos procesar nuestro dolor para, en un futuro, estar preparados para perdonar. En contraste con sus verdugos, Jesús es el inocente sufriente. Su muerte, documentada incluso por autores no cristianos como Flavio Josefo y Tácito, fue un acto de extrema brutalidad.

Sin embargo, no esperó sanar sus heridas para luego estar dispuesto a perdonar. Lo hizo mientras sufría.

El perdón, en la lógica del Reino, es medicina, no resultado. El acto de perdonar es en sí mismo un eslabón en la cadena de la sanidad.

Por otro lado, Jesús declara: “No saben lo que hacen” (Lucas 23:34).

Esta declaración no exime de culpa a los que están infligiendo sufrimiento sobre Jesús.

Como recuerda Tertuliano: “la ignorancia no elimina el pecado, solo revela su profundidad” (Apología, 17).

La afirmación de Jesús implica una comprensión espiritual del pecado como ceguera moral, acorde a 1 Corintios 2:14: “el hombre natural no percibe las cosas que son del Espíritu de Dios, porque para él son locura, y no las puede entender, porque se han de discernir espiritualmente”.

Por tanto, perdonar no implica eximir de culpa sino tomar la decisión de liberar y no perseguir.

Desde José hasta Jesús: el espiral del perdón

El relato de José en Génesis 50:15–21 prefigura esta enseñanza de Cristo.

Cuando sus hermanos temen represalias, José responde: “Vosotros pensasteis mal contra mí, mas Dios lo encaminó a bien”.

En hebreo, el verbo חָשַׁב (ḥāšab), utilizado dos veces en este versículo (pensasteis y encaminó), implica entretejer, planear algo.

Aquí vemos un gran contraste: los hermanos de José planearon el mal, pero Dios transformó ese tejido, las heridas dentro de Su propósito de salvación.

Sin embargo, la gran diferencia entre José y Jesús es que a Jesús nadie le pidió perdón… y aun así, lo ofreció con gracia.

La comunidad que perdona a la manera de Jesús

El perdón no es solo personal: es comunitario.

Pablo exhorta: “Soportaos unos a otros y perdonaos mutuamente… así como Cristo os perdonó” (Colosenses 3:13).

Esta práctica rompe los espirales de violencia. La murmuración destruye comunidades; el perdón, en cambio, las restaura.

Jesús no nos confronta con nuestro pecado para humillarnos, sino con nuestro dolor para transformarlo.

Una comunidad centrada en el Evangelio vive el perdón como cultura, no como excepción.

Seis pasos hacia una vida perdonadora

Jesús nos ofrece un camino práctico hacia el perdón liberador, incluso cuando no sentimos ganas de hacerlo.

Podemos representar el modelo de Jesús con este acróstico basado en la palabra PERDÓN:

  • Presenta tu dolor a Dios Jesús ora: “Padre”. Hablar con Dios es el primer paso para sanar (Lucas 23:34).
  • Elige la misericordia – La palabra misericordia implica etimológicamente tener un corazón inclinado hacia la miseria ajena (Colosenses 3:13).
  • Renuncia a la venganza “No os venguéis vosotros mismos” (Romanos 12:19).
  • Deja el resentimiento “Quítense de vosotros toda amargura” (Efesios 4:31).
  • Ofrece gracia “Sed benignos… perdonándoos” (Efesios 4:32).
  • Nace a la libertad “Si el Hijo os libertare, seréis verdaderamente libres” (Juan 8:36).

Conclusión

«Perdonar no es debilidad, sino madurez».

Implica morir a nuestro ego, y nacer a una vida nueva. Porque donde abunda el perdón, disminuye el resentimiento, se combate la venganza, y florece la comunión.

El legado de Adán: la serie cristiana animada que lleva las historias bíblicas a los niños de África

El legado de Adán: la serie cristiana animada que lleva las historias bíblicas a los niños de África

Lo que comenzó como una sencilla idea para compartir historias bíblicas con niños de África Oriental se ha transformado en un proyecto internacional con potencial de llegar a millones. El legado de Adán, una serie de animación cristiana, no solo está llevando el mensaje de la Biblia a nuevos públicos, sino que lo hace a través de una estética única y un enfoque culturalmente relevante.

Una visión nacida en Tanzania

La historia de esta serie cristiana para niños comenzó hace más de una década, cuando Anne Marken Gihlemoen se mudó junto a su esposo y sus hijas desde Noruega a Tanzania para servir como misionera en la Misión Luterana Noruega.

Su esposo, Roger Gihlemoen —programador, diseñador gráfico y director de animación— pasó su primer año en casa enseñando inglés a sus hijas. Sin embargo, sintió el llamado de usar sus talentos creativos para impactar a la comunidad. Así nació la idea de una serie animada que presentara las historias fundamentales de la Biblia a los niños africanos, en su propio idioma y desde su contexto cultural.

Un estilo visual que habla el idioma del corazón

Desde el inicio, Gihlemoen recorrió calles y mercados en Tanzania, estudiando el arte callejero local. El objetivo era claro: desarrollar una estética visual que representara el arte reciclado característico de África Oriental.

Los personajes de la serie parecen hechos de arcilla —una referencia directa a Adán, creado del polvo de la tierra— y están vestidos con ropas construidas a partir de materiales reciclados como tornillos, tuercas, plástico y vidrio. Este estilo distintivo refleja una identidad cultural auténtica que conecta con el corazón de los niños africanos.

“Quería un estilo visual que reflejara la cultura de África Oriental… Quiero que la gente se identifique con él y lo vea como parte de su propio patrimonio cultural”, expresó Roger en una entrevista.

De un proyecto casero al alcance global

Inicialmente, El legado de Adán fue concebido como un proyecto personal. Pero con el tiempo, se sumaron colaboradores, se abrieron nuevas puertas y llegó el apoyo financiero. Un momento decisivo ocurrió en 2017, cuando Roger, entre bromas, pidió 50.000 dólares a representantes de Norea, una organización misionera. Para su sorpresa, le respondieron y terminaron apoyando la iniciativa.

Gracias a ese respaldo y a una combinación de herramientas profesionales con técnicas artesanales, la serie ganó en calidad y proyección. Actualmente, cada episodio cuesta aproximadamente 50.000 euros, financiados en gran parte por donaciones y campañas de crowdfunding.

Historias bíblicas que cobran vida

La serie está compuesta por episodios breves, de unos 12 minutos, adaptados a los hábitos modernos de visualización. Los seis primeros episodios ya disponibles en línea cubren relatos esenciales como:

  • La creación del mundo
  • La expulsión de Adán y Eva
  • La promesa de Dios a Abraham
  • El nacimiento de Ismael e Isaac

Además, se preparan episodios sobre David y Goliat, el nacimiento de Jesús y su resurrección. La producción se cuida tanto en lo visual como en lo teológico, revisando los guiones para garantizar fidelidad bíblica y sensibilidad cultural.

Un evangelismo que cruza fronteras

El legado de Adán fue creado originalmente en swahili y luego doblado al inglés africano. Actualmente, se está traduciendo a otros idiomas estratégicos como somalí, árabe, turco, inglés británico y noruego. Esto convierte a la serie en una herramienta poderosa para el evangelismo global.

Una parte importante de su audiencia objetivo son familias musulmanas, especialmente las madres, que suelen ser las principales responsables del contenido que ven sus hijos. “Si llego a ella, llego a los niños”, afirma Gihlemoen.

Las reacciones han sido positivas. Amina, una madre tanzana, comentó: “El Islam no nos enseña mucho sobre Jesús. Me gustaría saber cómo fue realmente su vida”. Otra espectadora agregó: “La historia está escrita con profesionalidad y belleza”.

Un llamado que empezó con una oración

Roger recuerda que su pasión por servir a Dios comenzó cuando era niño. La canción cristiana Aquí estoy, Jesús, envíame lo marcó profundamente. Hoy, años después, ve cómo esa oración se ha convertido en realidad.

“Han sido ocho años de altibajos y experiencias insólitas. Espero que este proyecto sea de Dios, no solo mío. Creo que Él tiene buena memoria”, reflexiona.

Un proyecto de fe con impacto eterno

El legado de Adán no es solo una serie de dibujos animados cristianos: es una herramienta de transformación espiritual, diseñada con amor, fe y excelencia. Roger lo resume así: “No puedo hacerlo solo, pero con Dios puede tener un gran impacto”.

¿Por qué nuestras propias fuerzas no alcanzan en la vida cristiana?

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No es por nuestras fuerzas

Movernos sólo valiéndonos de nuestras propias fuerzas y capacidades está matando a la iglesia.

Toda persona que entrega su vida a Jesús se enfrenta a la disyuntiva de continuar un patrón que era normal en la vida sin Cristo. Allí hacíamos nuestra voluntad, y nos creíamos capaces de resolver los problemas con esfuerzos humanos. Pero la ineficacia de eso nos trajo a rendirnos al Señor.

“En esos tiempos ustedes vivían apartados de Cristo. No se les permitía ser ciudadanos de Israel y no conocían las promesas del pacto que Dios había hecho con ellos. Ustedes vivían en este mundo sin Dios y sin esperanza. Pero ahora han sido unidos a Cristo Jesús. Antes estaban muy lejos de Dios, pero ahora fueron acercados por medio de la sangre de Cristo.”
Efesios 2:12 – 13 (NTV)

El problema es que nos encontramos con muchos cristianos que, a pesar de “estar en Cristo”, en realidad siguen estando en ellos mismos. Entonces, todo lo resuelven con sus propias capacidades. Al decir esto, no desconozco que Dios nos dotó de dones que está buscando usar para Su gloria. Por ejemplo, podemos pensar en el apóstol Pedro, que antes de Pentecostés se comportó en muchas oportunidades mostrando su capacidad de liderazgo de una manera muy evidente. Pero su don en sus propias fuerzas lo llevó a negar a Jesús y a terminar llorando amargamente al ver sus limitaciones (Mateo 26:31-35 y 69-75). Así cuando Jesús resucitó, y lo restauró, Pedro comprendió que ya no sería a su manera, sino que necesitaba valerse del Espíritu.

“Cuando eras más joven te vestías tú mismo e ibas adonde querías. Pero te aseguro que cuando seas viejo, extenderás las manos y otro te vestirá y te llevará adonde no quieras ir.”
Juan 21:18

Pedro no solo fue restaurado luego de negar a Jesús, sino que un nuevo norte le estaba siendo dado, que lo acompañaría hasta el final de su vida terrenal: ya no es a tu manera. Así que veamos por qué es un problema confiarnos de nuestras capacidades.

Gracia y Ley

Cuando Pablo insiste en el cambio disruptivo que trajo Cristo con el Nuevo Pacto en su sangre, tiene el problema de la fe o los esfuerzos humanos en el fondo de la cuestión.

“Porque por gracia ustedes han sido salvados mediante la fe; esto no procede de ustedes, sino que es el regalo de Dios, no por obras, para que nadie se jacte.”
Efesios 2:8 y 9

Si sabemos por la Escritura que no podemos ser salvos con nuestros esfuerzos, sino solo poniendo nuestra fe en el Señor Jesucristo, ¿qué nos hace creer que podemos cambiar ese enfoque a lo largo de nuestra vida cristiana? Lo que ganamos por gracia, al poner nuestra fe en el Señor Jesús, solo lograremos sostener y profundizar manteniendo nuestra fe en la obra de su Espíritu Santo. Del inicio al final, nuestra vida en Cristo consiste en actuar desde lo Él ganó en la cruz, su Espíritu prometido, y las herramientas que obtenemos desde nuestra relación con Él.

Mis capacidades y su poder

Nuestras capacidades naturales son un regalo de Dios con las que fuimos dotados. Pero así como el Padre nos capacitó desde antes de ser gestados, solo en Él lo que somos cobra pleno sentido. El pecado que muchos cometen es ser tan buenos en algo, que se valen de su capacidad para todo lo que están llamados a realizar. ¿Y cuál es el problema con esto? Que nuestras capacidades son limitadas. Lo que hoy sentimos poder hacer con nuestras fuerzas, mañana nos dejará a pie.

Es desgraciado ver a tantos cristianos que construyen su vida personal y aun de servicio sin complementarla con una búsqueda espiritual que les dé soporte, y le permita a Dios fortalecerlos en toda circunstancia. Como dice el dicho, confiarnos en nuestras capacidades y fuerzas es pan para hoy y hambre para mañana. Se nos tiene que revelar que las fuerzas del Espíritu no tienen límites, y siempre pueden hacer en y a través de nosotros más de lo que podemos imaginar.

“Al que puede hacer muchísimo más que todo lo que podamos imaginarnos o pedir, por el poder que obra eficazmente en nosotros…”
Efesios 3:20

Ese mismo poder puede confundir a muchos respecto a los dones del Espíritu. Porque hay creyentes que comienzan a fluir en dones que Dios les da soberanamente, o luego de un proceso de búsqueda, pero su vida espiritual en un momento comienza a decaer, a pesar de que los dones espirituales sigan estando. Jesús sobre esto dio una definición categórica:

“No todo el que me dice: ‘Señor, Señor’ entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos. Muchos me dirán en aquel día: ‘Señor, Señor, ¿no profetizamos en tu nombre, y en tu nombre echamos fuera demonios, y en tu nombre hicimos muchos milagros?’ Y entonces les declararé: ‘Nunca os conocí; apartaos de mí, hacedores de maldad.’”
Mateo 7:21 al 23

O sea, ni siquiera una manifestación del poder del Espíritu es garantía de estar caminando bajo la fuerza del Espíritu. Mi vida necesita permanecer haciendo la voluntad de Dios, que es un estado de completa dependencia, pero que nada pueda limitar su obra en mí.

Vivir con las fuerzas del Espíritu

La pregunta a responder ahora es: ¿Cómo vivo una vida en la que me valgo de la fuerza del Espíritu? Quisiera dejar tres aspectos a considerar que pueden ayudarnos:

  1. Cómo reaccionamos ante una situación a resolver. Es normal responder con ansiedad, preocupación o temor. ¿A quién es al primero que recurrimos ante un problema? Es muy usual que confiemos más en un amigo, familiar, profesional, antes que en el Creador de todo. Y la Palabra nos impulsa: “Todo el que confíe en él no será defraudado” (Romanos 10:11). Desde este lugar ¿de qué podríamos preocuparnos? Estamos hablando de aquel que hace que todas las cosas trabajen para nuestro bien.
  2. Cuidar nuestra capacidad de razonamiento. Muchas veces nuestra mente puede constituir un límite si nos lleva a sacar conclusiones que no consideren las fuerzas ilimitadas del Señor en la ecuación. Eso significa que por más creativos que Dios nos haya hecho, el Espíritu tiene una gran facilidad para sorprendernos por su obra sin restricciones. Nuestra lógica funciona mejor obedeciendo, que estando al mando de nuestras decisiones. La mejor forma de hacer funcionar a nuestra mente es sometida a la voluntad del Espíritu.
  3. Evaluar constantemente nuestra vida espiritual a la luz de las disciplinas espirituales. El apóstol Pablo dijo que “el que piensa que está firme, mire que no caiga” (1 Corintios 10:12). Y antes, en esa misma carta, afirmó sobre sí mismo “golpeo mi cuerpo y lo domino, no sea que después de haber predicado a otros, yo mismo quede descalificado” (1 Corintios 9:27). En términos espirituales, lo básico y más importante es lo que antes se suele descuidar. Pero un hijo de Dios no puede darse el lujo de dejar de lado la oración, el ayuno, la meditación en la Palabra, la generosidad, la vida en comunidad, y el servicio. Necesitamos practicar todo aquello que nuestro Señor Jesús practicó para que la fuerza del Espíritu fluya en nosotros, y potencie en su propósito nuestros dones y capacidades.

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