Un gran estratega militar como Napoleón dijo que el valle de Megido, en Israel, de donde viene la palabra Armagedón, era el mejor campo de batalla que él jamás había visto.

Él militar francés se imaginaba las estrategias y tácticas de guerra que podría aplicar en esa llanura de Medio Oriente. De hecho, los grandes vencedores en la historia de las batallas mundiales se caracterizaron por conocer a la perfección los escenarios donde iban a luchar; incluso los futbolistas actuales, antes de un partido, hacen un reconocimiento del campo de juego.

La Biblia nos dice en 1 Ti 6:12 “Pelea la buena batalla de la fe, echa mano de la vida eterna, a la cual asimismo fuiste llamado”. La escritura dice que los hijos de Dios debemos pelear una batalla espiritual y se combate exclusivamente dentro de nosotros, en nuestra alma y en los pensamientos. Este campo de batalla tiene una particularidad, es algo engañoso, tiene trampas y recovecos que debemos conocer.

El profeta Jeremías dijo Jer 17:9: «Engañoso es el corazón más que todas las cosas, y perverso; ¿quién lo conocerá?». Algunos lo han subestimado y otros ni siquiera saben que el alma es el verdadero campo de batalla, por ende se han buscado enemigos externos, fue por eso que el apóstol Pablo aclaró que nuestra lucha no es contra carne ni sangre sino contra principados y potestades, es decir, formas pensantes, argumentos, paradigmas que operan en nuestra alma.

El echar fuera demonios en lo externo es un juego de niños en comparación con la lucha que debemos librar dentro de nosotros, de allí la importancia de conocer ese terreno y saber que nuestra vida cristiana depende de ello.

La Biblia en su parte del Antiguo Testamento es un libro donde abundan las sombras y las figuras de la realidad que vivimos bajo este nuevo pacto, está diseñado para pelear esta batalla de fe y la mayor figura la encontramos en el libro de Josué, donde la tierra prometida es una figura del alma y los 31 reyes cananeos que habitan la tierra son figura de enemigos que deben ser desalojados de la mente y del alma por mandato de Dios.

Si no conoces el terreno y desconoces las maquinaciones de estos enemigos, te aseguro que no la pasarás bien.

Reconociendo el terreno

Una vez regenerados, el objetivo de nuestras vidas como cristianos es desalojar del alma todo pecado y engaño que la cultura humana ha depositado en nosotros. Este es un trabajo que debe hacerse con estrategia y conocimiento.

En la figura bíblica, Moisés había mandado 12 espías a reconocer el terreno, 10 fueron engañados y solo dos, Josué y Caleb, obtuvieron un buen sondeo de la tierra. Lamentablemente la mayoría de los cristianos son como los 10 espías, permiten que los habitantes que hay que desalojar del alma los engañen, les hagan creer que son debiluchos e impotentes frente a ellos, que no podrán con ese pecado o esa herida del alma o ese pensamiento cultural, pero la realidad es otra.

Los gigantes, los hijos de Anák, son torpes y de poca movilidad, son como Goliat, una sola estrategia divina puede terminar con ellos en cuestión de minutos. Es por eso que el reconocimiento y una completa comprensión de la palabra de la cruz son vitales. Conocer con detenimiento los hechos consumados en la cruz será determinante para nuestra victoria, la cual ya está asegurada, solo hay que pelear la buena batalla.

Cada vez que el Señor le dijo a Josué “yo los he entregado en tu mano” no significaba que no había nada que hacer, todavía había que ir a la guerra y tomar el botín. Fue por eso que Jesús dijo: conocerás la verdad y la verdad te hará libre. Necesitamos ir conociendo más y más esa verdad que es Cristo.

Su sangre derramada para expiación, su muerte, su sepultura y resurrección, su sufrimiento y su ascensión a la diestra del Padre son las 5 piedras que necesitas para tu honda.

Vivimos rodeados de engaño. Vivimos en un mundo físico que ha sido diseñado para mantener engañada al alma del ser humano y mantenerlo lejos de la voluntad de Dios.

Jesús dijo que el interior del hombre es el asiento del Reino de Dios, por lo tanto, el Reino de Dios debe comenzar a edificarse dentro de nosotros antes de que pueda ser visto por todo el mundo.

Juan 14:17

Así que hay que preparar un lugar, una habitación para que el Reino no solo venga a nosotros, sino que también se manifieste en nosotros y permanezca en nosotros.

El Reino de Dios inicialmente viene a tu espíritu, pero se manifiesta por medio del alma y el cuerpo. Y es por eso que el alma debe ser despejada de todo elemento extraño y de pecado. No solo debemos quitar el pecado sino el deseo de los ojos y la vanagloria de la vida. 

No hay manifestación de su Reino si solo está disponible en el espíritu humano, también necesita del alma, los pensamientos y, por supuesto, del cuerpo para expresarse.

Hay dos paradigmas principales que debemos desalojar. Debemos conocer dos pensamientos engañosos que gobiernan a la humanidad y que pueden estar influenciando nuestras almas, porque lamentablemente se ocultan dentro de nosotros detrás de la apariencia de piedad, pero esta es materia la exploramos en la segunda parte, hacé click para leerla.

El pastor Walter Dupans está casado con Laura Yonzo desde el 2002 y juntos predican el Evangelio del Reino de Dios. Desde el 2004 pastorean la iglesia Manantial de Vida en la ciudad de Godoy Cruz, en Mendoza. También es director del Centro Wisdom, una organización dedicada a dar herramientas digitales, plataformas y capacitar a padres en home schooling para todos aquellos que deseen conocer el diseño de la educación en el hogar e ingresar a dicho sistema.