La cantante Leny Buzzelli pasó por nuestros estudios y nos habló acerca del impulso que siente de compartir el Evangelio a través de la música, y cómo se puede llegar a las naciones mediante la adoración.
Además, en esta visita la artista nos compartió sobre «Milagros», una de sus canciones más populares y el detrás de la composición, la idea y la producción del sencillo.
Mi nombre es Leny y siento que lo que me motivó a querer usar la música como canal para impulsar el Evangelio, fue mi deseo de poder usar la capacidad que Dios me dio para propósitos eternos, para lo que dura para siempre.
Creo que la música es una herramienta que tiene mucho poder y la podemos usar para influenciar a las personas, temporalmente o para siempre. Con el crecimiento espiritual que tuve y al conocer que Dios realmente quería usar mi vida para cosas eternas, dije: “Bueno Señor, yo quiero que esto realmente traiga frutos a tu Reino para siempre, que aunque pueda dejar de escribir o me quede sin voz, las cosas que hice sigan dando fruto, independientemente de si sigo en la tierra o no, que sigan sirviéndote”.
Es muy lindo hacer cosas para que la gente las tenga y las use para conectarse con el Señor, que les bendigan, aunque el tiempo pase, las cosas cambien o ya no estemos. En las manos del Señor yo sé que todo lo que hagamos para Él va a durar para siempre.
El mayor milagro que Dios puede hacer en la vida de las personas es perdonarnos y amarnos. Creo que más allá de las sanidades que pueda hacer o de las liberaciones y todas las cosas que vemos que hacía por las personas en el Nuevo Testamento, su propósito inicial de venida era restaurar la relación que se había roto por el pecado con Dios y darnos la eternidad y el perdón de los pecados. Porque sino, todas las cosas que Él haga por nosotros serían temporales, y cuando nos muriéramos ya no estarían más.
Sin embargo, Él vino para no solo darnos sanidad temporal, sino a restaurar nuestra relación eterna con el Señor. Entonces, indudablemente amarnos y perdonarnos es el mayor milagro.
Creo que la música es una herramienta poderosa para expresar a Cristo, porque tenemos la capacidad de recordarla. Las canciones las memorizamos y repetimos, pero también creo que penetran el alma. De hecho, lo vemos a Jesús, que cuando caminaba con sus discípulos recitaba salmos, canciones, las recordaba, las hizo parte de su vida, de su caminar.
Y creo que además de eso, la música trasciende cultura, tiempo, espacio, regiones, estratos sociales. Es un lenguaje universal y creo que hay poder en adorar con hermanos que no pertenecen a tu país o de otras congregaciones.
De hecho, hace poco fue la Noche Gospel y pude experimentar el poder que hay en adorar en comunidad, en cantar que Dios es digno, que es glorioso. Creo que la iglesia viene adorando y aplicando la música como un recurso de adoración y de exaltación para el Señor desde hace mucho tiempo y que lo debe continuar haciendo, reconociendo que es poderosa y haciéndolo cada vez con más excelencia.
“Milagros” es una canción súper especial para mí, porque no la compuse yo, la compuso mi productor. Nos conocimos hace poco con él y en una de las experiencias que tuvimos, viajó a Argentina para grabar estas canciones. Vino con esta sorpresa. Un día en el estudio me dice: “Tengo una canción para vos, quiero que la hagas tuya, que la hagas propia”.“Creo que es algo que Dios puso en mi corazón para darte”.
Me emocioné, escuché la canción, leí la letra y dije: “me encanta”. Para mí es muy especial, porque es un regalo que alguien me hizo. Y en el proceso de hacer el videoclip y de cantarla, yo siempre dije “quiero honrar este regalo, esto que escribió mi productor”, reconociendo lo que dice, porque es una canción que habla básicamente del pueblo de Israel cuando estaba en el camino hacia la tierra prometida, donde habrá sido muy difícil confiar, seguir con la mirada fija en lo que el Señor les había prometido, pero también de cómo Dios los cubría con su nube, con su fuego durante la noche, con el maná que necesitaban.
Básicamente, habla de procesos de espera en donde sabemos que el Señor nos va a dar algo, pero que todavía no es el tiempo, y de cómo vivirlo con Él a nuestro lado, sabiendo que va a proveer para los momentos de duda y de temor.
Es una canción que quizás la juventud y toda la Argentina, en este tiempo especial, necesita escuchar, tiene una verdad muy poderosa.