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La Iglesia perseguida en China: nuevas leyes intentan silenciar el Evangelio

Las nuevas regulaciones del Partido Comunista Chino (PCCh), que entrarán en vigor el 1 de mayo, prohibirán a los extranjeros compartir su fe, predicar o establecer iglesias sin aprobación oficial. Esta medida representa un nuevo golpe a la libertad religiosa en China, donde la persecución a cristianos se ha vuelto cada vez más sistemática y controlada.

Nuevas regulaciones del PCCh contra la actividad religiosa independiente

Según medios estatales chinos y representantes del Partido Comunista Chino, las regulaciones buscan «proteger la seguridad nacional» y asegurar que las «actividades religiosas normales» se desarrollen bajo supervisión estatal. En la práctica, esto significa restringir severamente la labor misionera y evangelística, especialmente la que proviene del extranjero.

Los extranjeros no podrán:

  • Predicar en público o en privado
  • Compartir su fe cristiana
  • Establecer iglesias, grupos de oración u organizaciones religiosas

Estas acciones solo podrán realizarse con aprobación del Estado, algo prácticamente imposible fuera del marco de las iglesias controladas por el gobierno chino.

El control estatal sobre la fe cristiana en China

Desde hace años, el Partido Comunista ve con recelo la fe cristiana, especialmente cuando se practica de manera autónoma. Para el régimen, la lealtad a Cristo representa una amenaza directa a la lealtad exigida al Estado y a su ideología.

Las únicas iglesias permitidas por el gobierno son:

  • La Iglesia Protestante de las Tres Autonomías
  • La Asociación Patriótica Católica China

Estas instituciones operan bajo la vigilancia del PCCh y promueven la ideología comunista, incluso mediante canciones, sermones y eventos que glorifican al presidente Xi Jinping.

Por otro lado, las iglesias domésticas independientes (también conocidas como iglesias no registradas) son vistas como “sectas” por el gobierno, y sus miembros son blanco frecuente de redadas, arrestos y vigilancia constante.

Persecución sistemática a la iglesia cristiana en China

A comienzos de este año, el régimen publicó un informe celebrando su ofensiva contra comunidades cristianas independientes. Según el diario estatal Global Times, las autoridades intensificaron en 2024 sus acciones para “desmantelar organizaciones sectarias” y así proteger “la estabilidad política y social”.

El Ministerio de Seguridad Pública incluso se jactó, a través de la red social WeChat, del aumento en el presupuesto tecnológico y en recursos humanos para vigilar y reprimir a quienes practican su fe fuera del control estatal.

Tecnología de vigilancia y control totalitario

China lidera a nivel mundial en el uso de tecnología para vigilar a sus ciudadanos. Su sofisticado sistema de vigilancia monitorea:

  • Movimientos y ubicación de cada persona
  • Con quién se relaciona
  • Su vestimenta y conducta diaria
  • Su participación en actividades religiosas no autorizadas

Este sistema permite al Estado detectar y neutralizar cualquier forma de disidencia, incluyendo la expresión de fe cristiana fuera de las iglesias estatales.

¿Qué significa esto para la iglesia global?

Estas medidas no solo representan una amenaza directa para los cristianos en China, sino también una advertencia a la Iglesia global. La represión sistemática, el adoctrinamiento forzoso y la prohibición del evangelio desafían a los creyentes a orar, interceder y actuar con sabiduría.

Oremos por nuestros hermanos perseguidos en China, por fortaleza, protección y libertad espiritual. Que la Iglesia en ese país continúe siendo luz en medio de la oscuridad, firme en su llamado, aun cuando las puertas humanas parezcan cerrarse.

Redacción
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