El atleta estadounidense compite en lucha libre, nació en Woodbine, Estados Unidos y tiene 26 años. Es medallista olímpico pero él mismo se describe “no soy un luchador, soy un seguidor de Cristo”.
Desde sus inicios en la lucha libre cuando tan solo era un jovencito, Snyder se ha destacado en el deporte, obteniendo victorias y reconocimiento dentro del mundo de la lucha. A pesar de esto, en plena etapa de adolescencia, el luchador ha sufrido estrés en momentos importantes de su vida, nada podía calmarlo, hasta que conoció a Jesús.
Junto con su familia, desde pequeño Kyle ha creído en Dios, asistía a la Iglesia de la comunidad acompañando a sus padres y se formó académicamente en un colegio con bases en la fe. “Pero la verdad nunca tuve una verdadera relación con Jesucristo o jamás lo reconocí verdaderamente en mi corazón como mi Señor y Salvador”, comentó Kyle a un medio estadounidense.
Además agregó, “el proceso comenzó en mi último año de secundaria en Colorado Springs en el 2014. Allí fue que comencé a aprender más sobre Jesús. Fue un proceso de dos años para aprender más de Él y santificarme, de finalmente aceptar al Señor y quién Él es.”
El nacido en Woodbine se consideró como una persona que siempre fue muy competitiva. Aunque en el momento que se entregó a Jesús, tuvo que aprender a ser transformado por el Señor y encontrar un balance entre ser competitivo y destructivo. “Mientras más aprendía acerca del Señor y más leía las Sagradas Escrituras, más fácil se me hacía aplicar lo que Dios me decía en las competencias. Cristo ha puesto amor por la lucha libre en mi corazón para que pueda glorificarle con mis palabras y acciones”, reveló el deportista.
El luchador aseguró que desde que aceptó a Jesús, esto le ha ayudado a calmarse en los momentos en los que enfrenta grandes situaciones de estrés, a través de orar la palabra y poner su corazón y confianza en el Señor.
Además contó, el versículo en el cual se refleja:: “Porque con la misma medida que ustedes midan a los demás, Dios los volverá a medir a ustedes”. Lucas 6:38. Kyle reflexionó acerca de este pasaje, “yo creo que hay una relación directa entre tu habilidad y la competencia de alto nivel y qué tanto estés dispuesto a trabajar y lo que estés dispuesto a soportar”.
El deportista admitió “también busco mucho en desarrollar el fruto del Espíritu en mí, tal y como dice las escrituras:‘El Espíritu produce amor, alegría, paz, paciencia, amabilidad, bondad, fidelidad, humildad y dominio propio’. Gálatas 5:22-23. Esa es la promesa que tenemos cuando verdaderamente Cristo vive en nuestro corazón».
«Con el fruto del Espíritu santo tienes la capacidad de lidiar con todas las cosas».
Kyle Snyder
«Tengo gozo en mi vida, no importa cuál sea el resultado de la competencia. Sé que estoy llamado a salir y competir, tan fuerte como pueda, pero el resultado no está en mis manos. Todo lo que puedo hacer es dar lo mejor de mí. No me doy el título de ‘luchador’, me doy el título de ‘hijo de Dios’ y ‘seguidor de Cristo’ y eso jamás cambiará” aseguró Kyle .
Respecto a su trayectoria como luchador, él ha sido campeón mundial en dos oportunidades (2015 y 2017), también obtuvo medalla de oro en los Juegos Olímpicos de 2016 y también campeón de la Asociación Nacional de Atletas Colegiados. Y cuando tan solo tenía 20 años, Kyle dijo que se sentía privilegiado por la oportunidad de competir en representación de su país.
Kyle Snyder afirmó “estoy agradecido por cada vez que he podido vestir la camiseta del equipo de los Estados Unidos. Quiero representar a mi país de la mejor manera posible, sin importar las divisiones o las diferencias que puedan existir en las personas, se unen, el deporte las une y solo puedo agradecer a Dios por ser uno de esos muchachos que puede salir y competir.”
Las competencias de lucha son una excelente plataforma para compartir de Cristo, especialmente a personas en cuyas naciones el cristiano es perseguido, por ejemplo, Corea del Norte, Irán, Irak, entre otros. Estos países con dificultad reciben el Mensaje de Jesús, son amigables y receptivos con el deporte y la lucha libre. Es por ello que cada cristiano tiene la posibilidad de poder expandir el evangelio a aquellos deportistas que lo necesitan, en medio de las competencias.
Kyle a través de sus redes sociales, cuando recién había el triunfo en el Campeonato de Lucha Libre Big Ten en el 2018: “Mi capacidad viene de Dios”, referenciando el versículo: “No queremos decir que nos creemos capaces de hacer algo gracias a nosotros mismos, pues Dios es quien nos da la capacidad para hacer todo lo que hacemos». Corintios 3:5. Agregando que, “si ves alguna grandeza en mí es solo un reflejo de Jesucristo”.
Snyder también, compartió un mensaje para otros atletas de la lucha libre que creen en Jesús y que desean competir en un nivel mayor pero también honrar a Dios a través del deporte. Él afirmó “comprométanse con el Señor así como se comprometerían con cualquier otra cosa en su vida a la que verdaderamente aman«.
El luchador planteó que «muchas personas solo dicen que ellos creen en Jesús y creen que con eso es suficiente. Sí, somos salvos por la fe, pero la verdadera fe puede verse a través de las obras y el fruto que hayas dado en tu vida». En este sentido, él planteó «quiero motivarlos a leer la Biblia para que vean quién es Jesús y determinense a perseguir o no una vida que refleje la del Señor».
«Ninguno de nosotros es perfecto pero nuestra meta debe ser seguir el ejemplo de Jesús y continuar madurando espiritualmente”.
Kyle Snyder
El luchador detalló que “a través de nuestra obediencia Dios nos galardonará con mayor conocimiento y la habilidad de poder usar ese conocimiento. Esa es Su voluntad para nuestras vidas». A su vez, él planteó «no solo digan que conocen a Dios y luego no le busquen, como dice la Biblia, aún los demonios saben quién es Jesús y tiemblan al escuchar Su nombre. Busquen a Dios, si no lo estás haciendo, entonces te estás quedando atrás.”