Ricardo Izecson dos Santos Leite, conocido popularmente como “Kaká” es un exfutbolista brasileño, nació en el Distrito Federal, Brasil, hace 40 años. El ganador del Mundial con su selección y del balón de oro al momento de retirarse comentó “Jesús le dio un sentido a mi vida”
Kaká transitó una infancia sin importantes carencias, tuvo acceso a una buena educación que le permitió enfocarse desde chico tanto a los estudios como al fútbol. En su escuela se dieron cuenta del talento que tenía y le brindaron la oportunidad de que estuviera en el equipo juvenil de “Alphaville”.
Dadas sus grandes condiciones futbolísticas y a su notable participación, el club juvenil de Sao Paulo FC se interesó en él. Cuando tan solo tenía siete años, se mudó junto con su familia a Sao Paulo.
El brasileño creció en una familia cristiana evangélica que le enseñó el contenido de la Biblia, hasta que a los 12 años tomó la decisión de seguir a Jesús y comentó: “tuve una experiencia con Dios”.
A los 18 años, cuando aún no había debutado en la Primera del San Pablo, ocurrió un verdadero milagro en la vida de Kaká. Disfrutaba de un día de pileta cuando dio un salto desde el trampolín y terminó con una vértebra del cuello fracturada. «Me pegué en la cabeza y me rompí el cuello al chocar con el fondo. En el hospital, le pregunté al médico cuándo podía volver a jugar y me dijo: ‘Ricardo, tómalo con calma, no hagas esa pregunta, es un día para agradecer, podrías haber quedado sin caminar’. Me asusté y me di cuenta que fue un accidente muy peligroso», aseguró Kaká en una entrevista hace unos años.
Esto pudo haber significado el final de su carrera futbolística, pero milagrosamente se recuperó y logró continuar cerca del fútbol. Este hecho marcó su vida y se acercó aún más a Jesús. Cuando el Milan ganó la Serie A en 2004, mostró una remera con el lema «I belong to Jesús», que traducido significa «Yo pertenezco a Jesús».
Luego del milagro en su vida. Hizo su debut profesional en febrero de 2001 y sus buenos rendimientos (50 goles en 152 partidos y 2 títulos), lo llevaron a ser comprado por el AC Milan en 2003 por 8.5 millones de euros.
En el club italiano tuvo dos etapas, la primera (2003-2009) y la segunda (2013-2014), en total marcó 104 goles en 307 partidos, ganando además el Torneo local italiano y la Supercopa de Italia en 2004. Formando parte del 11 ideal del continente en repetidas ocasiones, el mejor jugador extranjero del 2007 y obteniendo el mayor logro para un futbolista en lo individual, el Balón de Oro ese mismo año, superando a los jóvenes Lionel Messi y Cristiano Ronaldo.
En Milán desplegó su mejor nivel. En 2007 consiguió su primera UEFA Champions League. A fin de ese año, ganó la Copa Mundial de Clubes de la FIFA, al vencer 4-2 a Boca Juniors en Yokohama, Japón. En aquel partido, hizo un gol y dio dos asistencias.
Ese fue el mejor año para Kaká, ya que debido a su destacado rendimiento y los títulos que obtuvo con el Milan, se hizo con el Balón de Oro
En 2009 llegó al Real Madrid por 67 millones de euros. Cuando tuvo que repasar su paso por el Merengue, aseguró: «No fue lo que esperaba», ya que su ciclo fue marcado por recurrentes lesiones, estuvo hasta el 2013, convirtió 29 goles en 120 partidos disputados. Obtuvo la Copa del Rey 2011, la Liga Española 2012 y la Supercopa de España 2012.
A partir del 2015 militó en el fútbol estadounidense, en el Orlando City, equipo donde estuvo hasta el 2017, año en el que puso punto final a su carrera futbolística.
Además, es un histórico jugador de la Verdeamarela. Debutó con Brasil en enero del 2002 y formó parte de la Selección de su país durante la Copa Mundial de Fútbol de 2002, edición en la que su país se consagró campeón. Sin embargo, él no tuvo demasiado protagonismo: jugó solamente 19 minutos en el segundo tiempo contra Costa Rica. Pero su carrera con la Canarinha recién arrancaba: ganó la Copa Confederaciones 2005 y 2009. Además, participó del Mundial del 2006 y 2010, ambos quedando Brasil eliminado en cuartos de final.
El practica una relación diaria con Dios y explica que se esfuerza por vivir de la manera más correcta posible pero a la vez confía en su ayuda en todo: “Hago todo lo que puedo hacer. Pero yo planto, riego, y el fruto viene de Él”. Por eso, afirmaba como jugador: “Debo hacer lo que me corresponde. Pero luego, si gano o pierdo, eso ya no es algo que dependa de mí, ya no me pertenece”.
“Él es el árbol y yo soy sólo una rama”
Resume sus ideas en este sentido el internacional brasileño.
Previamente compartió en una entrevista que, “El mundo de hoy puede ofrecer un gran número de posibilidades, pero solamente Jesús puede darte lo que realmente hace falta, darle un sentido a tu vida”.
El lema de su camiseta en la Champions, que mostró tras el triunfo al quitarse la elástica del Milan (arriba, en color), se hizo famoso con su «Yo pertenezco a Jesús» (I belong to Jesús), el mensaje que ha escogido para su despedida como deportista profesional con una imagen actual pero muy similar, señalando que su corazón sigue perteneciendo a Jesús.